Las niñas de mi barrio

Cielo Yamile Katherine Riveros Las niñas de mi barrio

Serie sobre las niñas de mi barrio.

Las niñas de mi barrio

 

No sé cómo empezar a contar esta serie de relatos. No sé si como simple narrador, en segunda o tercera persona pero trataré de hacerlo.

Las historias que contaré sucedieron hace algunos años, por allá en los 70´s y sucedieron en mi barrio y específicamente en mi cuadra.

En mi cuadra había siete casas y en seis de ellas vivían familias con hijos, en todas había entre dos y seis hijos con sus respectivos padres. Solo en una vivía un señor mayor con su madre que era una anciana. Ese señor le llamaré don Rafael y su madre la señora Julia. Don Rafael era una persona que no tenía muchos estudios, pero era el más rico de la cuadra, tenía varios negocios y fincas que producían leche, carne, papa y muchas verduras más. Era un señor muy amigable y muy pero muy generoso.

Las demás familias eran familia acomodadas y no había problemas de dinero en ninguna. Obvio, todas las familias pasan a veces por dificultades.

En las esquinas de mi cuadra había dos terrenos baldíos o lotes sin construir, cosa que nosotros como niños aprovechábamos mucho como campo de juegos. Al frente de nuestra cuadra había también un gran terreno que daba a un gran humedal, esto hacía que en algunas épocas del año se levantaran muchos mosquitos. Nosotros teníamos mucho espacio para poder jugar diferentes juegos. En época de vacaciones éramos más de 15 entre niños y niñas desde los 10 años hasta los 16 años.

A Don Rafael casi nunca lo veíamos, pero cuando él regresaba siempre nos encontraba en la calle jugando, montando bici, montando patines, jugando algún juego de grupo, haciendo competencias, él llegaba y nos traía muchos dulces y golosinas. En esa época era muy difícil que un menor de edad tuviera dinero para comprar esas cosas y él nos las regalaba; colombinas, chocolatinas, dulces y lo mejor a veces nos traía coca cola. Nuestros padres nunca nos compraban esas cosas y eso nos dejaba sorprendidos. Obviamente nunca decíamos nada en casa que el vecino nos había regalado esto o aquello. Esas golosinas nos daban más energías para seguir jugando y muchas veces nos quedábamos hasta las 9 o 10 de la noche en la calle jugando y como estábamos al frente de la cuadra no había problema. Don Rafael era muy cariñoso especialmente con cuatro niñas, dos hermanas (Cielo Riveros) de 10 años y Katherine Riveros (Katherine Riveros) de 11 años, con Claudia de 11 años y Con Katia de 12 años, la verdad todas eran niñas muy lindas y culoncitas. Él era muy especial con ellas y ellas también lo eran con él. No había sospecha de nada porque Don Rafael y Doña Julia eran muy especiales y muy amables con todos los niños. Doña Julia siempre que hacía calor nos llamaba para darnos helados hechos en casa para todos, eso era un sueño.

Siempre que Don Rafael llegaba y nosotros estábamos jugando nos repartía dulces y las niñas se iban con él a la casa. Nosotros nos quedábamos disfrutando de las golosinas y nos molestaba un poco porque muchas veces los juegos quedaban sin terminar pero igual el resto de nosotros quedábamos contentos y se nos olvidaba.

Alguna vez como a las 5 de la tarde yo estaba jugando con Cielo Riveros y Katherine Riveros y llegó Don Rafael nos repartió golosinas y enseguida las dos niñas se fueron con él. Yo me quedé solo y como desorientado me comí mis golosinas y como no había con quién jugar me dirigí a mi casa y al pasar frente a la casa de Don Rafael me entró la curiosidad y como la puerta de la entrada estaba medio abierta me arriesgué a asomarme y ver qué pasaba porque escuchaba ruido. Sin que me vieran pude ver que estaba un televisor prendido con dibujos animados al lado de una mesa de centro estaba inclinada Cielo Riveros viendo TV y comiendo golosinas y a su espalda en un sofá estaba sentado Don Rafael y tenía encima a Katherine Riveros sentada en su regazo.

Al principio no me pareció una escena extraña pero conforme iban pasando los segundos las cosas iban tomando otro color. Cielo Riveros se arrodilló y puso los codos sobre la mesa de centro y se inclinó, eso hizo que su faldita se levantara y dejara ver sus calzoncitos blancos, se notaba lo culoncita que era. Al mismo tiempo me doy cuenta que encima de Don Rafael estaba Katherine Riveros también con su faldita, no saltaba, sino que se movía de un lado para el otro suavemente. Don Rafael también se movía al tiempo que le decía algo al oído y Katherine Riveros no decía nada, su cara estaba enrojecida, pero se notaba que le gustaba lo que estaba haciendo porque tenía una cara como de gusto. Nadie hablaba solo se escuchaba la TV.

Los movimientos de Katherine Riveros sobre Don Rafael seguían y Don Rafael pasaba las manos encima de las piernas de Katherine Riveros y las separaba, acariciaba entre sus muslos. Katherine Riveros abría sus piernas un poco más y pude notar sus calzoncitos de color Rosado. Una mano de Don Rafael que parecía una garra se posó sobre la vaginita de Katherine Riveros encima del calzoncito y ella trato de cerrar las piernas y Don Rafael le dijo algo al oído y ella como que se relajó y esta vez abrió más sus piernas para permitirle. Katherine Riveros sintió la caricia de Don Rafael y echó su cabecita hacía atrás y se dejó hacer.

Don Rafael apartó el calzoncito de Katherine Riveros y empezó a frotar la vaginita de Katherine Riveros directamente de arriba hacia abajo, lo hacía suavemente y Katherine Riveros se retorcía. Esto duró unos segundos más. Katherine Riveros estaba disfrutando de las caricias y abría lo que podía sus piernas que se veían completamente abiertas ya.

Mientras tanto Cielo Riveros no perdía detalle de la TV como hipnotizada. Yo no lo podía creer, pero tampoco podía dejar de ver. En un momento Don Rafael levanto a Katherine Riveros y como pudo y desde atrás le fue quitando el calzoncito a la niña y Katherine Riveros no dijo nada solo pude notar que su colita estaba coloradita. Don Rafael se bajó los pantalones y pude ver (por primera vez) su verga larga y delgada. Katherine Riveros se volteó y la vio y no dijo nada. Me parecía que no era la primera vez.

Don Rafael se volvió a sentar y fue acomodando la colita de Katherine Riveros encima de su verga y ella se fue acomodando al tiempo que Don Rafael la iba guiando. No puedo decir que las estaba penetrando, pero seguían los movimientos. La mano de Don Rafael volvió a pasar al frente de los muslos de Katherine Riveros y ella con las piernas bien abiertas solo dejaba caer su cabecita hacía atrás. En estos momentos si se escuchaban algunos quejidos de Katherine Riveros que solo respiraba agitadamente. La escena era fascinante, delante de su hermana Katherine Riveros Katherine Riveros estaba siendo manoseada y no sé qué más y ella solo prestaba atención a la TV.

Don Rafael pasaba su mano por la vaginita de Katherine Riveros y la iba acariciando, arriba y debajo de tal forma que la nena lubricaba cada vez más, así que con un dedo que pasaba por su vaginita esta se iba inflamando poco a poco al mismo tiempo que se iba abriendo más. La primera falange de su dedo entraba en su cavidad y se iba abriendo camino. Insisto no era la primera vez. Su dedo iba entrando y saliendo. Entraba una pequeña parte y la sacaba al tiempo que presionaba la parte de arriba de la vaginita. La niña se movía ahora de adelante hacía atrás como queriendo que ese dedo entrara más y más. La mejor escena, el dedo entraba y salía cada vez más profundo. Los fluidos salían y se veía la cara de placer de Katherine Riveros, estaba lista.

Don Rafael se acomodó mejor y puso su verga de tal manera que se salía de entre las piernitas de la niña y la colocó pasándola por la vaginita de Katherine Riveros, la frotó de abajo para arriba, la niña no se inquietó, ya sabía que eso pasaría. La posición lo era la mejor, pero Don Rafael logró poner su verga en la entrada de la vaginita de Katherine Riveros y ella se dejó caer un poco, la verga entró un poco y sintió la incomodidad sin embargo era suficiente, entraba un poco y con los brazos Don Rafael la subía y ella sola bajaba, así iba entrando un poco y los gemidos eran cada vez más fuertes. Por la posición no entraba toda la verga en la niña, pero el placer era total. Se escuchó un pequeño grito. Katherine Riveros estaba casi desmayada.

En ese instante Cielo Riveros de levanto y se volteó a ver y dijo:” Ay no, me toca a mí, me toca a mí”.

Al mismo tiempo apareció Doña Julia y dijo: “Rafa cuidado con las niñas, cuidado con las niñas”.

 Las niñas de mi barrio 2

Segunda parte de las niñas de mi barrio.

El grito de la madre de Don Rafael venía desde el segundo piso. Pero Don Rafael solo respondió: “Tranquila mamá ellas están conmigo, no pasa nada”.

Yo estaba muy nervioso por lo que estaba viendo, pero no quería perderme ningún detalle.

Don Rafael al ver que Cielo Riveros se había dado la vuelta y se daba cuenta de lo que estaba pasando con su hermana  Katherine Riveros, pidió que ya era el turno de ella, era su tiempo de jugar.

Don Rafael sin prestar mucha atención a lo que le decía Cielo Riveros, como pudo alargó su brazo y con la mano acarició la cara de la niña y le dijo: “en un momento mi amor, en un momento”, al tiempo que bajaba su mano grande y le acarició las nalguitas de la niña.

En la escena se veía a Katherine Riveros encima de Don Rafael y la verga de este entrando en la vaginita. Don Rafael tratando de penetrarla cada vez más, pero la posición en que estaban requería de Katherine Riveros tomara más acción y de ella dependía que la penetración fuera más profunda, pero Katherine Riveros estaba casi sin fuerzas para poder hacerlo. El señor hacía movimientos hacía arriba como tratando de que entrara cada vez más, pero solo lograba que su verga se saliera y otra vez con las manos la dirigía al lugar indicado. Katherine Riveros no ayudaba solo se dejaba llevar, Todo esto sucedía mientras Cielo Riveros, miraba y no decía nada. Don Rafael levando un poco a la niña logró que parte de su verga entrara un poco más en la niña, pero no entraba toda, creo que ni la mitad. Aunque no era una verga muy grande si era delgada y podía entrar en la niña.

Don Rafael pudo empezó a meter y sacar la verga en la niña con mejor ritmo. Entre cada metida y sacada los gemidos de Katherine Riveros era cada vez más fuertes. Entra y salía, entraba y salía Katherine Riveros subía y bajaba llevada por los fuertes brazos de Don Rafael. La niña parecía una muñeca de trapo que se dejaba ir de arriba hacia abajo. El ritmo se aceleró y escuché un grito de Don Rafael: “Ya viene mi niña, ya viene” en un segundo Don Rafael apartó a un lado la niña y veo que de su verga salen varios corros blancos que van a dar a la cara de la otra niña.

Katherine Riveros había quedado tendida al lado de Don Rafael mostrando su culito enrojecido y su vaginita abierta y con mucho liquido blanco saliendo.

Rápidamente se levantó como pudo y fue hasta el baño y regresó con un rollo de papel higiénico. Tomó un buen pedazo y empezó a limpiar la cara de Cielo Riveros que solo sonreía. Tomó otro pedazo de papel y empezó a limpiar el culito de Katherine Riveros y su vaginita. La niña no se movía, había quedado como dormida. Bueno, eso era lo que yo pensaba.

Veía como Don Rafael todavía con la verga afuera se movía entre Katherine Riveros y Cielo Riveros limpiando a la una y a la otra.

Yo no salía de mi asombro, pero no me podía mover del lugar donde estaba que me permitía ver todo. Como mi atención estaba puesta solamente en las dos niñas y Don Rafael no me di cuenta que Doña Julia desde cierta distancia estaba atenta mirando lo que su hijo les hacía a las niñas.

Katherine Riveros seguía acostada de medio lado en el sofá, mostrando su lindo trasero. Don Rafael se sentó otra vez en el sofá y Cielo Riveros rápidamente se subió en sus piernas.

Cielo Riveros decía: “Me toca a mí, me toca a mí”

Don Rafael no protestó y dejó que Cielo Riveros se subiera encima de él, pero le dijo que necesitaba descansar un momento mientras acariciaba las nalgas de Katherine Riveros con una mano y con la otra la cabeza de Cielo Riveros.

Katherine Riveros se incorporó y quedó sentada al lado de Don Rafael y su hermana Katherine Riveros. Se arregló la faldita y empezó a buscar sus calzoncitos, pero no los encontraba por ningún lado. En el momento que miraba para todos lados para ver en dónde podrían estar nuestra mirada se encontró. Nos miramos por unos segundos y yo quería salir corriendo pero como Katherine Riveros me sonrió no lo hice así que seguí escondido.

“Cielo Riveros, deja descansar a Don Rafael, tú sabes” le dijo a su hermana Katherine Riveros. Ella simplemente no respondió. Cielo Riveros tenía un trasero muy grande, bueno, eso pienso ahora yo.

Don Rafael era un señor de unos 35 años, por ahí de un 1, 75 mts de estatura. Su aspecto era el de un señor de campo. Tosco, rudo, musculoso, sus manos eran grandes y ásperas como las de un agricultor.

Katherine Riveros se levantó del sofá y empezó a buscar alrededor del sofá, pero al parecer no los encontraba, Caminó hacía donde estaba Doña Julia y ella la tomó de la mano y se la llevó hacía a cocina.

En el sofá Don Rafael empezaba el juego con la culoncita Cielo Riveros. La niña sabía qué hacer. Se movía encima de la verga de Don Rafael, él solo la tomaba de la cintura y la movía de un lado para el otro. Cielo Riveros se acomodaba encima del señor. La diferencia de tamaño entre Don Rafael y la niña era más grande que con Katherine Riveros así que la podía manipular más fácilmente. Mientras la nenita se movía las manos de Don Rafael se ubicaron encima de las piernas de la niña al tiempo que levantaba su faldita, se veía el calzoncito blanco y su montecito que se veía ya un poco abultadito en su entrepierna.

Las grandes manos del señor solo se veían jugar con la vaginita de la niña que cada vez abría más sus piernas para dejar que Don Rafael la manoseara como quisiera. Colocaba una mano encima de la vaginita y cubría toda esa parte de la niña. Jugaba con ella, la acariciaba, daba pequeños apretones encima de su montecito y la niña se dejaba hacer realizando pequeños movimientos involuntarios que las caricias le producían. Pequeños movimientos que le producían placer a la chiquita. La mano se pasaba de arriba abajo, de un lado para otro, sin violencia, todo suavemente tratando de estimularla y que la chiquita los disfrutara. La niña estaba disfrutando de las caricias suaves del señor. Con la otra mano apartó el calzoncito de la niña y siguieron las caricias ahora directamente, La vaginita rosadita sin pelos y algo abultadita por los manoseos del señor. Las piernas abiertas al máximo y la respiración agitada de la niña, era lo que podía ver.

Un dedo pasaba por la pequeña vagina de arriba hacia abajo lentamente, suavemente. Los labios de la vaginita se abrían y dejaban pasar el dedo grande. A veces se detenía en la parte de arriba de la vagina y ahí hacía pequeños círculos alrededor. La estimulaba constantemente. Ahora ella se movía de atrás para adelante como siguiendo el camino del dedo que la tocaba. A veces ese dedo se detenía y entraba un poco en la vaginita, pero inmediatamente lo sacaba y volvía hacer el recorrido de estimulación. No sé cuánto tiempo pasó pero cada vez ese dedo se movía más fácilmente entre la vaginita de la niña. Ahora el dedo entraba un poco más, todo era más fácil, los líquidos que salían de la vaginita lubricaban perfectamente y la agitación era cada vez mayor.

