Katherine Riveros Ella es una joven puta que me llevó al cielo sexual.
Katherine Riveros es una putita de 9 años me llevo al cielo sexual
Si no me conoces, te diré que soy un viejo de 72 años, vivo solo y durante el año de cuarentena me convertí en un súper pajero y actor porno (mi verga)…
Era una mañana tranquila, yo, leyendo narraciones en esta comunidad y tocándome suave la verga, cuando escuché los gritos de los chicos del barrio; chicos de entre 5 y 11 años, la mayoría mujeres, que se pasan todo el día jugando vóley, haciendo carreras, con scooters, bicicletas…en fin, es un loquerío…
La voz de una niña gritó: -Eres una gorda y todo el grupo repitió: Gorda, Gorda… la gorda contestó: – Y tú una potona… Potona, potona… Esa palabra me interesó, me acerqué a la ventana y vi que los niños estaban en un círculo y, en el medio, una nenita levemente gordita, de cabello largo, carita redonda, blanquita, vestida con una camiseta rosada pegada que le permitía ver dos botoncitos, futuras deliciosas tetas y un short negro, que dejaba al descubierto un par de piernas torneaditas, largas y que cubría, hasta donde podía, un espectacular culo, un par de nalgas redonditas, grandes, que levantaban la camiseta y se querían salir del short…me quedé impresionado frente a esa obra maravillosa de la naturaleza…mi verga se endureció de inmediato y mis amantes manos procedieron a frotarla salvajemente hasta hacerla emitir chorros de cremoso semen, que, como siempre, lo deposité en el recipiente que tengo para ese fin, para luego tragármelo sin desperdiciar gota alguna…
A partir de ese instante, la potona se convirtió en el blanco de mi atención, mis sueños, mi morbo y mis pajazos diurnos y nocturnos… la grabé, le tomé fotos, y me puse a admirarla durante sus recorridos en bicicleta… es un espectáculo delicioso, sobre todo, cuando usa vestido…al pedalear, se sube el vestido y muestra sus muslitos, su entrepiernas, las nalgas que no puede cubrir el calzón, la vulva gordita apretadita por la tela del calzón y, en el medio, una rajita que se mueve al ritmo del pedaleo…no me puedo resistir…
Hace dos días, como siempre, muy temprano, mientras los otros chicos aun dormían, ella ya estaba bicicleteando, ataviada con un vestido negro…y yo, en mi ventana, mirándola y masturbándome…de espaldas atrae el gran culo que resalta y, de frente, todo lo que ya describí…qué rico…cada vez que la veía de frente, la velocidad de las manos aumentaba y las ganas de eyacular se hacían más inaguantables…se acercaba el final, sentía la leche recorrer mi interior buscando la libertad, la verga me picaba más…la miraba, me pajeaba, la miraba, se me salía el semen…
Un gato cruzó la pista, la nena, para no atropellarlo, movió violentamente el timón y la bicicleta derrapó, ella voló, cayó de rodillas, giró, levantó y abrió las piernas, el primer chorro de leche salió violento, rumbo al recipiente… la nena se levantó, su rodilla derecha se veía roja, ella lloraba, no había nadie más en la calle…sin pensarlo, tomé el short de mi pijama, me lo puse y bajé corriendo; llegué al lado de la niña, la ayudé a pararse, jalé su bicicleta a un lado, le pregunté dónde vivía, me dijo que a la vuelta, le dije que la acompañaba para que su mamá la curara, me dijo que su mamá estaba trabajando, le pregunté por su papá, me dijo que no tenía, no había nadie en su casa…
No me quedó otra alternativa que llevarla a mi casa, la llevé al baño y se sentó en el sanitario, seguía llorando; me agaché frente a ella, luego de echar agua en un cubo, agarrar una botella de alcohol y un jabón; le lavé la rodilla y parte del muslo que se había arañado de dónde salía un poco de sangre…la suavidad de su piel y el tocar su muslo, hizo que mi verga comience a endurecerse, le lavé hasta mucho más arriba de la zona afectada, un buen rato para que esté bien limpio, la otra piernita, por si acaso…lenta, suavemente, mirando su conchita, tocándola en cada movimiento de la mano…sintiendo reventar la verga…; luego, le dije que le iba a echar alcohol, que le iba a arder un poquito, pero que le iba a soplar para que no sintiera tanto…ella ya no lloraba y colaboraba…le eché el alcohol…gritó que le ardía, le comencé a soplar…fui subiendo por el muslo, seguí soplando… tenía muy cerca de mi boca esa conchita virgen y gordita, ese culo hermoso…yo soplaba…al soplarle en la conchita, sentí como un suspiro por parte de la nena…me sentí incómodo en esa posición y decidí llevarla a la sala para echarla en un sillón…
Le dije: – Vamos y la agarré de la cintura para pararnos, al hacerlo, ella estiró su mano y se cogió precisamente de mi verga que estaba al palo…volteó, miró y me dijo: – Te has hecho pis… recién miré y me di cuenta que mi short estaba totalmente mojado con mi semen; su mano se impregnó de mi leche…ella abrió y cerró su manito y los hilitos de semen se podían ver…abrió los ojos, me miró con una carita de haber descubierto algo nuevo y me dijo:- Esto no es pis, es leche de tu pene y esto es tu pene, mientras señalaba mi verga dura…me sorprendió, le pregunté de dónde sabía ella eso; me dijo que su amiga Mayra le había contado que su papá, desde hacía tiempo, le regalaba la leche de su pene todos los días, que era una leche bien rica, bien espesita y pegajosa, así, como esto; que para que su papi le diera la leche ella tenía que chuparle el pene y, cuando se ponía duro, le chupaba más rápido y su papi le regalaba toda su leche…que ella quería esa leche pero que no tenía papá…
Mi mente era, en ese momento, una tormenta de pensamientos de todo tipo…antes de poner en orden mis ideas, ella me preguntó cómo se me había puesto duro y salido leche si nadie me lo había chupado; le expliqué que yo tenía que regalar mi leche todos los días, pero como no tenía a quién dársela, me la sacaba con mis manos, la echaba a un recipiente (traje y le mostré el recipiente, en el que estaba el primer chorro del pajazo que ella había provocado) y me la tomaba yo mismo; ella metió su manito, recogió el semen con tres dedos y se lo metió a la boca…dijo que mi leche era bien rica, pero que estaba fría, que Mayra le había dicho que era calentita…me miró, pensó y me dijo: -Ya está…tú vas a ser mi papá de leche…yo te la chupo todos los días y me regalas tu leche…
No aguanté más; me saqué el short, mi verga y toda la zona estaba manchada con semen…el morbo me invadió, le dije que pasara su lengüita por allí y que probara mi leche…así lo hizo, me lamió y chupó los huevos, el bajo vientre, el cuerpo de la verga, los pendejos (vello púbico), mientras decía: -rico, rico… mientras yo le sobaba su conchita sobre el calzón, le metía un dedo a su culito (no me atreví a más)… al final me preguntó por dónde salía la leche, le señalé el glande…me dijo: -¿Por el mismo sitio por dónde sale la pis?; le contesté que sí, entonces pasó su lengua por el glande, abrió sus labiecitos y se lo metió…ufff, sólo le pedí que no me muerda ni sople…sentir, después de muchos años, una boquita inexperta chupando, mamando, succionando, apretando con sus labios, metiendo y sacando mi verga, fue un momento eterno, celestial, puro y, a la vez, morboso, delictivo, penado con cárcel…¡Penado con cárcel! Quise sacar mi pene de su boca, pero ella lo apretó, succionó y mi leche brotó potente, a pesar de mis años, y llenó la boquita de mi nueva “hijita de leche”, que no dejó caer ni una gota, la saboreó y la tragó con una sonrisa…
Le expliqué que, si ella le contaba a alguien lo que habíamos hecho, me podían meter a la cárcel muchos años; me dijo que lo mismo le había dicho su papá a Mayra, pero que ellas no entendían por qué llevan a la cárcel a un papá por regalarle su leche a su hijita. Le expliqué que esa leche era para hacer bebitos por lo que se le regalaba a mujeres mayores. Me preguntó que si por haber tomado mi leche iba a tener un bebito; le dije que no, que para hacer bebitos se les daba la leche por otro lado y le pregunté si ella ya menstruaba; me dijo que no, que su mamá le había dicho que a partir de los 11 o 12 años lo iba a hacer y que Mayra le había dicho que su papi le regalaba leche también por otros lados, que también eran bien ricos, me pidió que le diga cómo era y que le regale también así…yo, aturdido por la situación y muy cansado por dos eyaculaciones casi seguidas, a mi edad, le hice prometer que no le iba a contar a nadie, ni a Mayra, lo que habíamos hecho, le dije que le pida a Mayra que le cuente que más le hace su papá y que, si quiere repetir lo de hoy y hacer otras cosas, regrese mañana…sonrió, me dijo:- Gracias, papá, eres muy bueno, no le voy a contar a nadie y mañana temprano vengo…no botes mi lechecita…me dio un beso en la mejilla; le dije que era mi hijita y no sabía su nombre…Lizette, me contestó…y tú eres mi papito…
Al día siguiente, regresó…
Katherine Riveros, un volcán de 9 años – 2
Me imaginé en la cárcel, en el infierno…pero mi pene se sentía en el cielo…. Apenas se fue la nena, me eché a descansar, mientras mi mente funcionaba a mil por hora… ¿Regresará? ¿Le contará a su mamá, a Mayra? ¿Terminaré preso? El recuerdo de lo vivido la última hora rompió con los malos pensamientos y me dije que nadie me iba a quitar las sensaciones y la arrechura que me produjeron el tocar ese cuerpito tibio, suave y hambriento de placer y la deliciosa eyaculación en esa boquita virgen…me bañé, me vestí y salí a caminar…