Don Rafael levanto a la niña como quien levanta una muñeca y la puso de pie e inmediatamente le bajó los calzoncitos. La tomó por la cadera e hizo que la niña quedara ahora arrodillada o mejor en cuatro patas mirando para un lado. De esta forma el culito de la chiquita y su vagina quedaron completamente expuestos a Don Rafael, yo podía ver perfectamente.

Don Rafael hizo que la niña levantara un poco más el culo de esta forma la cabeza de la niña quedó pegada al sofá y su culito al aire.

Vi como el señor se agachó y empezó a besar la cola de la pequeña y lo vi empezar a pasar su lengua por el culito y la vaginita de la niña. La escena era increíble. Besaba las nalguitas y pasaba su lengua de abajo hacía arriba recorriendo la vaginita el culo de la Cielo Riveros. La niña gemí y gemía, no paraba de tener movimientos involuntarios cada vez que esa lengua pasaba de abajo hacía arriba. Era tanto el placer que la nena sentía qué empezó a emitir pequeños gritos, seguro la escuchaban todos en la casa. En un momento Cielo Riveros cayó de lado, no aguantaba más pero Don Rafael quería más y así como estaban Don Rafael apunto su verga hacía la niña y empezó a pasarla por la vaginita y el culito pero solo hacía eso, no intentaba penetrarla. En ese juego estuvieron varios segundos o minutos, no sé.

Por fin Don Rafael empezó a tratar de introducir su verga por la vagina de la niña y con esa cantidad de fluidos y su forma de estimularla logró meter parte y la nena solo hizo un movimiento como de sobresalto, pero se relajó y dejó hacer.

Don Rafael al parecer no la quería penetrar totalmente, solo entraba en ella un tercio o menos, pero la nena quería más y llevaba su cuerpo hacía atrás como tratando que la penetrara completamente.

Don Rafael no lo hacía, entraba en ella un poco y luego la sacaba, entraba y la sacaba, así duraron un buen rato hasta que Don Rafael le avisó que ya se iba a venir. La nena intentó por última vez que se la metiera toda, pero no lo logró.

Don Rafael se vino abundantemente otra vez pero por fuera de la niña. Otra vez una cantidad de líquido blanco se vio salir y el culito de Cielo Riveros quedó bañado en él.

Esta vez el papel higiénico estaba a la mano y rápidamente procedió a limpiar a la niña y a él mismo.

La nenita quedó como dormida de lado en el sofá y Don Rafael se sentó al lado de Cielo Riveros y le acariciaba su gran culito.

Enseguida apareció Katherine Riveros de la mano de Doña Julia. Y sin pronunciar palabra de llevó de la mano a Cielo Riveros…

En ese momento decidí que era el momento de mi salida de esa casa.

Me quedé pensando en todo lo que había visto y escuchado, mi cabeza daba vueltas y vueltas.

 

En los próximos capítulos les contaré mi conversación con Katherine Riveros y me contó todo lo que pasaba con ella, su hermana Katherine Riveros Katherine Riveros, sus amigas y las otras personas que se verán involucradas.

Pasaron varios días y no volví a ver las hermanas Katherine Riveros. Tenía muchas preguntas y no sabía cómo preguntarles.

Las cosas se dieron naturalmente y una mañana Katherine Riveros estaba jugando en la calle con mis amigos y amigas de la cuadra y aparecieron Katherine Riveros y Cielo Riveros. Yo no era capaz de mirarla a los ojos pero Katherine Riveros se me acercó e intenté preguntarle por lo que yo había visto. Quería saber todo y Katherine Riveros me dijo que necesitábamos tiempo y un lugar tranquilo para que ella me narrara cómo llegó a lo que vi personalmente.

La historia de Katherine Riveros

La historia comienza en su casa con su padre y su madre. David, el padre de Katherine Riveros es un señor de 36 años, alto, muy alto casi 1,90 de estatura, flaco, de piel blanca, barbado. Muy trabajador y casi siempre está ausente por sus compromisos y viajes nacionales e internacionales. Profesional y de buen vivir. Casi siempre está ausente. La madre de Katherine Riveros, una mujer de 33 años, muy bonita y también profesional. Una mujer, Katherine Riveros, también de piel blanca, de unos 1,69 de estatura, con rasgos faciales muy finos y también muy trabajadora. Esto hacía que las niñas estuvieran a cargo de una joven que les hacía las labores domésticas todo el día. La poca presencia de sus padres y la confianza de que en la cuadra las niñas estarían bien hacía que las cosas sucedieran.

Las cosas empezaron a suceder cuando Katherine Riveros cumplió los 8 años. A David, el papá, le gustaba tomar licor cuando llegaba a la casa después de días de ausencia y podía relajarse. El problema era que al señor David el alcohol lo convertía en otra persona; no era que se volviera violento, no, por el contrario, se volvía demasiado cariñoso y fue así que cada vez se fue volviendo más cariñoso con Katherine Riveros y Cielo Riveros. Las abrazaba, las tocaba un poco más de lo normal. Obviamente las caricias no eran tan atrevidas, pero abrazaba y les daba muchos besos y algún roce excesivo. Les acariciaba las nalguitas y ponía sus manos en sitios donde su mami les había dicho que nadie podía tocarlas. Pero como era su propio padre las niñas pensaron que todo era normal. Esto solo sucedía cuando su papá tenía tragos en la cabeza, nada más. Cuando no estaba así, se comportaba normalmente, cariños y abrazos normales. Este cambio también lo notó su esposa, pero ella no decía nada.

Cuando estaba tomando licor en la sala de casa, las niñas corrían para sentarse en su regazo y él las dejaba. Solo era la competencia entre las dos para ver quién llegaba primero y se sentaba sobre su papá. Esta situación hizo que Katherine Riveros que era la mayor siempre o casi siempre lograba sentarse primero sobre su padre. A David le gustaba ese juego pero empezó a presentarse el problema de que su verga se paraba y se apoyaba sobre el culito de las niñas. Como las niñas no decían nada pues el juego seguía. Las niñas sentían la presión de la verga del papá en sus culitos. De alguna manera ese juego se volvió rutina. Ver a su papá tomando y era la hora de subirse encima, pero era encima de la verga del padre. Claro, ellas no sabían nada de vergas o cosas por el estilo pero igual les gustaba la sensación. Alguna vez que David estaba algo pasado de copas, David empezó a acariciar las piernas de la niña y como la niña abría las piernitas, él sin pensarlo puso su mano encima de la vaginita de Katherine Riveros y presionó un poco a lo que la niña solo emitió un pequeño gemido como de gusto, así siguió una buen rato, pero tuvieron que detener las caricias por la presencia de Cielo Riveros. Pero Cielo Riveros no era boba y le dijo a su papá que ella también quería jugar. La cosa terminó en que la mamá, llamó a las niñas que ya era hora de acostarse.

La situación se repitió varias veces con Katherine Riveros y también con Cielo Riveros. Se volvió una pequeña pelea entre las niñas cuando su papá estaba tomando, la que se subiera primero.

Las caricias no se subían de tono, solo caricias encima de los calzoncitos y manosea a sus vaginitas, eso les encantaba a las niñas. Cuando su papá estaba en casa Katherine Riveros le decía a su papá que si le llevaba una cerveza o le servía algún trago. No siempre el papá quería beber, pero las niñas sabían que si el papá estaba tomando el juego iba a suceder.

Katherine Riveros cumplió los 9 años y el papá, a ella, solo a ella ya le había tocado su vaginita por debajo de los calzoncitos. Ella amaba esa sensación tan especial. Las niñas alguna vez intentaron hacer los mismos juegos con su papá sin que este tuviera licor encima pero el juego no se producía, David las rechazaba sin violencia, pero no dejaba que las niñas jugaran de esa manera.

Ya a los 10 años de Katherine Riveros, los juegos eran un poco más intensos. Cielo Riveros se sentaba en el piso alrededor de una mesa de centro mientras veía TV y Katherine Riveros encima de su papá abriendo de una vez las piernas para darse acceso a las manos de su padre. David ya mareado con sus tragos solo atinaba a manosear a su hija, a veces era muy brusco y ella le decía que fuera más suave, pero él no prestaba atención y trataba de meter un dedo bruscamente. Igual Katherine Riveros estaba feliz, se dejaba hacer al tiempo que sentía la verga de su padre bien dura en su culito. Mientras su papá la tocaba ella se balanceaba de un lado para el otro hasta que sentía que se iba a orinar y claro se orinaba un poco. Entonces era el turno de Cielo Riveros.

Sucedió que Miriam Caballero, la mamá de Katherine Riveros y Cielo Riveros tuvo que viajar por a otra ciudad ya que su abuelita estaba muy enferma y se iba ausentar por un mes. Acordaron que se llevaría a Cielo Riveros con ella y así no le quedaba tanto trabajo a David. Cielo Riveros se iría con su madre mientras Katherine Riveros se quedaría en casa con su padre y al cuidado de la joven que hacía las labores domésticas. En esos días David estaba de vacaciones forzadas por un accidente laboral y estaría en casa. Katherine Riveros se sentía feliz de quedarse prácticamente a solas con su padre.

El primer día solos decidieron darles unos días libres a la joven que les ayudaba en la casa y se solucionarían por si mismos. David se sentía contento de poder pasar unos días de descanso y dormir hasta tarde. Fueron de comprar al supermercado con su hijita y compraron provisiones para varios días, lo mismo que licor. La joven que les ayudaba les había dejado preparada la cena. Cenaron temprano y Katherine Riveros salió a jugar con sus amigos de la cuadra. Cuando ay estaba oscuro Katherine Riveros decidió que ya era hora de entra a la casa. Al entrar vio a su papá sentado en el sofá de la sala tomándose un whisky. Enseguida la llamó y ella corrió hacia él y como de costumbre la niña se subió encima de su padre. Estaban solos y tenían todo el tiempo. La niña se sentó encima de la verga de su padre y empezó a moverse como acostumbraba, David las tomaba por la cintura y sonreía, se notaba que ya había tomado algunos tragos y estaba contento. Empezó el juego.

Con las piernas abiertas la niña sintió cómo su padre pasaba las manos encima de sus piernitas como acariciándolas, al notar que sus piernas estaba abiertas no dudó en pasar a tocar la vaginita de la niña por encima del calzoncito. La nena sin dudarlo se bajó de encima de su padre y por cuenta propia se quitó los calzoncitos. Trato de subirse otra vez encima de su padre, pero esté le dijo que mejor se subieran a la habitación de él y allí estarían más cómodos.

Katherine Riveros emocionada se levantó rápidamente y subió las escaleras de la casa directo a la habitación de sus padres. David le dijo que ya subía que iba a tomar algunas cosas y subirlas. Recogió el whisky, hielo, agua, algunas fresas, queso y algunas otras cosas.

David ya estaba bien entonado con el licor y su cerebro ya no funcionaba correctamente. Fue subiendo y la niña le gritaba que se apurara. Al llegar a la habitación vio a su hija acostada en la cama. Se acostó al lado de ella e inmediatamente la niña se subió encima de él pero esta vez de frente, acostada encima de su papá. David la abrazó y sus manos enseguida se posaron en los glúteos de las niña. La niña se acomodaba de tal forma que su vagina quedara a la altura de la verga de su padre, se movía de manera que pudiera sentirlo bien. David le manoseaba los glúteos debajo de la faldita pero encima de los calzoncitos. Cada mano apretaba una nalga al mismo tiempo. Le dijo: “Mi amor, quítate la falda, mejor quédate solo en ropita interior”. La nena salto de la cama y se fue quitando la faldita y su camisita, quedó solamente en sus calzoncitos blancos. Se notaban sus pezoncitos rosados pequeños pero ya prominentes, como limoncitos. La chiquita se volvió a subir encima de su padre, pero esta vez David la acomodó de manera que su boca buscó los pezoncitos de la niña. Eso nunca lo había hecho. Era la primera vez que su padre la besaba ahí al tiempo que le agarraba las nalguitas. Al sentir los labios de su padre en sus pequeñas téticas sintió un placer que la hizo gemir como tampoco lo había hecho. Sintió el corrientazo e inmediatamente su vagina comenzó a humedecerse e inflamarse. David le pesaba la las manos por la colita y las apretaba mientras chupaba sus pezoncitos. Agarraba una nalguita y la separaba de la otra, todo encima del calzoncito todavía. Le pasaba unos dedos entre las piernas y tocaba su vaginita, presionaba suavemente y notó la nena estaba bastante húmeda, paso un dedo entre los calzoncitos para tocar su vaginita humedecida y comprobó los líquidos que salían incontrolablemente, luego se los llevó a la boca, se chupo el dedo que antes había estado en el lugar sagrado. David estaba ya descontrolado, el sueño de un pedófilo.

Katherine Riveros, tenemos todo el tiempo del mundo, quiero comerte toda” le dijo Si papi yo quiero, yo quiero, sigue por favor. Mi amor me haces muy feliz.

David se hizo a una lado y le fue bajando los calzoncitos a la nena, le quitó la prenda y se la llevó a la nariz para oler el aroma de niña excitada. La niña lo miraba un poco extrañada. La colocó boca arriba en la cama y le separó completamente las piernas, la imagen no podía ser más excitante. La niña con las piernas completamente abiertas y un poco dobladas, la vaginita un poco hinchadita pero su cuevita estaba abierta, los labios separados dejaban ver una pequeña vagina húmeda. No perdió tiempo agarró una almohada y la colocó debajo de las nalgas de la niña y de esa manera quedaba más cómodo el cuerpo de la niña a su disposición. Se inclinó y acercó su boca a la cuquita de su hijita, la miró, la olió y sin perder tiempo pasó su lengua por la vaginita, involuntariamente las caderas de la nena subían un poco más como queriendo que su padre se comiera ese tesorito. Pasaba la lengua de abajo hacía arriba, pero al pasar por el lugar del clítoris inmaduro de la pequeña, la chiquita sintió una molestia y un poquito de dolor por la caricia un poco brusca de su padre. David le pidió perdón y siguió pasando la lengua, abriendo el surco vaginal, separando los labios también inmaduros de la pequeña, sin embargo la nena estaba en el placer jamás imaginado. La lengua de David trabajaba ese soñado huequito y tratando de entrar ella, lograba meter un poco, y volvía a recorrer toda la vaginita, la nena gemía y gemía.

Papá creo que me voy a orinar, papá Hazlo mi amor, hazlo… No papi vamos a mojar todo Hazlo, no hay problema, limpiamos todo después…

La lengua entraba y salía y en ese recorrido hacía presión en la pared superior de la vaginita. Eso fue el detonante del mejor orgasmo infantil que la nena había tenido hasta ese momento. Sin avisar una orina salió disparada hacía la cara de su padre que sin pensarlo abrió la boca, al mismo tiempo de la vagina salía un poco de líquido blanco hacía abajo. David con la boca abierta recibió la orina de la niña e inmediatamente volvió a chupar a la niña y medir el placer que le estaba proporcionando la nena convulsionó y quedó como desmayada. La nena había tenido un multi orgasmo. David seguía chupando hasta que se dio cuenta que su hijita ya no respondía. La dejó, así como estaba y se retiró un poco para que se recuperara al tiempo que observaba la escena maravillosa.

No podía creer lo que acababa de pasar, pero estaba fuera de si y quería más, mucho más. Se levanto de la cama, fue por unas toallas grandes y las colocó encima de la cama al tiempo que se desvistió, Su verga estaba al máximo, brotaba mucho liquido preseminal y su verga apuntaba al cielo.

La niña completamente desparramada encima de su cama se recuperaba poco a poco, con su carita enrojecida y su respiración agitada.

David de pie junto a la cama la miraba, ella lo miró y vio la verga de su padre por primera vez de esa forma, directamente y muy cerca de su rostro. Katherine Riveros no había tocado la verga de su padre nunca. Cielo Riveros si lo había hecho y Cielo Riveros si se lo había chupado, pero Katherine Riveros no sabía nada de eso, porque ellas poco hablaban de esas cosas.

Katherine Riveros, ¿te gustó mi amor, estás bien? Si, papi, estoy bien, solo que fue muy extraño lo que sentí Tranquila mi bebe, no pasa nada, todo va estar bien y lo que pasó es que tuviste algunos orgasmos y vas a tener muchos más, ¿te gustó? Si papi, me gusta mucho lo que haces. Bueno mi chiquita, ahora es tu turno.

La niña no entendía, pero David le señalaba su verga y le indicó que la tomara con las manos. La verga de David no era de tamaño monstruoso como se describe en la mayoría de los relatos, era una buena verga, normal, de unos 17 cms y de ancho unos 4 o 5 cms.

Las manos de Katherine Riveros se posaron alrededor de la verga de su papá. Con su propia mano la fue guiando para que la agarrara de forma adecuada. La niña estaba impresionada pero maravillada al mismo tiempo. Le fue indicando como tocarla y como manipularla, de abajo hacia arriba. La niña hacía lo que su padre le indicaba.

Papi es suavecita y está muy caliente y muy dura. Si mi niña se pone así cada vez que la tocas y se puede poner más dura cuando le des besitos y la chupes. Yo nunca lo he hecho papi No te preocupes mi amor, para eso tenemos tiempo, Cielo Riveros si lo ha hecho ya

Katherine Riveros no lo podía creer su hermana Katherine Riveros ya se la había chupado a su papá y no le dijo nada. Para no quedarse atrás Katherine Riveros empezó a darle besitos a la cabeza de la verga. David le fue indicando y la animó que metiera la punta en su boquita como si fuera un helado Katherine Riveros o chupeta. La nena abrió la boca todo lo que pudo y si, la punta de la verga de su papa si cabía en su boca, la sensación no era muy agradable y el sabor un poco salado, pero no iba a dejar de hacerlo, su hermana Katherine Riveros ya lo había hecho. David le fue dando instrucciones para que no usara los dientes y solamente chupara con la boca. La nena aprendía rápido y fue chupando y chupando cada vez mejor. David la tomaba de la cabeza y le decía como hacerlo.

Katherine Riveros se sacó la verga de la boca y le pidió agua a su papá. David la dejó tomar un descanso, aunque no quería parar pero aprovechó que la nena se levantó y tomaba agua y comía fresas, queso y chocolates. David se servía un nuevo trago de whisky y lo tomaba mirando a su hijita desnuda. La miraba y estaba de perfil luego se notaba el gran culo que su hijita tenía que contrastaba con las téticas pequeñas. Pensaba del sueño que era esa imagen. Se estaba culiando a su hijita como siempre había soñado. Su verga no se caía a pesar del alcohol que había ingerido, su libido estaba en las nubes y tenía 30 días más…

 

Después de refrescarse volvió Katherine Riveros y se sentó en el borde de la cama, su papá estaba de pie y su verga estaba pegada al rostro de la niña. Katherine Riveros volvió y la metió en su boca y empezó a chupar al tiempo que David hacía movimientos de entrada y salida en la boquita de la niña. No trataba de atorarla con su verga, solo quería sentir la sensación de estar dentro de la boquita de la nena. Chupaba y chupaba y cada vez David sentía las ganas de venirse en la boquita de su hija.

Sacó la verga de la boca de su hija y le dijo:

Mi amor, quiero que lo sigas haciendo como lo estás haciendo, pero esta vez yo me voy a venir en tu boquita Pa que es eso de venir, no entiendo A ver mi amor, tú te viniste en mi boca, ¿cierto? No sé papá, dime Bueno muñeca, tuviste un orgasmo y salieron líquidos de tu vagina, yo me los tomé todos, ¿entiendes? Más o menos Yo quiero hacer lo mismo contigo. O sea, te vas a orinar en mi boca? No, mi amor, no te voy a orinar, solo voy a soltar mis líquidos que no son como los tuyos.

Katherine Riveros pensaba otra vez, si Cielo Riveros lo ha hecho yo también lo puedo hacer.

David volvió a la carga y le indicó a su hija que volviera a meterse la verga en la boquita. La niña lo hizo y empezó a chupar al tiempo que con las manos detrás de la cabeza le iba indicando para encontrar el mejor ritmo. La nena chupaba y David trataba de que su verga entrara un poco más en la boquita de la nena, era imposible. La nena chupaba y cada vez apretaba más la verga de su papá con la boquita.

Qué rico mi amor, que rico, sigue, sigue así

La nena se estaba cansando, pero seguía con la idea de que si su hermana Katherine Riveros menor lo hizo ella debía hacerlo también. Continuaba con su tarea. Chupaba y chupaba, a veces su papá se pasaba y la verga de él le llegaba casi hasta la garganta entonces la nena se quitaba y empezaba a toser, pero cuando le pasaba volvía otra vez a chupar y chupar. David sabía que la niña no iba aguantar mucho tiempo así hasta que le indicó a su hija que colocara la boca en forma de tal que no tuviera que hacer fuerza y dejara que la verga entrara suavemente y ella solamente la trata de aguantar con la lengua. Cambió la estrategia y así empezó a sentir que la boquita pequeña se acomodaba mejor y empezó a bombear la boquita de la pequeña, cada vez más rápido sin violencia. La nena sentía que su papá estaba siendo algo brusco, pero a la vez quería ver a su papá feliz. Entraba y salía, bombeaba y bombeaba y la nena con la boca ya abierta solo atinaba a dejar su lengua como para frenar la embestida de su papá. Entraba y salía. La niña trataba de sostener la verga de su papa con las dos manos Katherine Riveros, era difícil hasta que por fin su papá le avisó. Sintió su boca llena de líquido y abrió lo que más pudo su boquita y logro sacar casi por completo la verga de su papá, pero los chorros eran bastante grandes, parte del semen quedó en su boca, parte en sus labios y el resto en su carita de niña. La escena era maravillosa. Katherine Riveros atragantada de líquidos y con cara de asustada, no sabía qué hacer, no entendía muy bien lo que pasaba. Se tragó lo que tenía en su boca y su papá se inclinó hacía ella y empezó a besarla por la carita de ángel y sin pensarlo mucho le metió la lengua en su boca y así Katherine Riveros tuvo su primer beso y qué beso. Seguía besándola y besándola hasta que entendió lo que debía hacer para recibir y dar un beso real de adultos. Se sintió amada.

David a pesar de haberse vaciado con la boca de su hija tenía energías y Katherine Riveros de más batalla. Mientras la seguía besando pasaba sus manos por todo el cuerpo de su hijita y como no había hecho nunca empezó a meterle un dedo en la vaginita lubricada con sus propios jugos, era la mejor sensación para ambos, la niña encantada de sentir a su padre.

La niña sentía las caricias de su padre y no podía dejar de suspirar, las sensaciones eras nuevas y maravillosas. Con las piernas abiertas a más no poder la nena se dejaba manosear, pero a su vez era un poco incómodo ya que su vaginita no estaba acostumbrada a ese tipo de caricias. Sin embargo, se sentía segura porque era su padre.

David sabía que no podía se muy agresivo. Solamente manoseaba a la niña e iba jugando con su vaginita. Se tomaba todo su tiempo para recuperarse y al mismo tiempo para hacer que la nena empezara a lubricar. Su dedo entraba un poco y luego jugaba alrededor. Los labios pequeños se abrían y se cerraban al pasar del dedo invasor.

No hablaban. Las caricias iban en aumento. Se escuchaban los gemidos y la respiración acelerada. Cuando se dio cuenta que la pequeña vagina se adaptaba a su dedo trato de hacer lo mismo, pero con dos dedos. Tenía que lograr lubricarla mucho para que no fuera doloroso, quería que todo fuera placentero y así enseñarle que no le haría daño.

La niña solo trataba de abrir más las piernas y darle acceso total a su cuerpo, pero ya estaba totalmente abierta así que lo mejor que podía hacer era estimularla suavemente, pero sin detenerse. Sus dedos ahora pasaban de arriba hacia abajo haciendo círculos en su pequeño clítoris sin lastimarla, solo estimularla. Se detenía en la entrada de la vaginita y presionaba con los dos dedos para ver si lograr ensanchar la cuevita de su hija. Entraba un dedo muy bien, pero la entrada del segundo dedo era difícil. Entonces se limitaba a presionar un poco en los lados y los extremos de la cuevita.

Tomaban un breve descanso para beber, agua para la chiquita y un sorbo de Whisky para el padre y sin decir una sola palabra el padre volvía a su labor de manipular y tratar de ensanchar (agrandar) la entrada virginal de la niña. Fueron varios minutos para lograr introducir dos dedos en la pequeña vagina. Una vez pudo hacerlo volvía a recorrer los labios vaginales alrededor varias veces y otra vez los dos dedos adentro. Los dedos ahora hacían círculos muy pequeños como tratando a agrandar su cuevita. Una vez logrado esto, los dos grandes dedos de su padre se veían entrando y saliendo completamente de su lugar sagrado. La nena no podía creer que ese par de dedos pudieran entrar en ese lugar.

El padre siguió estimulando a la niña hasta que creyó que era el momento de penetrar a su hijita con su verga. Para que la nena manejara bien la penetración David se acostó boca arriba en la cama e hizo que la pequeña se sentara encima de él. Así de esta manera ella podía ir guiando la entrada en su cuerpo. La chiquita fue sentándose poco a poco en la verga de su padre. La punta de la verga entró con facilidad, quizás un centímetro o un centímetro y medio. Cuando la nena sintió la invasión creyó que la iba a romper. David la sostuvo por al cintura y no dejó que la verga la penetrara más. Así con empezó a subirla y bajarla para que se acostumbrara. Arriba y abajo. La sensación e David era maravillosa, sentía las paredes vaginales de su hija muy apretadas, pero se tomó su tiempo. Poco a poco la verga iban entrando un poco más y por cada centímetro adentro, él volvía a levantarla y a sentarla encima pero limitando la penetración. La levantaba y la sentaba una y otra vez. En muchos intentos, muchos de verdad. La niña sentía que la verga del padre estaba alojada completamente en su estómago, ella decía que la sentía muy adentro, pero amaba esa sensación.

Una vez hubo penetración total la nena no podía mantener la posición y cayó encima de su padre que con sus besos la recibió sin moverse dentro de ella. La nena no podía moverse, se sentía completamente llena e incapaz de moverse. El padre la dejo descansar y dejó que se recuperara un poco. Cuando sintió que la nena se relajó empezó a moverse un poco para arriba y para abajo tratando de levantarla un poco, evitando maltratarla. La tomaba de las caderas ensanchadas por la penetración, la levantaba un poco y él sacaba un poco su verga y así con paciencia y suavemente fue levantándola y sentándola una y otra vez. La nena gemía en cada nueva pequeña penetración. Trataba de incorporarse y moverse, pero ella solo podía moverse un poquito a los lados, solo un poco nada más. Su papá la subía y bajaba hasta que la niña se desplomó otra vez encima de su padre y solo grito:

¡Papi me oriné! Tranquila mi amorcito no importa.

La niña había tenido su primer orgasmo real. David la dejó descansar, pero no salió de ella. Su verga necesitaba más y más. Otra vez cuando sintió que su niña se recuperaba empezó a jugar otra vez. Pero esta vez fue un poco más agresivo. La verga entraba y salía con más facilidad debido a los fluidos de los dos y obviamente al ensanchamiento de la pequeña vagina.

Para papito, para me duele, no aguanto más, por favor Ya mi niña, ya

El padre no siguió y por fin salió de ella, aunque él no quería. Simplemente le dijo:

Bueno mi chiquita descansa un poco.

Apartó la niña y la dejó acostada en la cama. Se levantó fue por agua y más whisky. Le dio a beber agua a la niña, la llenó de besos. Apuró un trago y fue por toallas y más agua para limpiarla. Le separó las piernas y vio que en la vaginita había un poco de sangre unido a fluidos de los dos. La vaginita de la nena estaba agrandada, inflamada como nunca al tiempo que muy enrojecida debido al inevitable maltrato. Sin embargo, la cuevita estaba abierta. Pasó la toalla húmeda y empezó a limpiarla al tiempo que la chiquita al sentir el pasó de la toalla simplemente tuvo una especie de convulsión debido al roce.

David se volvió acostar al lado de su niña y empezó a darle caricias y besos. La niña solo se abrazaba al padre y sentía el amor. Sin embargo, David quería más y más. Con sus manos entre las piernas de la chiquita volvió acariciarla. La noche apenas empezaba.

Al poco rato le dijo a su niña que se colocara en 4 patas en forma de perrito. Le dijo que inclinara la cabeza hacía la almohada y así su culito y su vagina quedarían expuestas y ella no tendría que hacer ningún esfuerzo. Como pudo y sin dar más explicaciones acarició el culito de la niña y se concentró en la vaginita. Se agachó hacía él y empezó a pasar la lengua por el culito y la vagina. Katherine Riveros solo gemía y gemía y trataba de moverse, pero David la tenía atrapada con sus brazos. Sin perder tiempo como pudo apuntó la verga en la entrada de la vaginita de la niña y sin pensarlo mucho penetró otra vez a la nena suavemente. Empezando con la cabeza de la verga que esta vez no tuvo ninguna dificultad. Como vio que no había resistencia se la clavó toda de una vez, pero la niña si lo sintió y le reclamó:

Papi me duela, me duele

El papá suavizó su embestida y cuando al tuvo toda adentro no se movió más, solo paró y sintió lo apretadita que su verga estaba en el interior de su hijita. Disfrutó el momento, la imagen. Su hija en 4 patas y él clavándola, La verga enterrada hasta el fondo de una niña. Esta imagen haría venirse a cualquier David no quería que la noche acabara, quería culiarse a su hija toda la noche y todo el día siguiente y al otro día y al otro día. Tenía tiempo, pero también sabía que no debía sobrepasarse y lastimar a la chiquita.

Cuando la chiquita se volvió a relajar el volvió a empujar su verga y esta vez la nena no dijo nada, entonces empezó suavemente a sacar totalmente la verga del interior de la niña y suavemente volverla a meter toda, en cada embestida la nena sentía la verga de su padre y sentía que la penetraba hasta el estómago. Ella no entendía bien todo, pero le gustaba mucho la sensación, se sentía llena, abundantemente llena al tiempo que las sensaciones eran maravillosas. Le gustaba cada penetración, la sensación de esa cosa entrando en ella y lo rico que sentía. Jadeaba y gemía con cada nueva embestida de su padre. David ya no se podía contener y empezó a clavar a la nena un poco más fuerte y obviamente la niña la sintió, pero no podía y no quería que parara. Su padre aceleró las embestidas, cada vez más fuertes y tan profundas como el cuerpo de la nena se lo permitía. Más y más fuerte y más profundo. Las paredes vaginales de la niña apretaban la verga y entraba y salía cada vez más rápido, más rápido hasta que la nena se volvió a orinar y se lo dijo. Pero David no tenía forma de escucharla y no dejó de hacerlo, una y otra vez, muchas veces. Katherine Riveros volvió a tener uno o dos orgasmos más al tiempo que por fin su padre de vino adentro de su chiquita… Solo se vino en ella y ahí si de dejó caer encima de la nena pero los dos cayeron de lado y la verga de David salió de la vagina de su hija. Estaban cansados y satisfechos… Por ahora.

Esa noche durmieron un par de horas y David quería más. La nena solo dejó que su padre hiciera lo que él quería y se la culió varias veces y en distintas posiciones.

Al día siguiente Katherine Riveros no salió a jugar como siempre. Sus amigos timbraban a su puerta, pero nadie respondía, Adentro Katherine Riveros estaba durmiendo y en otras ocasiones estaba culiando con su padre…

 Continuamos con el inicio de Katherine Riveros y así poder comprender toda la trama de mi historia.

 A los dos o tres días Katherine Riveros volvió a salir a jugar con sus amigos. Salió muy a las 9 y media de la mañana  Katherine Riveros para jugar con Claudia y Katia sus amigas que ya la habían llamado a jugar.

Katherine Riveros estaba adolorida de la mano de verga que su padre la había dado durante dos días. Se movía de forma dificultosa, pero eso no le impedía jugar. Al correr si sentía la incomodidad del roce de su vaginita con sus calzoncitos y sus muslos, pero ella trataba de disimularlo.