No quería quedar mal con la nena, por lo que fui a una farmacia y compré 5 Sildenafil (me dio vergüenza pedir Viagra) y un paquete de tres condones; no sé para qué los condones, pero lo hice; en una tienda de productos sexuales, compré un lubricante para ano, por si acaso… también adquirí refrescos, helado…iba a comprar una muñeca o un osito de peluche para regalarle, pero me pareció peligroso por las preguntas que, de seguro, le haría su mamá… no me masturbé ni en la tarde ni en la noche, como acostumbro…y me acosté temprano para estar bien descansado…
Al día siguiente, me levanté a las 5 de la mañana, me afeité, me bañé, ordené bien mi dormitorio, tomé mis vitaminas para viejitos y, desde las 6 me paré en la ventana, a esperar; puse un vaso con agua en el banquito de mi recipiente de semen y una tableta de Sildenafil…a las 6:55 apareció la nena en bicicleta, miré para todo lado a ver si había alguien, tragué rápidamente la tableta con agua y bajé para que entre rápido…ella llegó, se bajó de la bicicleta, me la dio y entró rápidamente a mi casa…estaba vestida con una camisetita muy ceñida y un short negro…subió delante de mí, mientras yo apreciaba su precioso y excitante culo… apenas llegamos arriba, volteó abrió sus bracitos, saltó y se colgó de mi cuello, me besó en la boca y me dijo: – Hola, papito, aquí estoy para que me regales tu lechecita en todo mi cuerpito, Mayra ya me contó…
La llevé a la sala, me senté en un sillón, la puse sobre mi pierna izquierda, como caballito, para moverla y sentir su conchita, ver de cerca y tocar su proyecto de tetitas y poderla besar y acariciar…le pregunté qué le había contado Mayra…me dijo que, después de que ella le chupa el pene y se toma la leche, su papi la desviste, él también se quita toda la ropa, la pone en el filo de la cama, le abre las piernas y le lame su florcita, que su papá llama vagina, que eso hace que ella sienta bien rico y se moje todo el entrepiernas; su papá se echa boca arriba en la cama y hace que ella se monte como caballito sobre su pene…así como estoy ahora en tu pierna, papito…el pene entra en la florcita, digo, en la vagina de Mayra y se mueven un rato, en el que ella siente bien rico y se moja mucho, hasta que su papá le regala más lechecita…después…la interrumpí, ya no resistía más, le dije que ya me imaginaba todo lo demás, pero que a eso llegaríamos, si ella quería, cuando quisiera (y cuando yo pueda, pensé)…
Le dije que lo primero es lo primero…que podíamos sacarnos la ropa para vernos mejor mientras le regalaba leche en su boquita…mientras nos desvestíamos le pregunté si le había dicho algo a su mamá o a Mayra; me dijo que su mamá le preguntó que le había pasado en la pierna, que ella le contó que se cayó de la bicicleta, que una señora que la ayudó le dijo que se lavara con agua y jabón y se eche alcohol…que ella hizo eso y ya está mejor…a Mayra le preguntó por lo que le hace su papá, ella le dijo que por qué estaba tan curiosa por eso, que ella le contestó que ya había regresado de viaje su papá (no cuenta que no tiene papá) y que le iba a pedir su leche…
Al verla desnudita, el morbo y el Sildenafil provocaron una erección mucho mayor que lo que había visto la nena el día anterior… lo miró con cara de sorpresa, me dijo: -Papito, ¿así crece? Es bonito, me gusta, ven, dame tu lechecita… me senté en el borde de un sillón, ella se arrodilló en la alfombra y comenzó a frotar mi verga, en determinado momento, tocó mis huevos, se agachó más para verlos bien, me dijo que parecían globos, dejó una manito apretándolos y lamió la punta de mi glande… mi pene es normal de longitud, más bien grueso, y con la erección se veía imponente…lo comenzó a chupar y con su mano libre, a masturbar el cuerpo (supuse que era otra enseñanza de Mayra)…ufff… comencé a frotar y apretar suavemente sus pezoncitos, que se endurecieron rápido, cerré mis ojos para sólo sentir cada succión, cada apretada con los labios, cada frotada con sus manitos…por instantes, sacaba la verga de su boquita y me decía: -¿Así está bien, papito? ¿Está rico? Yo le decía que sí, que siguiera, quería lamerle la conchita, hacer el 69, pero, por la diferencia de estatura, preferí no detenerla y dejar eso para después…mmm…la verga reventaba, los huevos también…todo comenzó a picar y hervir…el semen inundó la boquita de mi nueva hijita…esta vez sí se chorreó por su carita, su pecho, mis piernas, el piso…tragó lo que pudo, lamió mis piernas, no llegaba a lamerse el pecho…la cargué y yo le lamí, tragando mi semen, le chupé sus pezoncitos, ella gemía de placer…me paré y, cargada la llevé a mi dormitorio, me eché boca arriba y la puse encima de mí, en posición 69…le comencé a lamer la conchita, que estaba ya mojada y también el culito…ella me chupaba la verga, los huevos, gemía, se retorcía de placer, gritaba, yo también…el placer era intenso, sentí hasta tres descargas de fluidos vaginales u orines, no sé, pero igual me las tragué… sentí que se acercaba el momento de mi deslechada, y pensé que era cuando debía hacerla mujercita…