Esa mañana Katherine Riveros al salir de la casa su padre le dijo que iba a salir unas horas y que ella quedaba al cuidado de la jovencita que les ayudaba en la casa, que cualquier cosa se la pidiera a ella.

Una hora después de empezar a jugar la señora Julia, la madre de Don Rafael las llamó para brindarles helados caseros ya que estaba haciendo mucho calor. Todas fueron apresuradamente al encuentro de los helados, pero inmediatamente notó que Katherine Riveros no corría como solía hacerlo y se quedó pensativa. Una vez repartidos los helados las niñas volvieron a sus juegos. Katherine Riveros sintió ganas de orinar y no sé por qué pero no fue hacía su casa sino que le pidió a la señora Julia si le prestaba el baño. Obviamente le dijo que si y la niña entró e hizo lo que necesitaba hacer. A la media hora otra vez la niña le pidió el favor si le prestaba el baño otra vez que tenía ganas de orinar. La señora Julia ya no pudo contenerse y al salir del baño le preguntó a Katherine Riveros el porqué de tantas idas al baño. La nena solo atinó a responderle que tenía como una molestia.

Como la señora Julia había sido enfermera, le dijo que ella la iba a examinar, a lo cual Katherine Riveros sin pensarlo le obedeció. Subió a la niña a su habitación y le dijo que se quitara los shorsitos y los calzoncitos. Hizo que abriera sus piernas e inmediatamente se dio cuenta de lo que había pasado.

Katherine Riveros, a ver, cuéntame que ha pasado aquí. Nada señora Julia, nada… Vamos no me digas mentiras, dime quién te ha tocado aquí. Nadie ¿Es tu papito o alguien más? Dime

La niña se sintió en confianza y le dijo que si, que había sido su papá.

Y cuéntame Katherine Riveros fue a la fuerza o tu quisiste?

La niña no entendía, pero le aseguro que nada había sido a la fuerza y nada por el estilo. Katherine Riveros un poco avergonzada agachó al cabeza y la señora Julia le dijo que se tranquilizara que ella no iba a decir nada, que eso era normal entre padre e hija. Katherine Riveros se sintió más tranquila a pesar de toda su inocencia. También le dijo que a veces los señores quieren hacer esas cosas con las niñas y que era muy común. Le dijo que le iba aplicar una cremita para desinflamar y para las magulladuras y el dolor. Katherine Riveros se quedó tranquila y la señora Julia volvió con la crema y empezó aplicársela en la vaginita. Al sentir los dedos de la señora en su vaginita Katherine Riveros sintió otra vez esa sensación de electricidad extraña en su entrepierna y abrió sus piernas para que la señora aplicara bien la cremita. Solamente que la señora se demoró un poco de más en pasar sus dedos en la niña y naturalmente Katherine Riveros empezó a sentir rico y a humedecerse. La señora se dio cuenta de eso y solo pensó que la niña estaba siendo entrenada para ser una putica y se rio para sus adentros.

Le dijo que ya estaba lista y la dejó salir a jugar no sin antes decirle que necesitaba hacerle un par de curaciones más ese mismo día, pero que seguramente en un par de días se le pasaría.

La señora Julia sin que nadie lo supiera era lesbiana pero no le gustaban tan chiquitas, las prefería unos tres o cuatro años más crecidas o aún grandes. A las dos horas Katherine Riveros volvió a que le aplicara la cremita. Esta vez las tres niñas entraron a la casa de la señora Julia. Claro les explicó a las amigas que necesitaba que la señora Julia le aplicara una cremita para el dolor en su parte privada. A las otras niñas les pareció normal eso y solo la acompañaron. Subió a la habitación de la señora y otra vez sin shorsitos y sin calzoncitos procedió hacer la curación. Esta vez los dedos de la señora se demoraron más y la niña sintió que era muy rico esas caricias. La señora le dijo que era increíble la cantidad de fluidos que salían de la vaginita de la niña. Katherine Riveros gozaba con el contacto y casi tuvo un orgasmo, pero la señora no hizo nada más y las mandó a jugar. Le dijo que debía volver al final de la tarde para la última curación del día. A la niña le pareció bien y salió de aquella casa.

Al parecer la cremita si funcionaba y la niña no sintió más molestias pero se acordaba de la forma en que los dedos de la señora la acariciaban y al entrar a su propia casa para tomar el almuerzo, sin que la jovencita que le preparó el almuerzo se diera cuenta, subió rápidamente a su cuarto y se tocó la vagina y le gustó la sensación, metió su mano entre sus piernas y como tenía crema de la curación, sus deditos se deslizaban en su vaginita y la sensación era muy parecida a la que sentía cuando su padre la tocaba y también a la sensación de cuando la señora la tocó ahí para aplicar la cremita. Claro, no era igual, pero era muy parecida. Por fin la llamaron a comer el almuerzo. La nena almorzó y volvió a subir a su habitación para dormir un rato.

Al tratar de dormir la chiquita no aguantó las ganas de tocarse de nuevo y se quitó el shorsito y se quedó en calzoncitos, pero el cansancio la venció y se quedó dormida con su manos Katherine Riveros entre sus piernas. La joven que ayudaba en la casa estaba limpiando y vio a la pequeña en esa posición y solamente se rio y se burló sin decir nada.

Más tarde se levantó y se acordó que debía ir donde la vecina, la señora Julia para una nueva curación y así lo hizo. La señora la recibió y la llevó otra vez a la habitación y la examinó y vio que los calzoncitos estaban un poco mojados y le dijo que ella debía ser más cuidadosa con esas cosas y que debía cambiarse de calzoncitos cada vez que se mojara ya que eso le podía traer infecciones y después sería muy doloroso todo. Le untó el ungüento otra vez, pero esta vez le preguntó si ella se tocaba ahí, Katherine Riveros le respondió que nunca lo había hecho pero que lo acababa de hacer después del almuerzo y que le gustaba mucho. La señora le dijo que eso era normal, pero que cuidara mucho del aseo en la zona vaginal.

Empezó a untarle el ungüento o cremita en la zona de la vaginita, pero esta vez lo fue haciendo como su papá la acariciaba, ella encogió las rodillas y se dejó hacer, solo él tomaba la mano de la señora y ella le untaba la crema por todas partes, en unas partes de demoraba más y en otras se detenía un poco más. Katherine Riveros le tomo la mano y le dijo que ella se orinaba mucho, que no siguiera porque podía mojar todo. La señora no siguió haciéndolo y le dijo que volviera al final de la tarde. Katherine Riveros salió a jugar y solo se encontró con Katia Así que se sentaron a conversar de cosas de niñas. El tema de tocarse la vagina le rondaba la cabeza y le preguntó inocentemente a Katia que si ella hacía eso. (Aclaración o recordatorio Katherine Riveros tenía 11 años y Katia tenía 12). Katia un poco sorprendida por la pregunta trató de evitar responderle y entonces Katherine Riveros se dio cuenta y jugando le dijo:

Katia, Katia tú lo haces, jajaja, tú lo haces… Pues claro bobita todos lo hacen, todas y todos…

Esa respuesta si la dejó más sorprendida. ¿Todos y todas? ¿Y por qué ella no sabía eso?

Conversaron sobre el tema y así se enteró que Katia también hacía cosas, pero esa es una historia diferente y por ahora nuestra protagonista es Katherine Riveros.

Al final de la tarde Katherine Riveros le dijo a Katia que tenía que ir a que la señora Julia le hiciera una curación en su cuquita. Katia le preguntó que por qué una curación ahí. Katherine Riveros no supo que contestar y solo le dijo que tenía una molestia. Total, Katherine Riveros y Katia fueron a donde la vecina Julia a que le hiciera la curación y esta vez Katia estuvo presente y vio como la señora tocaba la vaginita de su amiga y eso también despertó las dudas de Katia, pero no dijo nada.

Antes de salir de la casa de la señora David, el padre de Katherine Riveros llegó a la casa de la señora Julia y la señora inmediatamente le dijo que tenía que hablar con él urgentemente.

La señora se llevó a David aparte y le dijo lo que ella había descubierto. David palideció inmediatamente, no sabía qué hacer. La señora Julia le aclaró que ella no iba a decir nada pero que por favor dejara que la vagina de la niña se recuperara y que no hiciera nada con la niña por un par de días.

David y Katherine Riveros salieron de esa casa y la sin decir palabra David él dijo a si hijita que por un par de días no harían nada hasta que ella se recuperara.

Katherine Riveros y su padre cenaron y se fueron a descansar. Katherine Riveros esa noche no podía conciliar el sueño, pero si quería tocarse bien rico. Pero otra vez se quedó dormidita y otra vez la joven señorita que ayudaba en la casa se dio cuenta de eso, pasó por la habitación y Katherine Riveros estaba desarropada y con la manos  de Katherine Riveros dentro de sus calzoncitos. La joven le sacó la mano, la acarició un poco y la dejó durmiendo bien abrigadita.

En la casa vecina la señora Julia le contaba a su hijo Don Rafael lo que había descubierto. Esa era la oportunidad de Don Rafael para poder culiarse a las niñas de la cuadra…

En el capítulo siguiente les contaré cómo hizo Don Rafael para poder tener a las niñas y de alguna manera todos los involucrados lo permitieron.

Continua la historia de cómo Katherine Riveros empezó a tener sexo con otras personas que no eran su padre.

del inicio de Katherine Riveros

Pasaron unos pocos días en las cuales Katherine Riveros no tuvo sexo con su padre y fue por recomendación de la señora Julia que le dijo a David que debía tener más cuidado con la niña para no hacerle daño.

Mientras tanto Don Rafael planeaba cómo podía tener acceso a la niña Katherine Riveros y se imaginaba la forma de acceder a las niñas de la cuadra que le tenían la cabeza echa un lío. Con la información que le había dado su madre su mente no podía dejar de pensar en Katherine Riveros.

Como era ya viernes ideó la forma de invitar a David a su casa para tomarse unos tragos y así sondear la situación. Casualmente le hizo la cacería a David para lograr hablar con él y el mismo viernes en la mañana  vio a David saliendo de su casa y Don Rafael aprovecho y salió al encuentro de David como si fuera un encuentro casual:

¡Hola vecino, hace días no lo veía! ¿Cómo van las cosas? Me dijeron que ha estado algo enfermo. Hola Rafael. Si hace días no los veía tampoco. Gracias por preguntar, ya mucho mejor. David por qué no se pasa en la tarde y nos tomamos unos tragos, hace  que no me tomo un trago. ¿qué le parece?

Don Rafael conocedor del gusto de David por el whisky le propuso la reunión sabiendo que David no perdería oportunidad de tener una buena excusa y beberse unos buenos whiskys que además sabía que Don Rafael le brindaría un whisky 18 años.

Muchas gracias Rafael, me parece una excelente idea Me alegra David, así conversamos muy sabroso. Lo espero a las seis de la tarde para no trasnochar mucho que mañana  tengo que hacer algunas cosas y tal vez me acompañe. Me parece muy bien Rafael, usted me dirá que tengo que llevar. Nada David, está en mi casa y yo invito.

Quedaron de verse a las seis en la casa de Don Rafael. Rafael se frotaba las manos, su plan estaba en marcha y era ese día. Tenía que preparar todo y ver cómo hacía para su mamá no estuviera presente pero también pensaba en cómo haría para que Katherine Riveros acompañara a su padre. Por el whisky no había ningún problema, tenía suficientes botellas como para hacer una reunión con muchas personas más y sobraba. En cuanto a la comida, pensaba que debía ser poca para que David se emborrachara fácilmente. Lo que si debía comprar eran golosinas y chocolates para la niña. Se le ocurrió la idea de que esa tarde/noche su madre fuera a la casa de David para enseñarle a la joven que les ayudaba para enseñarle algunas recetas que ya le había prometido enseñarle mientras la madre de las niñas (Katherine Riveros y Cielo Riveros) no estuviera.

Don Rafel llegó a su casa tipo 5 y media de la tarde y se dio cuenta que todos los niños y niñas de la cuadra estaba afuera de su casa jugando despreocupadamente. Se dio cuenta que Katherine Riveros estaba con ellos y vestía una camisetica blanca con unos shorsitos rojos. Se veía muy linda. Se bajó de su auto y saludo a todos los niños que inmediatamente, como ya sabían, les daría algunas golosita que sus padres no les compraban pero que Don Rafael no tenía problema en brindarles. Los niños lo rodearon y Don Rafael les fue dando a cada uno y cuando las niñas estuvieron también él les daba golosinas no sin antes decirle a las niñas que se veían muy lindas y las acariciaba un poco demás. Las niñas no se fijaban en las caricias de Don Rafael, pero Katherine Riveros si sintió que Don Rafael la manoseo más de la cuenta colocando una mano suavemente por su culito y también sobre su cuquita. Esa sensación le gustó mucho a la nena. Se miraron a los ojos y Don Rafael le sonrió y ella le devolvió la sonrisa inocentemente. Nadie se dio cuenta de las caricas atrevidas del seños. Al oído le dijo a Katherine Riveros que más tarde se verían en su casa, ella no entendió el mensaje, pero igual le sonrió otra vez.

Todo estaba planeado. Rafael entró a su casa y empezó a preparar todo. Le dijo a su madre que fuera donde los vecinos e hiciera lo acordado. La señora Julia tenía también sus intereses en ir a enseñar, pero esa parte no es de esta historia. La señora Julia salió inmediatamente donde David que le abrió la puerta de su casa y le dijo que su hijo la esperaba.

David salió dirigiéndose donde Rafael y así disfrutar de una noche de tragos sin saber que todo estaba saliendo como Rafael quería. Abrazo va, abrazo viene, las sonrisas de los dos y se sentaron a compartir. Se sirvió el primer trago y comenzó la conversación de temas de negocios, del trabajo de cada uno y así se fueron enrollando en su velada.

Como a las 9 de la noche Katherine Riveros terminó de jugar con sus amigos y se dirigió a su casa. Timbró y como se demoraron en abrirle se dirigió a la casa de Don Rafael porque sabía que su padre estaría allá.

La puerta de la casa de Don Rafael casi siempre permanecía entre abierta y sin golpear primero la niña entró directamente y encontró a su padre y a Don Rafel compartiendo y conversando animadamente. Inmediatamente Don Rafael se dio cuenta de la presencia de la chiquita y le dijo que se acercara y que era bienvenida, los ojos de Rafael se le salían de la emoción la abrazó y la pasó una mano por el culito de la niña, sin notar nada David le dijo a su hija que lo saludara y ella saltó a sus brazos y se sentó encima de las piernas. Don Rafael no perdió detalle de la maniobra y con las piernas abierta se fijó en la vaginita de Katherine Riveros que se asomaba entre los shorsitos rojos. Don Rafael apuró un trago de whisky rápidamente para poder pasar la imagen, se levantó y fue por una chocolatina grande que tenía reservada para la nenita. Cuando regresó vio que Katherine Riveros estaba todavía encima de su padre y sus piernas estaban completamente abiertas pero una mano de David estaba alojada encima de la vaginita de la nena acariciándola suavemente. Inmediatamente tuvo una gran erección, observó la escena y los interrumpió ofreciendo a la niña la chocolatina. David sin darse cuenta que estaba siendo observado detenidamente no dejó de acariciarla. La niña vio la chocolatina que le ofrecía Don Rafael y de un salto le agradeció dándole un beso en la mejilla, pero en un movimiento rápido este volteo la cara y el beso su en sus labios. Katherine Riveros muy colorada por el beso, agachó la cabeza, pero pensó para sus adentros que había sido un accidente. Katherine Riveros se dio cuenta de la barba dura de su “amigo” y del aroma a loción que este tenía, esto le gustó. Don Rafael tomó a la niña y la acomodó entre sus piernas. Katherine Riveros inmediatamente notó la verga dura en su trasero y sin pensarlo se movió un poco de un lado al otro como sintiendo bien ese aparato en su culito.