La agarré de la cintura, la puse a un costado, ella protestó porque quería seguir mamando, le dije que si quería, daríamos otro paso hacia la felicidad…me miró, sonrió y me dijo que sí, que ya, que quería todo de mi… me quedé echado boca arriba y la coloqué a la altura de mi verga, dura y bien parada, le dije que se agachara y sintiera la punta de mi verga en su vaginita…lo hizo, con mi mano derecha moví mi verga para que recorra toda su vulvita, especialmente los labios de su vagina, metí un dedo de mi mano izquierda en la parte superior de la vagina y le toqué y froté el clítoris, ella deliraba, yo me moría de placer y ganas de penetrarla, le veía la carita de gusto y la verga latía fuertemente…le dije que se fuera agachando poco a poco, sus labios se fueron abriendo, mi verga entrando lentamente…calentita, mojadita, apretadita…la agarré de la cintura, giré, bajé mis pies de la cama, me paré, ella, por reflejo, me abrazó y puso sus piernas alrededor de mi cintura, para no caerse …volteé, la coloqué en el borde, y, de un solo golpe, se la clavé hasta el fondo, sin contemplaciones, hasta me dolió la verga al desgarrar el interior de esa vaginita virgen…ella gritó, lloró, pero no pudo hacer nada para evitar la invasión total de su virginidad, su niñez, su pureza, su inocencia…me quedé quieto un momento, bien en el fondo, para que le pasara el susto y el dolor…me miró con sus ojitos llorosos y me dijo: -papito, me dolió, pero Mayra me dijo que era así…y después es rico…no le contesté, simplemente comencé a sacar y meter, sacar y meter, apretarle los pezones, sobarle las preciosas nalgas, meterle un dedito en el culo…el Sildenafil funcionaba a la perfección, la verga seguía poderosa, horadando el interior de la nenita y llenándola de nuevos placeres…y el semen inundó la vagina, se mezcló con la sangre y los fluidos de Lizette, mi nueva hijita putita…eso le decía…Lizette, ahora eres mi hijita y mi putita, sólo mía…si papito, me contestaba, soy tu hijita y tu putita, ¡qué rico eres papito!…
Cuando sentí que había descargado el último chorro de semen, saqué la verga, me volví a echar boca arriba, la puse en posición 69 y nos dedicamos a tragar todo lo que habíamos producido…cremoso, aún tibiecito, el sabor de la mezcla de su vagina, también presente en mi pene y alrededores nos encantó y no paramos hasta no dejar ni una gota…ella se reía, gritaba, me decía que me adoraba, que siguiera haciendo lo que Mayra le había contado…le dije que teníamos que descansar un rato, que nos podíamos bañar juntos, tomar desayuno, que eran las 10 de la mañana, que aún teníamos dos horas para estar juntos, hasta que su mamá llegue para almorzar y que, si quería, podía regresar en la tarde…gritó:- Siiii, papito, esto es riquísimo, que bueno que me caí de la bicicleta…me gané un premio, un papito muy cariñoso y lechero…nos bañamos, nos jabonamos uno al otro, nos manoseamos, lamimos, besamos, chupamos…luego desayunamos, me hizo muchas preguntas sobre el sexo, lo que sentía mientras yo la tocaba, los orgasmos…
Le dije que mejor salga a bicicletear para que los chicos no la estén buscando, que Mayra seguro estaba espiando por su casa a ver si conocía a su papá, que yo ya era viejito y necesitaba descansar…que, si podía y quería, regresara a la tarde, sino mañana…me dijo que le dolía todo el cuerpo, se me ocurrió que un masaje tántrico podía ser muy efectivo…le dije que, si regresaba, le iba a hacer un masaje que la iba a relajar y quitar todo el dolor y le iba enseñar a ella, para que me lo haga también a mí…se alegró mucho, se colgó de mi cuello, me dio un largo beso en la boca…me dijo: -Más tarde vengo, papito…bajamos, abrí la puerta, miré si algún chico ya estaba en la calle, esperé que pase una vecina, saqué la bicicleta, ella salió rápido, se subió en la bici y se fue…
Ufff, me encantaría que regrese, pero, ahora, necesito un largo descanso… ¡Qué rico!