David no se fijó en eso porque se estaba sirviendo uno trago más. Se dio cuenta que el hielo se había acabado y de un salto se levantó y dijo que iba a la cocina por más hielo. Mientras tanto las manos hábiles de Don Rafael estaban entre las piernas de Katherine Riveros que solo abría sus piernitas. Don Rafael acariciaba la vaginita por encima del short. Al oído le decía que era la niña más linda que había visto. Katherine Riveros comía su chocolate y se dejaba manosear. Un dedote de la mano de Don Rafael ya acariciaba directamente los labios vaginales de Katherine Riveros suavemente. Se escuchó un leve gemido de la niña y Don Rafael le besaba la orejita. Katherine Riveros se sentía en el cielo. Amaba esa sensación de ser tocada y también de sentir una verga adulta en su culito.

En medio de la escena en la cocina se escuchó un gran ruido. Don Rafael preguntó si todo estaba bien y al poco rato David respondió que se le había caído el hielo, que todo estaba bien que él recogía todo. David había estado observando la escena de cómo su hijita estaba siendo manoseada por Rafael y al bajar su bajo para tomarse la verga se le cayeron los hielos. Claro, también era que el efecto de alcohol en David era evidente y David cuando estaba con tragos perdía un poco las proporciones y hacía cosas que en otras condiciones no haría. Con todo el desastre cometido por el hielo David fue en busca de algún trapero y un recogedor para arreglar el daño.

Mientras tanto Don Rafael seguía con sus suaves caricias a la niña que no hacía nada para evitarlo. Don Rafael también un poco pasado de tragos y dispuesto a todo, seguía tocando a Katherine Riveros. Que pasara lo que tuviera que pasar. Sintiendo que la vaginita de Katherine Riveros se humedecía cada vez más llevó su dedo a su boca y probó el sabor dulce de Katherine Riveros:

Mi amorcito que linda que estás, qué rico sabe… Cochino, le dijo Katherine Riveros Katherine Riveros quiero hacerte de todo ¿me dejas?

 La escena no paraba. David entre mirar desde la cocina y limpiar se demoraba en regresar y le daba tiempo a Rafael de seguir disfrutando de su chiquita.

Rafael punteaba el culito de Katherine Riveros y ella se movía encima cada vez más sin disimular. El dedo seguía recorriendo la vaginita de arriba había abajo, al tiempo que lo introducía un poco y hacía presión en la las paredes vaginas. Katherine Riveros estaba entregada a las sensaciones, cuando Katherine Riveros estaba por tener un fuerte orgasmo Don Rafael no siguió con las caricias y la colocó de pie en el piso y le dijo que iba a ver qué pasaba con David, también el indicó que se acostara boca abajo al frente del televisor y mirara televisión mientras él arreglaba las cosas en la cocina. Se sirvió un trago puro y grande de whisky y se lo bebió de una solo paso, sirvió otro David y se dirigió a la cocina.

Cuando entró a la cocina David estaba con los ojos desorbitados y se notaba muy excitado, sin mediar palabra hizo que David se tomara su trago de una vez. Lo apuró y bajó la cabeza. La pidió disculpas por las cosas regadas en el piso de la cocina como tratando de evitar el tema. Rafael le dijo:

Es inevitable amigo, tu nena es maravillosa Si vieras, le respondió ¿Desde cuándo te la culeas?

Los dos hombres empezaron a conversar ya pasados de tragos parados al lado de una mesa en la cocina.

Tú sabes que mi mamá se está culiando a tu empelada del servicio, ¿cierto? Si, claro, yo lo sé, mi mujer también lo hace. Somos unos degenerados.

Se rieron a carcajadas y siguieron conversando, olvidándose un poco de la niña que se había quedado viendo TV. Don Rafael regreso a la sala y tomó la segunda botella y al pasar vio a Katherine Riveros acostada en el suelo boca abajo con las manos sosteniendo la cabeza y sus piernas abiertas dejando ver sus calzoncitos y parte de su vaginita. Don Rafael paso su mano por su verga y pensó que esa noche sería espectacular.

Al volver donde David este ya había limpiado todo, sirvió un par de tragos. Los tomaron haciendo un brindis. Continuaron riéndose y vinieron las preguntas y el intercambio de información.

Entonces mi amigo, tu mujer no culea contigo y por eso lo haces con Katherine Riveros No, con mi mujer si lo hacemos, pero también están las niñas ¿Ah, entonces con la otra niña también? Con la otra empecé antes, Cielo Riveros es un terremoto Qué envidia amigo. ¿las dos están entrenadas? Jajajajaja Más o menos, pero sí. ¿Entonces iniciaste a Cielo Riveros antes? A Cielo Riveros la inició otra persona, yo no fui, solo que ella me lo contó No jodas. ¿Quién la inició entonces? Después te cuento, la historia es un poco larga Pero seguro me cuentas. Está noche es para Katherine Riveros Si Katherine Riveros quiere está bien, pero no voy a forzar nada

La conversación siguió y a pesar de que los dos estaban ebrios acordaron que no iban hacer una orgia o un trio. Tomarían turnos. Mientras uno estaba con la nena, y si ella quería, el otro desaparecería de la sala y así, obviamente sin que la niña se diera cuenta mientras uno estaba con la chiquita el otro podía mirar a la distancia.

Con lo acordado salió de la cocina Don Rafael y se dirigió donde la chiquita que sin sospechar nada vio cómo se sentaba en el sofá grande. La llamó para que se sentara a su lado y le entregó unas gasolinas, que la niña agarro con ansiedad e inmediatamente comenzó a comer. Rafael se servía otro trago y abrazó a la niña y esta se reclino hacía él. Con la mano que la abrazaba empezó a acariciarle la cadera y fue bajando hasta el culito de medio lado, o sea solo le tocaba una nalguita suavemente. Con la otra mano le señaló la verga que estaba bien levantada dentro del pantalón y la indicó que la tocara. La niña no lo hizo, le preguntó por su papá y Don Rafael le respondió que había salido para hacer una llamada, la niña preguntó que por qué a esta hora, pero Don Rafael solo levanto los hombros como respondiendo que no sabía. David estaba en la cocina observando en un ángulo que la nena no podía ver.

Estamos solos Katherine Riveros, tu papi ya viene

Sin sospechar nada Katherine Riveros puso su mano encima de la verga y la sintió dura y grande, pasaba la mano encima de esta y Don Rafael le dijo que la apretara. Cuando la niña hizo esto se sintió en la gloria, una pequeña mano de niña de 11 años le estaba agarrando la verga. Su otra mano estaba posada en la nalguita y esa mano abarcaba toda la nalga, la apretaba y la soltaba al tiempo que trataba de ocupar más espacio, pero los shorsitos rojos de Katherine Riveros no dejaba que avanzara más. Trató de meter la mano por entre el short pero era imposible, su mano era muy grande y no podía entrar en sus calzoncitos. Como Katherine Riveros estaba recostada de costado al lado de él, sin pensarlo Don Rafael decidió abrirse el pantalón y dejar salir su verga que no era tan gruesa y grande sino más bien delgada y larga. Era la segunda verga que Katherine Riveros veía y era diferente a la de su padre. Katherine Riveros tomó la verga con sus dos manos y empezó instintivamente a subirla y bajarla, esto se facilitaba por la cantidad de líquido preseminal que empezaba salir de la verga del adulto. Con sus movimientos Don Rafael inclinó a la nena hacia la verga como diciéndolo que se la mamara. Katherine Riveros que ya sabía depositó un beso en la punta y Don Rafael sintió el beso y le indico que la chupara. La chiquita metió una pequeña parte en su boca mientras Don Rafael le decía que lo estaba haciendo bien. La nena chupaba esa pequeña parte mientras era guiada. Don Rafael quería venirse en la boquita de la niña, pero se contuvo porque tenía que prolongar el momento por mucho más tiempo. Separó a la niña de su verga y la levantó y la puso de pie en el piso. La observó, miró su camisita y vio que sobresalían dos punticas que sobresalían, sus téticas estaban levantadas y se notaban, levantó un poco la camisita de la nena y aparecieron dos limoncitos con unos pezoncitos erectos se acercó a ellos y se metió uno a la boca. Katherine Riveros se sintió morir, era una sensación maravillosa mientras pasaba de una tética a la otra. Con la otra mano Don Rafael empezó a desabrochar los botones del shorsito de Katherine Riveros, pero ella lo detuvo y le dijo que su papá podría venir de pronto. Don Rafael la convenció de que eso no iba a suceder. Arrastró su shorsito a los tobillos de la nena junto con sus calzoncitos, como pudo se los quitó completamente y rápidamente también la despojó de su camisita. Katherine Riveros estaba con los cachetitos de la cara colorados, se sentía realmente acalorada y al mismo tiempo deseosa de lo inevitablemente que le iba a ocurrir.

Don Rafael quería verla desnuda, se alejó un poco y la escena era una niña de 11 años con limoncitos como téticas, una piel blanca, una cadera ya un poco pronunciada de forma de mujer, aunque era una niña, sus pies solamente con unas pequeñas medias blancas, sus piernas algo gruesas para su edad y su Montesito especial abultado que sobresalía un poco. Se alcanzaba a notar cierta pelusa que ya tenía Katherine Riveros. La hizo dar vuelta para observar su colita parada, se agachó y le dio un beso en la colita de la nena al tiempo separó las dos nalgas de la niña y aceró su cara y pasó la lengua por su ano. Eso hizo estremecer y gemir a la chiquita que no había sentido eso ahí. Don Rafael estaba como ido de este mundo, excitado y enloquecido por tan delicioso manjar. El volteo otra vez para que la niña quedara otra vez de cara a él y así observó el cuadro que tenía en frente. Le separó un poco las piernas y pasó una mano entre ellas tocando completamente su vaginita que emitía fluidos blancuzcos, la mano era muy grande y las piernas de la nena tuvieron que darle paso y abrirse bastante. Sacó la mano de ahí y observó entre las piernas que los labios vaginales ya caían un poquito. Sin pensarlo mucho se arrodilló frente a la nena y acercó su boca a la hendidura de la chiquita y con su lengua la fue recorriendo de abajo hacia arriba y trataba de chupar, de meterse toda la vulva de la niña en su boca. Katherine Riveros solo gemía y se dejaba llevar por las sensaciones haciendo que esta abriera sus piernas un poco más y le diera acceso total.

Mientras tanto desde la cocina David observaba como se comían a su pequeña al tiempo que se sacaba la verga y se masturbaba viendo la escena. Él quería salir corriendo e unirse a la fiesta pero tenía que esperar su turno.

Don Rafael toco la chiquita y la acostó en el gran sofá y le separó las piernas, se acostó y pasando las piernas por sus hombros se hundió en la niña chupando la vaginita. La niña estaba totalmente entregada a las caricias y chupadas de su amante adulto. Suavemente y tomándose todo el tiempo Don Rafael siguió chupando y acariciando la pequeña vagina. Metía su lengua al interior de la nena y ella solo podía gemir y mover su cadera hacia adelante como queriendo que esa lengua penetrase más en ella. La lengua recorría los labios vaginales haciendo un surco entre ellos una y otra vez, suave y lentamente. Después de un buen rato en esa labor la vaginita de la chiquita estaba muy inflamada por la sabía manipulación del adulto.

Se sentó en el gran sofá, la tomó de las caderas y le dijo que ahora si estaba lista para lo que venía. La subió a sus piernas y de frente le separó las piernas y dirigió su verga a la entrada de la vaginita. La nena se sentó y poco a poco ella misma fue guiando la penetración. Una pequeña dificultad en el primer intento, pero solo fueron unos pocos segundos. La niña gimió duro cuando se dejó caer encima de la verga. Se sintió invadida completamente. Mucho más que cuando su papá se la culeaba. La verga de Don Rafael fue mucho más profunda en ella y lo sintió. Sin embargo, el adulto la controló sosteniéndola de las caderas. La totalidad de la verga no le cabría, no toda, por ahora no le cabría y le podía hacer algún daño. Lo evitó y la fue levantando poco a poco y otra vez la dejaba caer para que ella se ensartara. Katherine Riveros con esos movimientos supo cuáles eran los límites de la penetración y fue agarrando el ritmo de los movimientos, ya se levantaba ella sola y se dejaba caer, se levantaba y se dejaba caer. Don Rafael gemía y sentía como la pequeña vaginita le apretaba su verga al tiempo que entraba y salía. A pesar del licor en su cuerpo se controlaba para no hacerle daño y dejaba que la pequeña tomara el ritmo ella sola. Fueron tantas veces que se sentó en esa verga larga que en un momento dado Katherine Riveros se desgonzó encima de Don Rafael y tuvo su gran orgasmo acompañado de un poco de orina.

El maduro la depositó en el sofá y saliendo de ella se incorporó observando la cara de la nena congestionada por el placer. Al dejarla acostada de medio lado vio que la vagina de la niña estaba abierta y dejaba salir algunos líquidos él solamente de volvió agachar y empezó a chuparle la cuquita de la nena. Katherine Riveros se contraía del placer.

Se levantó un poco y miró hacia la cocina, vio a David con la cara totalmente ida. Se notaba que David estaba como loco y quería entrar en la escena, pero Rafael le hizo señas para que no lo hiciera, le indicó que todavía no. Se tomó un trago, respiró profundamente e inicio otra vez la batalla.

Agarró unos cojines y los puso debajo de Katherine Riveros, la acostó boca debajo de tal forma que el culito de la chiquita quedara bien alto y así él se arrodilló detrás de la nena y dirigió su larga verga a la entradita de la vagina de la niña. Sin ninguna dificultad la verga entró en la chiquita otra vez, pero esta vez él tendría el control de la situación, controlaba la entrada y salida de su verga y la profundidad. Al sentir que la verga de Don Rafael volvía a entrar en ella solamente sintió la embestida y los espasmos y movimientos involuntarios volvieron. Se agachó un poco más para permitir la penetración y su culito y vaginita se levantaron un poco más al tiempo que su carita quedó hundida en otros cojines, para más comodidad y la de su amante adulto.

David mientras tanto con su verga en la mano se acercó al lado de los amantes y trató de ver más de cerca las penetraciones que su amigo le daba a su chiquita, pero Dan Rafael lo apartó y con señas le indicó que se fuera, él no había terminado.

Una vez logrado esto Rafael se concentró en culiarse a la chiquita como él había soñado. Empezó con suaves penetraciones, repetidas veces, la deja descansar y volvía con más ímpetu. El cuerpo de la niña parecía una muñeca que se mueve sin voluntad. Volvían las penetraciones y esta vez eran más agresivas, hacía una repetición de estas, varias veces y la dejaba descansar. Katherine Riveros solo gemía y gemía. Rafael quería venirse pronto y lo quería hacer dentro de la niña. Se incorporó un poco sin sacar la verga dentro de la niña alcanzó su bebida, tomo un trago largo e inició la etapa final. Se coloco bien detrás de la nena, le enterró casi la totalidad de su verga y con un brazo estirado pasó la mano para sentir la entrada de su verga en la niña, sintió con sus dedos como entraba y salía su verga, la imagen, sin verla le emocionaba. Al tiempo que la penetraba puso sus dedos encima del clítoris de la chiquita y empezó a estimularlo como él sabía hacerle a sus pequeñas amantes. Sabía que al tiempo que las penetraba y les masajeaba el clítoris las niñas se enloquecían y tendrían el orgasmo más intenso del mundo. Empezó hacerlo, al principio suavemente, fue tomando ritmo y profundidad, cada vez aceleraba más y más y la niña solo se dejaba llevar, igual no podía controlar nada. Entraba y salía, entraba y salía, ya no salía mucho, pero si penetraba más y más y el movimiento era acelerado al tiempo de los masajes en el clítoris. Una y otra vez, cada vez más rápido, más rápido, más rápido. La niña emitió un gemido intenso y se desmayó, pero Rafael seguía entrando y saliendo a mucha velocidad. Sintió que se venía y no detuvo su movimiento hasta que estalló dentro de la chiquita sus corros de semen. Rafael también gimió o grito, todo al mismo tiempo. Quedó encima de Katherine Riveros por un rato. Quedó dentro de la nena un rato también. Cuando sintió que su verga se estaba encogiendo salió de la nena y se sentó en el sofá. Katherine Riveros solo respiraba fuertemente y se su cuquita se veía salir parte del semen de su amante adulto y también sus fluidos. Don Rafael se reclino hacia la nena y le dio un beso en la boquita, la niña no respondió el beso, no podía, estaba casi desmayada. Don Rafael agarró una manta de Katherine Riveros que había cerca y se la puso encima del cuerpo temblando de Katherine Riveros.