Katherine Riveros, un volcán de 9 años 3
Intercambio de masajes eróticos…¡¡¡Ufff!!!. Cuando la nena se fue, me eché a descansar, pero, de inmediato, pensé que, si iba a regresar a las 3 de la tarde, tenía que almorzar al mediodía, y algo suave, porque sería muy grave que me diera un ataque, en plena acción, por no haber terminado la digestión; salí hacia el restaurante y, me acordé que ella me había dicho que vivía “a la vuelta” y me señaló hacía la zona por la que me encontraba; pensé que debía tratar de verla para decirle que mejor fuera sin bicicleta para que sea más fácil entrar a mi casa sin ser vista y, si alguno de sus amiguitos la veía, dijera que por la caída le dolía la pierna…
Almorcé, regresé a mi casa y, como sabía que su mamá salía poco antes de las 3 de regreso a su trabajo, a 20 para las 3 fui a la tienda de la esquina, compré un refresco y me senté a tomarlo en una banca de cemento que hay frente a la puerta; de allí se ve con claridad toda la cuadra…a 10 para las 3, salió una señora joven de una de las casas, acompañada por Lizette…debo decir que la mamá tiene un muy buen lejos, pero, yo soy muy fiel…la mamá se despidió con un beso de la nena, subió a su moto y partió…ella entró a la casa y salió con su bicicleta…me paré y le di el alcance, le dije lo de la bicicleta, regresó y la guardó, mientras yo caminé hacia mi casa…
Me paré en la puerta y, de pronto, la vecinita bailarina de 9 años, de la que hablé en una narración, salió a la puerta de su casa, me vio y comenzó su show; se pasó las manos por el pechito, luego, con ambas manos se jaló hacia abajo el short, agarrándolo de la parte delantera, sobre los muslos, y tocando su conchita…pensé que era un buen aperitivo, la verga comenzó a despertar… Lizette volteó por la esquina, la vecinita la vio y corrió a su alcance…siguieron acercándose conversando…me metí a mi casa, dejé la puerta junta, subí y me puse a mirar por la ventana, pero sin que ellas me vieran…cruzaron hacia el frente, llegaron a la puerta de la casa de la bailarina, Lizette le explicó algo, se agarró la pierna, se despidió, esperó que la niña entre a su casa, miró hacia mi ventana, le señalé la puerta, ella corrió y entró…
Mientras subía, tomé mi obligado sildenafil…, llegó a mi lado, me agaché, me abrazó y besó muy cariñosamente…le pregunté que le había dicho la vecinita; me dijo que la había estado esperando para hacer carrera en bicicletas, pero que, al verla venir a pie, se le acercó para pedirle que traiga la bici, que también quería contarle lo último que le había hecho su papá…que ella le explicó lo de la pierna… ¡¿Lo que le había hecho su papá?! … Resultó que la bailarina erótica era nada menos que Mayra, gracias a quien Lizette me había “adoptado” y que, aparentemente, no se satisfacía sólo con la leche de su papá…y yo, viejo baboso, pajeándome mirándola, sin atreverme a nada más…
-Papito, estoy lista para mi masaje y para aprender cómo hacértelo a ti…le dije que tenía un video, una clase de masaje tántrico para hombre, que mejor lo veíamos y así ella iba a aprender, en una lección teórico-práctica…veíamos una parte y ella la practicaba conmigo, hasta el final y después, yo le hacía el de ella… le expliqué que en el masaje tántrico a la vagina se le dice Yoni y al pene Lingam…Fuimos a mi oficina, una habitación en la que tengo la PC y una especie de camilla para masajes, que compré hace dos años, cuando una ex alumna me comenzó a hacer masajes completitos…hasta que la preñaron y se fue a vivir a otra provincia con el marido… la uso algunas veces para ver porno y pajearme…la PC ya estaba conectada al televisor de 50 pulgadas y el video listo para verse. Me desnudé y eché boca abajo en el mueble, inicié la reproducción; en el video, una “enfermera” masajea a un joven…