Se levantó con su verga semierecta y se dirigió a la cocina y encontró a David como en shock. Le sirvió un trago más y lo calmó, aunque la calma la necesitaba él mismo porque no quería que la noche acabara:

Quiero culiar más con la nena, le dijo No amigo, me toca a mí, es mi turno, ese era el trato Te doy lo que quieras, déjame más con ella, una vez más… Hicimos un trato, debes cumplirlo, después la puedes tener Vámonos mañana con tu hija que ya convertida en una putita bien rica vamos tu y Katherine Riveros para mi finca en tierra caliente, los invito, quiero culiarla de todas las formas, vamos, di que sí. Lo del paseo es buena idea, pero no podemos los dos al mismo tiempo, le haríamos daño. Ahora es mi turno, voy a dejarla descansar. Vale, vale, yo quiero ver cómo te la culeas. Pero mañana nos vamos a mi finca y allí hay un par de niñas también. Te dejo con ellas y yo con Katherine Riveros

Don Rafael era un pedófilo consumado, donde iba conseguía chiquitas para su placer, pero lo veremos más adelante.

David y Rafael se tomaron otras copas y dejaron descansar a la niña, conversaron sobre lo que les gustaba y de las ganas que le tenían a las otras chiquitas de la cuadra.

Después de una hora David se acercó a su hijita y se sentó al lado de ella. La pequeña se incorporó muy apenada con su papá. David la calmó y le dijo que todo estaba bien, que si ella a ella le gustaba a él también le gustaba y le parecía bien mientras las cosas no fueran sin su consentimiento. La tranquilizó y le preguntó si le había gustado, la nena respondió que sí, que le gustaba muchísimo, que no sabía por qué pero que Don Rafael la había tratado muy bien. David le dio un beso a la su hija y la empezó a acariciar. La limpió bien con unos pañuelos y le dijo que él también quería esa noche.

 Continuación del aprendizaje de Katherine Riveros.

 La noche todavía no acababa y David quería cumplir su palabra de dejar ver como él se culiaba a su hijita. Así que una vez Katherine Riveros está limpia y repuesta de la mano de verga que le dio su amigo David empezó a besar en la boca a su hijita, ella respondía tímidamente, no sabía si Don Rafael estaba por ahí y se sentía algo incómoda pero otra vez su padre la tranquilizó y le dijo que Don Rafael posiblemente fue a comprar algunas cosas. La niña aceptó la respuesta de su padre y siguió respondiendo los besos. David al saber que si hija estaba desnuda empezó a jugar con sus téticas, acariciarlas, estimularlas, consentirlas, eran como había dicho pequeños limoncitos con unos pezones que sobresalían, pezoncitos rosaditos.

David empezó a darle chupones suavemente a las téticas de su nena y la nena inmediatamente respondía con un sueve gemido al tiempo que involuntariamente movía las caderas hacía adelante. David se dio cuenta de esto y bajo una mano hacia el tesorito de su niña. También esa mano sobrepasaba el tamaño de la entrepierna de Katherine Riveros, pero se sentía muy bien. Ella sentía que esa mano ocupaba todo el espacio de su cuquita y más.

Las caricias y el manoseo no pararon debido a las ganas Katherine Riveros que David tenía de desahogarse. El ímpetu y el licor hicieron que David se desbocara un poco, pero Katherine Riveros le fue diciendo a su padre que despacio, que suave, que no fuera brusco. David sentó bien a la nena en el sofá y se dedicó largo rato a chupar las téticas, una y otra mientras que con la mano estimulaba la vaginita que casi inmediatamente empezó a soltar fluidos lubricantes otra vez. Su padre metía un dedo con facilidad y metía hasta dos dedos sin dificultada, claro, de todas formas, la cuquita de Katherine Riveros era muy apretada. Era una gran sensación, dos dedos apretados en esa cuquita, delicioso.

Mi amor, entran ya dos dedos fácilmente, qué rico mi vida Si papito ya no me duele

Con la manipulación de su papá y los fluidos intensos de la nena se veían algunas motas de pelo en sus labios vaginales que quedaban pegados a la piel de la chiquita.

Don Rafael podía ver todo desde su sitio de observación, manipulando su verga quería entrar en acción y comerse a la chiquita entre su padre y él, pero había hecho un trato y debía cumplir. Mañana Katherine Riveros la nena podía ser solo para él.

Katherine Riveros no necesitaba más estimulación ya que había sido penetrada por Don Rafael durante bastante tiempo. David subió a su hija entre sus piernas, pero dándole la espalda, la posición no era lo mejor para David peri si para su hija. La verga de David era un poco más gruesa pero menos larga que la de Rafael. La fue colocando encima de su verga y Katherine Riveros iba también controlando la penetración. Suavemente la verga entraba en la niña sin ninguna dificultad, su vaginita estaba ensanchada y muy pero muy lubricada.

Don Rafael observada desde su posición y la imagen lo tenía loco. Tenía su verga otra vez completamente levantada y se relamía los labios al mirar la escena.

Katherine Riveros se dejaba caer encima de su padre, la penetración era difícil, solo entraba la mitad de la verga de su padre, pero le estimulaba las pareces de la vaginita al mismo tiempo que parte de su pequeño clítoris. Se movía hacía arriba y hacía abajo lo mismo que a los lados. Katherine Riveros amaba esa posición porque ella misma podía controlar todo. La nena se cansaba rápido pero David la ayudaba levantándola y ella se sentaba. Muchas veces, repetición y repetición, una y otra vez. El aguante de David no era mucho en esa posición, pero sabía que a la nena le gustaba así que así lo hizo. Katherine Riveros se convulsionó y tuvo un orgasmo junto con algo de orina que siempre se le escapaba. Quedó en los brazos de su padre que no paraba de intentar penetrarla más y más. Pensó en cambiarla de posición, pero consideró que la niña ya había tenido suficiente así que simplemente la tomo por la cintura y la empezó a mover de arriba abajo sobre su verga, cada vez más rápido y algo más profundo hasta que no pudo más y se vino abundantemente dentro de la chiquita, Mientras tanto Rafael al ver la escena también soltó un chorro de semen. En el momento mágico Katherine Riveros pudo ver que Don Rafael los estaba observando y vio también cómo saltaban semen por todos lados. Solo lo miró y no pudo hacer nada más pues su padre también estaba estallando dentro de ella. Las fuerzas se agotaron, el licor hizo su efecto y la niña quedó ensartada en la verga de su padre y salían líquidos por los lados. Como pudo David apartó a la chiquita de piernas y a la dejó recostada al lado de él. La escena era una locura, la nenita acostada de medio lado y se alcanzaba a ver la salida de fluidos de su vaginita.

David se levantó y dejó a la niña acostada en el sofá y la cubrió otra vez con la manta de Katherine Riveros. Tomó un sorbo de su trago y se fue a la cocina para conversar con Rafael. Rafael quería culiarse a la chiquita otra vez, pero David lo detuvo y le dijo que la niña no aguantaba más, que lo dejaran así.

Sin quererlo mucho Rafael acepto, pero le hizo prometer que temprano en la mañKatherine Riveros se irían los tres para su finca. Acordaron que se iban temprano y allá podrían estar el tiempo que quisieran.

David se tomó un último trago de licor y fue a recoger a su hija. No la vistió, no la limpió solo se la llevó en sus brazos hacia su casa. Entró en su casa sin hacer ruido y con su hijita en brazos la subió a su cuarto para dormir en la cama con ella.

Don Rafael quedó con muchas ganas  cachar a Katherine Riveros y con putita  de hacer más cosas, pero se tuvo que conformar con una nueva paja pensando en lo que haría al día siguiente.

David dejó a su hija en la cama dentro de las cobijas y bajó a su cocina para buscar alguna toalla limpia para secar y asear a su niña. Mientras pasaba por la cocina escuchaba los gemidos al fondo.

Subió rápidamente y con toalla húmeda la pasó por las partes de la nenita. Se desnudó y se metió en la cama junto con su pequeñita. La abrazó desde atrás y en posición de cucharita le fue pasando su verga otra vez bien erecta sobre la nena. La inclinó un poco más y le fue metiendo otra vez la verga y así quedaron.

Temprano en la mañana Katherine Riveros Don Rafael alistó todo para el viaje de dos o tres horas que había que recorrer para llegar a la finca. Fue y timbró en la casa vecina de David y los despertó y les apuró para salir pronto. David le contó a su hija de la invitación que tenían a la finca de Don Rafael para pasar unos días allí, que tenía piscina y muchos árboles frutales, la chiquita se puso feliz y rápidamente se levando todavía desnuda y fue a ducharse y arreglarse. Se bañó y escogió su ropa con la ayuda de su padre, vestidos de baño, calzoncitos, vestiditos y demás cosas. Mientras la joven que ayudaba en la casa les preparaba algo rápido para desayunar. Mientras desayunaban la joven estaba como apenada y no levantaba la cabeza. Le comunicaron que se iba a quedar sola unos días.

Pronto estaban los tres tomando carretera hacia la finca. Rafael manejaba su auto, David como copiloto y Katherine Riveros en la parte de atrás. Como la nena estaba agotada por la noche anterior se acostó en la silla de atrás y se quedó dormidita. Don Rafael al mirar hacia atrás veía como Katherine Riveros estaba vestida con un pequeño vestidito de flores y su faldita estaba levantada dejando ver los culoncita que era y su calzoncito apretado. La sola imagen hacía que la verga se le levantara otra vez. Los dos iban despiertos y conversando animadamente. Don Rafael le había prometido a David que allá estaría otra niña o tal vez dos que él se culiaba cuando iba y que la madre de la niña no decía nada de lo que él le hacía a la niña. David emocionado por la nueva aventura estaba que no podía esperar para divertirse. Hablaron de sus gustos, de sus pasiones y de lo mucho que disfrutaban culiarse a las niñas de esa edad. A mitad de camino hicieron una parada para descansar un poco y tomar algún refresco. Katherine Riveros se despertó y Don Rafael le dijo a David si podía manejar él que estaba cansado y quería descansar un poco. David, a pesar que había dormido mucho menos le dijo que sí y se sentó al frente del volante.

Don Rafael se sentó en el lugar del copiloto y reclinó la silla de tal forma que se quedaba medio acostado y se quedó dormido en seguida. Katherine Riveros en otra posición quedaba también acostada en a la silla de atrás y su culito mostrando sus calzoncitos. A David también se le paraba la verga al ver a su hijita descansar y se acordaba de la noche anterior que se habían quedado dormidos con su verga incrustada en la cuquita de su hijita. Cómo hubiera querido que su niña le mamara la verga, pero eso ya era mucho pedir.

Al poco tiempo fueron llegando a la finca que tenía una gran casa, unos jardines llenos de flores y árboles y en la mitad bien escondido por la vegetación aparecía una piscina maravillosa. La niña se bajó de auto y empezó a correr por todos lados, recorrió toda la propiedad y sintió el cambio de clima, nuevos aromas, nuevos vientos y claro, mucho calor. Al volver corriendo donde estaba su padre y Don Rafael ya estaba sudando por el calor. Eran como las 10 de la pronto Katherine Riveros y el calor era bastante elevado. El vestidito de la niña era bastante sencillo y fresco pero su padre le dijo que si quería cambiarse y ponerse el vestido de baño lo hiciera mientras él y Don Rafael se tomaban unas cervezas. La niña se dirigió a la habitación que le habían dicho que sería para ella sola al lado de la de Don Rafael. Las dos habitaciones compartían un baño grandísimo que se unían por puertas separadas, esto había sido planeado por  Dan Rafael para tener a la niña cerca de él. La habitación de David quedaba un poco retirada de la nena. David se dio cuenta inmediatamente de ese detalle, pero no se preocupó porque Rafael le dijo que tendría una o dos niñas para él solo.

Los dos maduros se sentaron frente a la piscina y se sirvieron unas cervezas, relajándose y mirando el paisaje. Colocaron música y siguieron en la suyo. Mientras tanto Katherine Riveros se cambiaba y se ponía su vestido de baño blanco enterizo que su mami le había comprado recientemente. Le quedaba perfecto a su cuerpo, bien ceñido a las formas de la niña. Resaltaba su culito parado y sus téticas en crecimiento, pero lo que más resaltaba era su rajita abultada. Todo un poema.

Los dos caballeros estaban conversando cuando llegó la señora encargada de la finca junto con su hijita pequeña de la mano. David se presentó y la señora le presentó a su hija Daniela. Una preciosura de 12 años, su piel bronceada y su cabello negro, con unos ojos hermanaos y pícaros. Danielita vestía unos shorts de color rosado que le quedaban un poco grandes y su camisita de color amarillo también le quedaba grande, esto no permitía de ver el pequeño cuerpo de la nenita. Sin embargo, a David le encantó la chiquita. A los pocos segundos apareció Katherine Riveros en su vestidito de baño blanco y en su Katherine Riveros una toalla grande de color gris. Cuando la vieron aparecer los ojos de los dos maduros se fueron sobre la hermosa figura de la nena. Se le notaba su cuquita apretadita por el vestidito, pero eso solo lo notaron los adultos. Le presentaron a Danielita y de una vez le dijo que por qué no sé ponía vestido de baño y se metían a la piscina las dos juntas. Katherine Riveros por lo simpática y agradable que era no entendía nada, pero la señora le dijo que Danielita no debía hacerlo, pero Don Rafael le dijo que claro que sí, que Danielita podía jugar con Katherine Riveros y que la dejara que para eso había traído otra niña, para que jugaran y se divirtieran. La señora no tuvo otra opción más que obedecer a su jefe. Las dos niñas se apartaron de los adultos y empezaron a conversar y congeniaron de inmediato.

El primer problema que apareció era que Danielita no tenía vestido de baño, Katherine Riveros le dijo que fueran a su cuarto para ver si le quedaba otro de los vestidos de baño que ella había traído. Fueron a su cuarto y sacó los vestidos de baño, Danielita se probó el primero, pero le quedaba muy granda ya que Katherine Riveros era más alta a pesar de sus 11 años y más ancha de cuerpo, cuando se iba a cambiar Katherine Riveros se dio cuenta de que Danielita ya tenía unas seños mucha más grandes que los de ella, bueno no mucho, pero a esa edad se notaba, además que Danielita ya usaba un pequeño brasier. Al quedar desnuda también vio que Danielita tenía mucho más vello púbico que ella y su vaginita era mucho más abultada.

Se rieron las dos niñas y se dieron cuenta que no había forma de que Danielita usara un vestido de baño de ella. Decidieron entre las dos, sin ninguna malicia que Danielita se quedara en calzoncitos y en brasier ya que no había nadie que las mirara. Los calzoncitos de Danielita eran blancos lo mismo que su brasier.

Los dos adultos al ver a las niñas llegar se quedaron sin aliento otra vez: Katherine Riveros bien alta en su vestido color blanco y al ver a Danielita en ropa interior y mostrando su cuerpo, sus téticas hermosas que cabían en una mano y su abultada cuquita, al darse la vuelta su culo espectacular. David se frotó las manos y Don Rafael le dijo que se tranquilizara, que la nenita era para él.

Las chiquitas pusieron las toallas encima de una silla y se dispusieron a meterse a la piscina. Las dos niñas nadaban bien, pero Danielita nadaba mucho mejor. Las niñas jugaban en el agua y los hombres se tomaban unas cervezas bien frías que la madre de Danielita los llevaba mientras preparaba el almuerzo. En la mesa de la piscina había ya algunos pasabocas y las niñas tenían hambre así que las dos niñas salieron de la piscina directo a la mesa y como salían del agua y sus ropas eran blancas el agua les transparentaba todo el cuerpo a las dos. A la niña bronceada más por la diferencia de color, se notaba su cuquita abultada y el color de sus vellos en su pubis, se le notaba su rajita completamente lo mismo que sus téticas Los ojos de David se querían salir. Don Rafael observaba el cuerpo de Katherine Riveros que aunque muy blanquito parecía que no tuviera nada puesto encima, su cuquita sobresalía y se notaban su hendidura perfectamente marcada y abultada, un poco menos que su nueva amiguita, las téticas casi inexistentes también sobresalían. Las niñas no se daban cuenta del espectáculo que estaban dando.