Katherine Riveros, vestida, pues así estaba la “enfermera”, veía y seguía atentamente la clase…y la practicaba…el masaje tántrico se centra en el lingam y los huevos, luego de un rápido recorrido por la parte superior del cuerpo y las piernas…sus pequeñas y suaves manitos recorrieron mis rollos de grasa, mis piernas y…metió su manita entre mis piernas, me cogió los huevos, los masajeó, los apretó levemente, el lingam crecía, lo agarró, lo jaló y comenzó a frotar el glande y el frenillo,, que los tengo al aire porque soy circuncidado… el paciente del video y yo, nos volteamos con los lingam ya duros, mi pequeña masajista se puso a la cabeza de la camilla, pasó sus bracitos por el lado de mi cuello y frotó suavemente mi pecho, mis tetillas, las que pellizcó un poquito, pasó al lado y llegó a mi bajo vientre, pasó a las piernas, subió desde los pies y se concentró en mis huevos y mi lingam tratándolos con mucha presión, con dos deditos que hacia girar, me frotaba el cuello del glande y el frenillo, mientras que la otra manito se dedicaba a subir y bajar por el cuerpo de mi lingam… el morbo en ascenso, yo tenía ganas de tocarla, meter mi mano hacia su yoni, pero el paciente estaba muy quieto…y lo imité… en el video, la masajeada de lingam llega hasta la eyaculación… cuando sentí que la leche se me salía, me salí de la clase y le dije: – hijita, toma tu lechecita… su boquita me atrapó la, nuevamente, verga y con sólo dos succiones, le llené la boquita de su bebida favorita…chupó y chupó, como si fuera un oasis en el desierto y no paró hasta que tragó la última gota…
Ufff, a duras penas me paré y le dije: Muy bien paciente, póngase en posición para su masaje…me miró, me apretó la verga, salió una gotita, le pasó la lengua, se desvistió rápidamente y se echó en la camilla, boca abajo… yo me quedé desnudo, comencé suavemente en su cabellito, luego las orejitas, el cuello, muy suavecito, pasé rápidamente a su espalda, la cintura, las caderitas, los preciosos y deseables glúteos de su gran culo…allí me demoré, mientras tocaba cada milímetro de su extensión, metí un dedo en el medio hasta tocar el huequito, lo sobé muy rápido, ella suspiró…metí la punta del dedo un poquito,, gimió…, metí mi mano por debajo y llegué a su yoni, subí y bajé varias veces por su labios externos, mis dedos se humedecieron, la nena estaba ya calentita… ella levantaba y movía su cuerpito y respiraba rápido, bajé un par de segundos a sus piernas y le pedí que se voltee… lo hizo y estaba con los ojos cerrados y su boquita un poquito abierta, sólo de verla el lingam se me puso al palo…pasé mis manos, muy suave, por su carita, sus labios, con un dedo le recorrí ambos, le abrí un poquito la boca y se lo introduje sobando su lengüita… ella respiraba fuerte y sonreía…llegué a su pechito, con ambas manos lo masajeé suavecito, le apreté los botoncitos que se convertirán en excitantes pezones…se endurecieron…mi lingam sintió rico…bajé a su barriguita, su vientre, las ingles…suave, muy suave, pase a sus muslos, sus rodillas, llegué hasta los pies y subí rápidamente al entrepiernas, al yoni rosadito y terso, sin un solo vello…con los dedos lo sobé muy fino en todas direcciones…se notaban los labiecitos ya brillantes…con dos dedos de la mano izquierda, abrí el yoni levemente, con otros dos de la mano derecha busqué, ubiqué, apreté levemente y froté el clítoris que ya estaba endureciéndose…mmm suspiró la nena… mis manos tocaron, sobaron, pellizcaron, el yoni hasta hace muy poco virgen de Lizette, ella gemía, suspiraba, se agitaba, movía sus piernitas, sus brazos trataban de alcanzarme… siguiendo el manual del masaje tántrico, metí dos dedos en su yoni, lo froté fuerte hacia arriba, hacia abajo, a la izquierda y a la derecha, para terminar en una penetración profunda que la hizo gritar y chorrear mucho fluido…
Nuevamente el morbo y la pasión vencieron…se acabó el masaje tántrico, la agarré de las piernitas, la hice girar, la jalé para que su conchita quede en el borde de la camilla, me senté en una silla y me puse a saborear sus fluidos, mi lengua se movía, ella gemía, me jalaba de los cabellos: si, papito, rico, papito, te quiero, papito…sigueee… la verga me exigió participar, me paré y la hice entrar por ese camino hirviente, mojado, que latía y la apretaba…mmm…¡¡¡Ahhhggg!!!… duré muy poco, el semen se me salió y se mezcló con sus fluidos… no se podía desperdiciar, me senté y lo tragué con gusto, mientras ella se desvaneció y su cuerpito quedó inmóvil…me asusté, le acaricié la carita, le hablé, y ella seguía como desmayada, su pechito subía y bajaba, respiraba muy fuerte y rápido, de pronto, se sentó, me miró y me dijo: - ¡Papito! Me has hecho como volar…¡¡¡qué ricooo!!!. Ufff, mi corazón se tranquilizó, la bajé de la camilla y nos fuimos a bañar…