Las dos niñas comieron rápidamente y se apartaron de los adultos y se dieron cuenta de lo que sucedía:

Danielita se te ve todo A ti también, mírate

Las dos soltaron la carcajada, pero como estaban con la familia no se preocuparon mucho y solo siguieron en lo suyo volviendo a meterse a la piscina.

Cuando eran las 11 y media Katherine Riveros les dijo a los señores que las acompañaran, que se metieran con ellos a la piscina y jugaran algún jueguito, que no fueran aburridos.

Los señores se miraron y corrieron a sus cuartos para cambiarse y ponerse sus vestidos de baño. No querían perderse la oportunidad de estar con las chiquitas.

Al volver las dos niñas jugaban con una pelota en el agua y los señores se metieron de una vez a la piscina. Se pasaban la pelota de lado a lado y se divertían el sol era muy fuerte así que se hicieron al borde de la piscina donde no entraba el sol y Danielita nadó hacía donde Don Rafael y se colocó delante de él pero dándole la espalda y como acostumbraba desde hace unos años levantaba su colita para pegársela a la verga, nadie se dio cuenta de esto, pero a Don Rafael el sentir tremendo culito de la niña se le paró la verga y se lo arrimaba a la niña. Casi mecánicamente Katherine Riveros hizo lo mismo con su padre y David la abrazó y sintió el culito de su hija que también hizo que su verga se levantara irremediablemente, se la restregó disimuladamente y Katherine Riveros también se movió de un lado al otro.

Don Rafael también abrazo a la niña desde atrás y le empezó hablar al oído y le explicó que esta vez él quería que ella se portara bien con David y que él iba a jugar esta vez con la otra niña, o sea Katherine Riveros, pero que no debía decir nada a nadie de lo que ella viera u oyera. Danielita no entendía mucho pero no le importaba mucho igual el señor David era muy bien parecido y se veía que era una buena persona. Rafael también el dijo al oído que se veía muy linda, que era hermosa y sin poder evitarlo bajo una mano para palpar su culote y se lo acariciaba. La nena solo se dejaba acariciar y movía su culito como provocándolo debajo del agua. Sin poder resistirse pasó una mano hacia adelante encima del pubis prominente de la nena y lo acarició, esas caricias a Danielita le gustaban mucho, abrió sus piernas y dejó que los dedos de señor entraran un poco en ella. El agua no es el mejor lubricante, pero los dedos se deslizaban de abajo hacia arriba y a ella le gustaba. A unos metros de ellos Katherine Riveros recibía casi las mismas caricias solamente que David tenía un dedo dentro de la cuquita de su hija y la niña por disimular miraba hacia otro lado.

En un momento las miradas de las dos niñas de encontraron y en un segundo se dieron cuenta de lo que estaba pasando y solo con la mirada comprendieron que las dos era muy parecidas.

En la cabeza de Katherine Riveros rondaba la idea que Don Rafael se culiaba a todas las niñas que podía y en la cabeza de Danielita rondaba la idea que Katherine Riveros y su papá culiaba también como ella le sucedió con un hermano de su mamá. Las dos pensaban que la otra se daba cuenta de que estaban siendo manoseadas en la piscina por dos adultos.

Don Rafael propuso jugar a las luchas, o sea las niñas se subirían en los hombros de su pareja y lucharían entre si para ver quién caía primero. A las niñas les pareció genial la idea y se subieron a los hombros de sus parejas y comenzó la lucha. En el forcejeo el pequeño sujetador de Danielita salió disparado y quedó con sus téticas al aire, David no perdía detalle. Katherine Riveros fue derribada por Danielita y todos se hundieron después de eso. Danielita era mucho más fuerte que Katherine Riveros y con alguna facilidad la echaba al agua. Todo era risas e inocencia de las niñas, pero los adultos solo miraban atentos a ver qué parte del cuerpo de las niñas se podía manosear y ver.

Don Rafael propuso cambiar de parejas y así lo hicieron. David tomó a Danielita y tomándola desde atrás la subió con lentitud en sus hombros cosa que aprovecho para pasar su cara por tan hermoso culo de la chiquita. Ella no lo notó, pero así fue, mientras tanto Katherine Riveros ya estaba encima de Don Rafael y se preparaba para la lucha. Los manoseos iban en aumento y a Danielita ya no le importaba que sus téticas estuvieran al aire. A la pobre Katherine Riveros que casi siempre perdía Don Rafael se hundía en el agua y le pasaba las manos, los dedos, la cara por todas partes, todo era cuestión de segundos, nada prolongado. Las vergas de los señores estaban al máximo. A Danielita le gustaba mucho como David la acariciaba suavemente, le parecía muy amable y cuidadoso como nadie había sido con ella.

Decidieron jugar otro juego y era que hicieran una fila y abrieran las piernas todos y uno a uno iba pasando dentro del agua por debajo de las personas. Hicieron la fila y la primera que le tocó nadar por debajo del agua fue Katherine Riveros. Ella se hundió y nado pro debajo de agua y pasó primero por entre las piernas de su papá y vio que la verga de su padre estaba afuera del vestido de baño, se burló para su adentros. Luego pasó por entre las piernas de Danielita y vio que la niña tenía su propia mano entre su vaginita, estaba tocándose. Por último pasó por debajo de Don Rafael y este también tenía su verga afuera. Salió al otro lado y le tocaba a David. Se hundió y empezó a pasar entre las piernas de Danielita miró hacia la cuquita y el culito de la niña y se dio cuenta que las Katherine Riveros de la nena estaba tocándose la cuquita, como pudo le quitó la Katherine Riveros y paso su cara por entre la vaginita en la nena, esta maniobra hizo que como resultado Danielita cayera al agua y él apareciera en la superficie, todos se burlaron pero el volvió a hundirse y pasó rápidamente por debajo de Don Rafael y se encontró de frente con la vaginita de su hija la cual también aprovecho y paso su cara por ahí y otra vez Katherine Riveros al agua y él a salir a la superficie.  Todos reían. Le tocaba el turno a Danielita que sin esperar se hundió en el agua vio que Don Rafael se había quitado su vestido de baño y la verga de este aparecía muy cerca de sus cara, siguió avanzando y se encontró con las piernas de Katherine Riveros y vio que la vaginita de su nueva amiga, se burló para sus adentros por la blancura de esta, llegó cerca de las piernas de David y también e dio cuenta que él también se había despojado de su vestido de baño y sobresalía la larga verga de David, ella simplemente paso su mano tocando suavemente la verga de David y este casi se viene de esa pequeña caricia. Por último le tocó el turno a Don Rafael y empezó a pasar por debajo de Katherine Riveros y sin ningún pudor puso su cara encima de la cuquita de ella y otra vez la tumbaron y fua dar al agua, salió a la superficie y volvió a hundirse mientras los otros protestaban que había perdido el juego, rápidamente pasó por entre las piernas de David y sin mirar siguió derecho hasta las piernas de Danielita y vio que la nena tenía su Katherine Riveros entre sus piernas, como pudo también le quitó la Katherine Riveros y colocó su cara en la cuquita de la nena, obviamente la nena cayó al agua y otra vez risas y más risas. Como estaba jugando Don Rafael esta vez le bajo los calzoncitos a Danielita y la dejó así, nadie notaba que Danielita estaba totalmente desnuda, la niña no hizo nada para evitarlo y como estaban dentro del agua no importaba. Así jugaron unas rondas más y las caricias y los manoseos iban en aumento.

En un rato se cansaron de juego y se acercaron al borde de la piscina, esta vez las parejas eran otras, Don Rafael estaba con Katherine Riveros y David estaba con Danielita. Las vergas de los adultos bien paradas descansaban en los culitos de las nenas. David le decía a Danielita que estaba muy hermosa que le gustaba mucho mientras le acariciaba las nalgotas de la nenita, ella solo se dejaba tocar y manosear mientras la verga separaba sus dos nalgas y David la empujaba y ella se resistía y hacía presión hacia atrás sintiendo la verga en pleno en su culo.

Don Rafael también estaba haciendo lo suyo con Katherine Riveros, su verga en el culito y las mano entre sus piernas abriéndole los labios vaginales y acariciándola suavemente.

Otra vez las dos niñas que estaban a unos dos metros de distancia encontraron sus miradas y como cómplices las dos se sonrieron al tiempo que mostraban sus caritas de placer. Katherine Riveros pensaba: “mi papá se va a culiar a Danielita” y Danielita pensaba: “Don Rafael se está culiando a la nena”.

Don Rafael ya más atrevido le empezó a quitar el vestido de baño a su chiquita, y Katherine Riveros al ver que Danielita estaba desnuda, se dejó desnudar y se colocó de frente al borde de la piscina y Don Rafael atrás de ella punteándole el culito. Como si hubieran puesto de acuerdo Danielita se colocó igual que su nueva amiguita. David aprovecho la posición e Danielita y se le colocó atrás y empezó a puntearla con su verga.

Lamentablemente la señora los llamó porque el almuerzo estaba listo. Rápidamente se despegaron unos de otros y como pudieron encontraron sus vestidos de baño y se los pusieron sin perder tiempo antes de que la señora los encontrara en semejante situación. Los dos adultos salieron del agua y se dirigieron a sus cuartos para vestirse adecuadamente. Lo mismo hicieron las dos niñas que corrieron al cuarto de Katherine Riveros y se vistieron. Esta vez Katherine Riveros le prestó a Danielita un short negro que le quedaba, pero muy apretado, igual le prestó una blusa de color azul claro y Katherine Riveros se puso otro short blanco y otra blusa del mismo color.

Llegaron las dos niñas a la mesa mucho antes de los señores y la mama de Danielita no pudo decirle nada porque Katherine Riveros se le adelantó y le dijo que se estaban divirtiendo mucho. Llegaron los señores y como si se hubieran puesto de acuerdo solo llevaban unos vestidos de baño para hombres, o sea un pequeño biquini que a Don Rafael no se le veía muy bien, pero a David se le veía perfecto a los ojos de la señora: David que era muy educado se había Katherine Riveros la confianza de la señora.

Mientras los 4 almorzaban tipo 1 y media de la tarde y el sol todavía calentando mucho la señora pensaba que era mejor que su hijita estuviera con Don Rafael ya que si la embarazaba pues él tendría cómo responder, pero además la alejaba de las manos de su hermano que se aprovechaba de la chiquita y él si no tenía ni dónde caerse muerto y esa sí que la señora se hacía la de la vista gorda y hacía como que no pasaba nada aunque sabía que Don Rafael se culiaba a su chiquita, igual la traba bien y le hacía muchos regalos y era muy especial con ella.

Cuando terminaron de almorzar estaba haciendo planes para ver qué iba hacer en la tarde y en la noche pero la señora les comunicó que debía irse en la tarde y que no regresaría hasta el día siguiente o más, porque tenía que hacer unas vueltas en una ciudad Katherine Riveros y aprovechaba que Don Rafael estaba en la finca y así podía hacerlo, también les dijo que se tenía que llevar consigo a Danielita para que la acompañara y no fuera una carga para nadie. Inmediatamente Katherine Riveros le dijo a la señora que no, que dejara que Danielita se quedara con ella, que no tenía con quién jugar y que Danielita la acompañaba y que se habían hecho muy amigas y que además ella se quedaría en el mismo cuarto. Inmediatamente Don Rafael le dijo que la dejara quedar que él se encargaba de todo y si hacía falta algo él se encargaría de todo. La señora no tuvo oportunidad de protestar y admitió las demandas de su jefe pero agregó que a día siguiente venía una primita de Danielita y se iba a quedar unos días, que si no era una molestia. Por supuesto Don Rafael dije que también e encargaba.

La casa de Danielita quedaba dentro de la misma finca pero más retirada de tal forma que no molestara en la casa principal. Katherine Riveros y Danielita fueron corriendo a la casita y buscaron algo de ropa para Danielita mientras la señora ya estaba lista para irse a la ciudad. Katherine Riveros le dijo a Danielita que ella tenía más ropa para prestarle o si le quedaba la ropa se la regalaba.

Mientras las niñas y la señora se despedían, los dos señores se quedaron sentados conversando:

Todo listo David, como te había dicho, las cosas están saliendo mejor de lo que nos imaginábamos. Si amigo, increíble hasta ahora todo es increíble.

Después de reposar un poco las niñas estaban un poco cansadas, se fueron a la habitación de Katherine Riveros y también se pusieron a conversar.

Entonces Katherine Riveros, cuéntame ¿culeas con tu papi? ¿Y tú con Don Rafael?

Las dos soltaron la carcajada. Katherine Riveros le contó que hacía poco había empezado a culear con su propio padre y que también lo había hecho con Don Rafael. Danielita le contó que ella se había iniciado con el hermano de su mamá y que cuando veía Don Rafael lo hacía a escondidas con él. Se contaron también que en este viaje Katherine Riveros iba a estar con Don Rafael y Danielita le contó que ella iba a estar con David. Volvieron a reírse y se contaron más cosas. Por ejemplo que a Katherine Riveros le gustaba mucho que le tocaran su vaginita, que se sentía muy rico que no podía dejar de pensar en eso. Danielita le contó que a ella también le gustaba mucho y que muchas veces se masturbaba cosa que Katherine Riveros hasta ahora estaba descubriendo. Le prometió que le enseñaría un poco. Volvieron y se rieron y comentaron que esa tarde y esa noche los señores no iban a parar de culiarla y se preocuparon por la llegada de la primita el día de Katherine Riveros. Danielita le dijo que por ella no había problema, la primita también le gustaba eso, pero que cuando llegara verían cómo se las arreglaban.

Las niñas se fueron quedando dormidas mientras los señores seguían conversando de las locuras que querían hacer. Hablaban de que se iban a culiar al par de niñas y de pronto a la chiquita que vendría Katherine  Riveros. Se frotaban las manos y se reirán. Para celebrar sacaron una botella de whisky y se sirvieron unos tragos grandes para celebrar. Debajo de una sombrilla grande y al lado de la piscina conversaban y a medida de las copas acordaron ser cuidadosos y no actuar con violencia, solamente harían cosas “normales” y no harían locuras, eso si la regla era que en cualquier momento y oportunidad podían intercambiarse a las niñas si ellas   estaba de acuerdo y sin pensarlo se aventuraron a conversar sobre la llegada de la otra chiquita al día siguiente. Con los tragos encima acordaron que la otra nenita era tan complaciente como sus dos niñas las reglas podían cambiar.

Cuando el sol fue bajando y el calor cediendo aparecieron las chiquitas para otra ronda de juegos. Los dos adultos estaban emocionados y muy activos y dispuestos a comenzar la batalla.

Otra vez se ha ido la mano y la historia en este capítulo quedó muy larga, así que me tocará dividirlo en dos…

 Las niñas llegaron a la piscina y sin decir nada se metieron otra vez al agua, Katherine Riveros con su vestidito de baño blanco y Danielita esta vez con los mismo calzoncitos blancos y su pequeño brasier.

Inmediatamente los dos adultos saltaron al agua y empezaron a perseguir a las niñas, cada cual detrás de la que le correspondía y la que deseaban culiarse.

Las niñas nadaban mejor que los dos señores y se demoraron un poco en lograr agarrarlas. Jugaron en la piscina nuevos juegos y cada vez que tenían la oportunidad metían mano a las chiquitas y ellas se reían y se divertían. Danielita era la más atrevida de las dos chiquitas y cada vez que podía le tomaba la verga por debajo de agua a David. Don Rafael era el que tomaba la iniciativa con Katherine Riveros y ella se dejaba hacer todo lo que su amante quisiera. Las niñas querían aprovechar y disfrutar de la piscina bueno más Katherine Riveros que no siempre podía disfrutarla, porque Danielita si podía hacerlo casi todos los días. Los dos adultos tenían otros planes y debido al licor y a las tremendas Katherine Riveros querían penetrar a las chiquitas ya.