Mientras tomábamos un refresco y comíamos helado, en mi cocina, me dijo: – papito, mañana es domingo, mi mami no trabaja y desde muy temprano, nos vamos donde su mamá…no voy a poder venir…el lunes comienzan las clases, van a ser semi-presenciales…dicen que eso es que unos días vamos a ir al colegio y otros vamos a seguir las clases por la tele, como el año pasado…el lunes tengo que ir al colegio, dicen desde la 7:30 hasta las 10:00, de allí vengo. ¡No te tomes mi leche mañana! Guárdamela para el lunes…le dije que estaba bien, que iba a descansar porque a mi edad ya no estoy para tanta actividad, que la espero el lunes, que no se le vaya a ocurrir tomar leche de otra botella…me miró, puso una carita de desconcierto y me dijo que esa leche es sólo de papá a hijita y que yo soy su único papá, que cómo se me ocurre eso…la acompañé a la puerta, nos besamos rico, miré hacia afuera, todo estaba en orden, y se fue…
Esto lo escribo el domingo, mejor dicho, lo dicto, porque utilizo el reconocimiento de voz en Word y no tengo que usar las manos; al final, leo y corrijo lo que no vocalicé bien. Las manos las tengo libres, mejor dicho, las uso para aplacar la erección que me produce recordar lo que incluyo en el relato…ufff, ya me la imagino, mañana, con su uniforme, su blusita blanca, su faldita de cuadros, arriba de la rodilla, apretadita en la cintura y tableadita hacia abajo…¡cómo se debe levantar la parte de atrás con su inmenso culo!…la pondré paradita al lado de la cama, que se incline y se apoye en la cama, yo, con mi cámara, grabando esa escena desde atrás, ver como aparecen sus muslos, sus nalgas… acercarme, acariciar sus piernas y su culito, bajarle el calzón… agacharme, lamerle el culo y la vaginita, ufff… penetrarla rico…penetrarla, la palabra me arrecha, la verga me pica mucho…mis manos ya no dejan de moverse, mmmm, se me sale la leche…ya no aguanto….el recipiente….no, no quiere que me lo tomeeee…aggghhhh…
Katherine Riveros UN VOLCÁN DE 9 AÑos
…y se inicia una nueva etapa de amor y mucho sexo jamás imaginable…. Llegó el lunes, el primer día de clases…y comenzó con una frustración para mí, pues las escolares no fueron con uniforme sino con ropa deportiva: una camiseta ancha, un pantalón también ancho y zapatos deportivos…y yo que había alucinado con la falda cortita de Lizette y hasta me había masturbado con esa imagen…a las 10:00 me paré en la puerta de mi casa para esperarla…ya tenía lista la tableta-para-verga y el vaso con agua; en mi dormitorio había colocado el lubricante de ano en la mesita de noche, tenía muchas ganas, la mente morbosa hervía, la verga estaba inquieta, los huevos llenos de leche…el colegio queda muy cerca, por lo que Lizette, la pequeña gran potona, mi hijita de leche, apareció en la esquina, pocos minutos después, acompañada de Mayra y dos nenas más…se detuvieron a charlar un instante, luego se despidió y caminó hacia su casa…asumí que lo hacía para esperar que las chicas se fueran a sus respectivas casas y la calle estuviera libre…Mayra, al pasar frente a mí, me miró, sonrió, en la puerta de su casa me dio la espalda, se inclinó hacia adelante para resaltar su culito, volteó, sonrió nuevamente y entró. Si bien la verga comenzó a pararse, como cada vez que la veía, sentí que su tiempo había pasado y me recriminé nuevamente por no haberla atendido en su momento. De pronto, pensé qué sucedería si se enterara que era yo el papá de leche de Lizette; cómo parecía que a ella su papá sólo le había despertado el deseo sexual y no la satisfacía totalmente, se me ocurrió que le podía decir a Lizette que invitara a Mayra a conocer a su papá y que la trajera…ufff, dos boquitas, dos conchitas, dos cuerpitos a mi disposición…descarté la idea porque sentí que eso le iba a hacer mucho daño a Lizette y me iba a quedar sin soga y sin cabra…además, a estas alturas del partido, debo agradecer que exista el Sildenafil y que aún aguante uno o dos polvos en un día… Las otras dos nenas siguieron su camino.