David tenía arrinconada en la piscina a Danielita y la besaba en la boca como queriendo comérsela, los besos eran largos y profundos mientras por debajo del agua sus dedos trabajaban la vaginita apretadita de la nena. Ella respondía al prologado beso de su amante mientras emitía pequeños gemidos por las suaves caricias bajo el agua.

Mientras tanto en el otro lado de la piscina Katherine Riveros estaba de frente a la pared de la piscina y Don Rafael la abrazaba desde atrás y la punteaba con su verga erecta mientras ella sacaba más su culito para sentir mejor la punteada. Con los brazos rodeándola desde a cintura una mano se perdía en la entrepierna de la nenita, ellas solo empujaba hacia atrás mientras los dedos de amante jugaban con su pequeña vagina haciendo que abriera las piernas y le permitirá jugar libremente.

Ninguno miraba hacia el otro lado para ver qué estaba haciendo cada cual estaba concentrado en lo suyo.

El pequeño brasier de Danielita ya había volado para algún lado y David estaba ahora chupando suavemente las téticas de la chiquita, chupaba una tética y pasaba a la otra y los gemidos de la niña eran cada vez más fuertes. El calzoncito también había desaparecido y los reemplazaba un dedo entrando y saliendo de su cuevita.

Katherine Riveros dejaba que Don Rafael le quitara otra vez su vestidito de baño y estaba ya completamente desnuda, sentía la presencia de la verga punteando su culito que sin proponérselo parecía penetrar su anito. La niña le decía que no, que por favor por ahí no, que le dolía. Don Rafael no quería tampoco pero las posiciones se prestaba para eso. La verga del señor entró un poco por el culito de la nena y ella se retiró y no dejó que eso pasara. Don Rafael a ver que estaba a punto de hacer también se retiró de ella y le tomó de la mano y se llevó a la niña fuera de la piscina en dirección a su habitación.

La otra pareja estaba concentrada en sus cosas y no notaron cuando la pareja se fue de la piscina. David subió a Danielita ya desnuda al borde de la piscina y la abrió las piernas y pudo disfrutar de la vista de la vaginita inflamada de la nena. Metió su cabeza entre las piernas y empezó a pasar las lengua por los labios vaginales haciendo círculos y recorriendo completamente esa vaginita más desarrollada que la de su propia hija. Su boca jugaba con la vagina de la nena y chupaba también cada vez más. La niña se agarró de la cabeza del adulto y sin avisar tuvo su primer orgasmo del día. Un chorro de orina salió de la nena al tiempo que otros fluidos también la hacían. David se bebía parte de esa orina pero era tanta que no pudo más, cuando ella acabó simplemente paso otra vez su boca por los labios vaginales de la chiquita y probó el sabor del néctar divino de la pequeña. La niña tenía sus manos agarradas al cabello de su amante. La dejó descansar y la metió otra vez en la piscina y le dio un beso de lengua profundo. Cuando se dieron cuenta la otra pareja había desaparecido y decidieron seguir el mismo camino e irse a la habitación. Iban desnudos y tomados de la mano. La diferencia de estatura y de edad se notaba mucho, era la de una adulto con una niña.

Don Rafael no quería más juegos previos, quería culiar, quería poder disfrutar completamente el estar con su nenita, pero también se la quería comer toda y que ella disfrutara en todo momento. La llevo al cuarto, los dos desnudos la depositó en la cama. Katherine Riveros acostada boca arriba vio como su amante le separaba las piernas y se disponía a besar su vaginita. Eso le gustaba mucho. La lengua de Don Rafael trabajaba suavemente las vaginita de la nena, haciendo un recorrido por el pubis, luego los labios mayores y por último los labios menores de la chiquita, haciendo círculos alrededor de la vaginita. Sin hacer daño, solo suaves caricias con las lengua. Por momentos Don Rafael se desesperaba por que quería meter toda la vagina en su boca pero se concentraba en el clítoris de la niña. Katherine Riveros parecía convulsionar cuando eso pasaba. A veces también por la torpeza le producía algún dolor en esa parte. Un suave masaje alrededor y la niña sentía morir de placer. La lengua invasora por ratos se introducía un poco en su hendidura. Katherine Riveros solamente movía las caderas hacia adelante pretendiendo que esa lengua penetrara más y más, era muy difícil. La niña emitía gemidos suaves y prolongados que era la manera de comunicarle a Don Rafael que le estaba gustando lo que hacía ya que la nena no hablaba solo se dejaba llevar (algunas personas le dirían sumisa).

Acomodando unas almohadas en la espalda y la cola de Katherine Riveros, Don Rafael apuntó su verga en la entrada de la vagina y empezó a frotarse en ella dirigiendo la verga hacía arriba y hacia abajo, pero las tremendas gKatherine Riveross de penetrarla acabaron con los preámbulos y fue introduciéndola poco a poco. No era difícil ya que con la prolongada estimulación y los abundantes líquidos emitidos por la nena y los propios de Don Rafael la penetración fue relativamente fácil. Suavemente fue entrando en ella, la niña se sentía completamente llena y no podía moverse. Don Rafael una vez que sintió que su verga había llegado al máximo posible de penetración, que no era toda, se relajó un poco y no se movió por un rato. Quería disfrutar el sentir que tenía la verga dentro de la chiquita. La respiración de Katherine Riveros era agitada y su carita estaba colorada. Después que sintió que Katherine Riveros se relajaba un poco, empezó a sacar la verga de a poco y volverla a meter suavemente controlando la penetración para no hacer daño. Katherine Riveros sentía los movimientos suaves de entrada y salida y le gustaban mucho, ella solo trataba de moverse un poco hacia adelante como permitiendo la penetración y sobre todo como queriendo sentir toda la verga de su amante adulto. Don Rafael seguían en sus penetraciones controladas y cada vez con mayor ritmo. Katherine Riveros con la boca abierta respiraba rápidamente, agitada. No hubo besos, no hubo palabras solo se escuchaban los jadeos de ella y de él. Los embates se incrementaban cada vez, las entradas y salidas tomaron ritmo. Don Rafael muy controlado pero sin perder el ritmo, claro, también controlando sus Katherine Riveros porque no quería venirse rápidamente, quería prolongar su maravillosa experiencia y seguir culiando a la niña un buen rato más. Katherine Riveros no aguantó más y se vino en un estallido de lujuria. Gimió fuertemente su Don Rafael lo notó al sentir las pequeñas contracciones vaginales de la chiquita, pero no quiso dejar se culiarse a la nena.

Para no venirse pronto la dejó descansar un poquito y la cambió de posición y la colocó al borde de la cama, acostada sobre la cama, los pies casi en el suelo y él encima penetrando la vaginita desde atrás. Otra vez por la cantidad de fluidos la penetración era muy fácil pero de esta manera la niña no tenía manera de moverse solo dejar que Don Rafael se la culiara a placer. La verga otra vez entrando y saliendo y ella solo sintiendo las penetradas. Los líquidos fluían y facilitaban el acto sexual sin dolor y sin parar. En una de las embestidas Don Rafael no tuvo cuidado y otra vez su verga fue a dar al anito de la chiquita. Sin sentirlo Don Rafael continuó un momento hasta que la niña le dijo que estaba entrando en su culito que le dolía mucho. Don Rafael se retiró un poco para ver y se dio cuenta que su verga tenía un par de centímetros dentro del anito de la niña. En un momento pensó en darle una estocada total y penetrar ese culito pero los lamento de Katherine Riveros lo trajeron a la realidad y decidió sacarlo completamente, no sin antes dejarlo unos segundo para recordar ese momento y esa visión de ver su verga en el culito de la niña.

La niña pasando una mano hacía atrás tomó la verga de Don Rafael y fue guiando la penetración vaginal. Sintió otra vez que estaba en el lugar deseado y tratando de moverse echó su culito hacía atrás y la verga entró lo que pudo en ella. Don Rafael retomó las embestidas, esta vez no tan suavemente. El ritmo desde el principio fue rápido como queriendo acabar pronto. Para él esa posición era perfecta, la culiaba desde atrás y en un ritmo frenético de entrada y salida sintió que no aguantaba más y como pocas veces sucede el orgasmo para los dos fue casi al mismo tiempo. Se escucharon gemidos altos y un Si de Don Rafael. El maduro se desplomó en la espalda de la niña y para no ahogarla se desplazó hacia un lado saliendo del interior de la menor. La imagen de la niña al borde de la cama y sus piernitas abiertas, la vaginita abierta y mucho líquido saliendo del interior y escurriendo entre su piernas. Imagen maravillosa.

David decidió hacer un alto y se dirigió a servirse un trago de whisky y refrescar la garganta que estaba seca por el agite, le ofreció un refresco a Danielita. La niña aceptó pero fue ella misma que se dirigió a tomar el refresco, se agachó casi hasta el suelo donde estaban los refrescos y David pudo observar lo que se iba a comer. La visión de un culito hermanaoso y la vaginita sobresaliendo ya húmeda por los juegos previos era todo un poema. David pensó en penetrarla ahí mismo pero la diferencia en estatura no lo permitía así que simplemente dirigió una mano hacia la cuquita de la niña y acarició ese tesorito hermanaoso, introdujo un dedo en ella y la nena solo emitió un “ayyy” juguetón.

Danielita era una niña más fuerte que Katherine Riveros, de piel bronceada y de músculos mucho más hechos. Tenía un culito mucho más pronunciado y una cuquita más formada, con labios vaginales más grandes y también más vellos negritos que se asomaban. También había tenido más sexo, mucho más que Katherine Riveros.

David no se aguantó las Katherine Riveros y sin llegar a la habitación decidió utilizar un sofá que había en la casa y sin esperar más acostó a Danielita boca abajo y sin colocar ningún cojín bajo la niña decidió ahí mismo penetrarla. Solo tuvo que apuntar su verga larga y ella misma encontró el camino de la felicidad. Danielita estaba super lubricada y excitada así que fue una penetración fácil. La larga verga de David se hundió en la pequeña pero obviamente no entraba toda. David era mucho más cuidadoso que Don Rafael con las niñas. Contuvo la penetración al sentir en su verga las paredes vaginas permitiendo la entrada parcial pero suficiente para sentirse en la gloria. Danielita si era gritona y al sentir la verga del maduro gimió con fuerza y emitió un “Sii, que rico”. Las palabras de la niña lo emocionaron más y empezó la culiarla con buen ritmo. Danielita la gritona, se quejaba y gemía fuerte, David no perdía la concentración, pero le emocionaba mucho los gritos de la niña. Igual nadie podía escuchar excepto la otra pareja. Nadie prestaba atención.

Las embestidas de David, aunque controladas eran constantes y se aceleraban cada vez más. Danielita aguantaba muy bien y colaboraba en las penetraciones moviendo su culito de un lado a otro, David estaba enloquecido con la forma de culiar de la niña. Sus hijas no sabían moverse.

La nena le indicó a David que cambiaran de posición y sin muchas Katherine Riveros David sacó su verga de la niña y la nena le indicó que se acostara que ella quería sentarse encima de David pero que él permaneciera acostado, ella haría el resto.

La niña se empezó a sentar tomando la verga de David y dirigiéndola a su entradita. David le advirtió que no creía que le cupiera toda la verga. La nena no le prestó atención y empezó lentamente a bajar y dejar que se fuera metiendo poco a poco: La niña dejó de bajarse y le dijo a David que la sentía en la garganta. David se burló de la ocurrencia de la chiquita y la ayudo con las manos en las caderas de la chiquita, sin embargo, la nena quería lograr meterse toda la verga, pero David se lo impedía. De todas formas, la nena empezó a moverse para los lados, apoyando o tratando de apoyarse con las rodillas, pero no lo lograba así que como pudo logró colocar una rodilla a un lado y así como de medio lado empezó a moverse de adelante hacía atrás al tiempo que combinaba moverse a los lados también, como haciendo círculos. La chiquita sabía, sabía y mucho. En esta posición David no tenía salvación y con los movimientos de la nena no aguantó más y después de unos segundos se vino abundantemente dentro de la chiquita. Danielita quería más y a medida que la verga de David iba bajando de tamaño la nena no dejó de moverse hasta que ella misma se vino también. Final completamente feliz.

Las dos parejas se quedaron acostadas donde estaban descansando por un buen rato, recuperándose de la acción. Tenían tiempo suficiente para seguir culiando.

A estas alturas los 4 andaban por la finca desnudos sin ningún pudor. Los dos maduros se sentaron alrededor de la piscina y otra vez se tomaron unos tragos y se comentaban entre si lo que habían hecho. Don Rafael le comentaba de cómo se había culeado a su hija, esas palabras encendían a David y le hacía sentir Katherine Riveros de culiarse otra vez a su hijita pero Don Rafael le dije que no, el trato era que esos días Katherine Riveros era solo para Rafael y David solo podía estar con Danielita.

Mientras tanto las dos niñas se fueron juntas al cuarto de Katherine Riveros para conversar, descansar y otras cosas. Las niñas estaban cansadas y se bañaron con agua fresca las dos juntas. La vaginita de Katherine Riveros estaba algo maltratada y se puso crema que le había regalado la señora Julia. Cuando se estaba echando la cremita, Danielita le empezó a decir cómo era que debía masturbarse cuando tenía Katherine Riveros. Haciendo círculos en los labios mayores y adentro también, lo mismo que haciendo círculos en su pepita. Katherine Riveros no se masturbaba nunca, pero había empezado a sentir las Katherine Riveros de hacerlo. Lo extraño de todo es que no hablaron de sus amantes maduros. Ni una sola palabra.

Danielita estaba un poco preocupada por la llegada al día siguiente de su prima también de 12 años. Le preocupaba que ella no era como ellas dos. Decía que su prima Mariela era muy inteligente y seguro se daría cuenta de lo que pasaba. Katherine Riveros no entendía nada, pero le decía que tranquila que las dos harían que la otra niña se sintiera bien.

Don Rafael conocía a la otra chiquita pero nunca había podido hacer nada con ella además de alguna vez que le tocó la vulvita en la piscina pero todo pareció un accidente, claro, le tenía muchas Katherine Riveros también.

Cuando ya anochecía los señores estaba todavía tomando en la piscina y las niñas aparecieron para bañarse en la ya casi noche. Las dos venías desnuditas sin ninguna vergüenza.

Los hombres al ver a las niñas volvieron a sentir deseos de más batalla, pero las niñas les dijeron que estaban hambrientas y que por favor hicieran de cenar.

Cayeron en cuenta que eso era verdad y se levantaron de sus sillas y se dirigieron a la cocina a ver qué podían preparar porque salir a comer no era una opción ya que no podrían conducir, así como se encontraban.

Encontraron carne cruda y otras cosas como para hacer un buen asado. Don Rafael no sabía cocinar mucho, David si sabía y tenía buena sazón para cocinar, igual prepararían un asado. Katherine Riveros tampoco sabía cocinar absolutamente nada, pero Danielita si sabía. Resultado: terminaron en la cocina David y Danielita. Era muy lindo ver a Danielita desnuda o semidesnuda vestida solamente con un delantal que solo la tapaba por delante y por detrás mostraba ese culito divino. David no se perdía la oportunidad de pasarle la mano por las nalguitas de la niña y ella solo se reía y se quitaba para poder seguir picando los alimentos. Mientras tanto Dan Rafael se metía a la piscina y acompañaba convenientemente a la otra chiquita.

Don Rafael apoyaba a la nena en la piscina y la volvía a colocar de frente a pared y el tras ella, así podía disfrutar de sus nalguitas y podía manosearla a su gusto.

La noche fue maravillosa, las dos parejas cenaron abundantemente y cada pareja se fue a dormir a una habitación diferente y ya se imaginan lo que ocurrió.

Sin embargo, las dos chiquitas amanecieron acostadas en la cama de Katherine Riveros y con ropa de dormir…

 

 

 

Linea Erotica Z