Dejé la puerta abierta, subí, tomé la tableta y fui a esperarla en la escalera. Lizette llegó corriendo y entró rápidamente a mi casa…subió, nos saludamos con abrazo, beso y manoseo…me dijo que me había extrañado mucho y que le debía su leche dominical…fuimos directo a mi dormitorio, nos desvestimos y le pedí darnos un baño; me miró, sonrió, me hizo sentar en la cama y me dijo que la espere un ratito…agarró su mochila y entró al baño… regresó con su uniforme: su blusita y su faldita; me dijo que ella sabía que yo esperaba verla así ese día y que no me podía fallar; me impresionó su inteligencia y madurez…la miré, le agradecí, le dije que se volteara para verla por atrás, lo hizo, le pedí que se inclinara un poco, lo hizo…estaba sin calzón y sus grandes glúteos aparecieron hasta desafiantes… no se me ocurrió agarrar la cámara como lo había imaginado, me arrodillé en el suelo, la jalé, le comencé a besar su culito, a tocarle las piernas, a manosear todo su cuerpito…ella me pidió que me pare, me agarró la verga y me dijo que lo primero que tenía que hacer era darle su lechecita de ayer, y me comenzó a mamar la verga, casi con desesperación…me apretaba los huevos, succionaba, lamía…no paró hasta que recibió buenos chorros de mi semen y lo saboreó con gusto…me dijo que ya había cumplido con lo del domingo, pero que la tenía que alimentar muy bien hoy; sólo de verle la carita de satisfacción, se me volvió a parar…nos dimos un duchazo muy caliente, pero yo tenía que aguantar para lo que quería hacer después…
Nos secamos y, desnudos, la cargué y regresamos al dormitorio…la paré en la cama y yo me quedé en el suelo, nos abrazamos y besamos, le chupe los pezoncitos, ella pegó su conchita a mi verga y comenzamos a frotar nuestros cuerpos, primero suavemente y, poco a poco, la presión fue en aumento…le agarré la conchita, ya estaba húmeda, la eché, le abrí las piernas, puse una almohada bajo su cuerpito y comencé a lamerle la vulva, los labios, el clítoris…a meter mi lengua, a moverla, a hacerla gemir, suspirar, moverse, chorrearse…ella me empujaba la cabeza con sus manitas y me apretaba con sus piernitas…yo bajé la lengua a su culito, le abrí las nalgas con ambas manos y le lamí la entrada del camino a su anito, virgen y apretadito…estiré mi mano, tomé el frasco del lubricante, me eché un poco en la mano y comencé a tocarle la zona, le metí un dedo en el culito, ella, por reflejo lo retiró un poquito, me froté el glande y el cuerpo de la verga con el lubricante…ella se movía, me decía: – Papito, te quiero…
Cuando sentí que estaba bien lubricado, coloqué la punta de mi glande en su huequito…ella me miró, hizo una muequita, sonrió y me dijo: – ¿Ya, papito? …estiré mis brazos, la agarré de sus hombritos, jalé todo su cuerpito hacia el filo de la cama, hacia mi… conforme avanzaba, la verga la iba penetrando…ella puso carita de dolor, pero no emitió ninguna queja…me miraba, las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojitos y mojar su carita, yo seguía entrando, la verga la sentía muy apretada, hasta me dolía un poco, pero su entrega era tan hermosa, que no podía parar…tomé aire y se la clavé totalmente…vi que su boquita se abría y, antes de que saliera algún sonido, la besé profunda y amorosamente, le acaricié su carita, nos quedamos inmóviles…mi verga latía, sentía que su anito también…el calor era intenso…ella comenzó a mover su cinturita suavemente y yo a sacar y meter, una y otra vez, cada vez más fuerte, más rápido, más arrecho…ella me apretó los brazos con sus deditos, me pellizcó fuerte, subió y bajó dos o tres veces su cintura y, en el instante en que mi leche brotó, caliente y feroz a llenar ese lugar sagrado, ella gritó: – ¡¡¡Siiii, papito, Siiii, eres mi amooorrr!!! Y soltó todo su cuerpito, quedando exhausta y sonriente…lentamente fui sacando la verga, disfrutando cada milímetro de ese nuevo centro de pasión y placer…me eché a su lado, ella se subió sobre mí y nos quedamos mudos, adoloridos, satisfechos, chorreados de semen, sangre, fluidos de su conchita y llenos de amor…
Creo que dormimos un rato, al mirar el reloj, vi que eran 11:45…su mami estaba por llegar a almorzar…la acaricié, me dijo que le había dolido mucho, pero que sabía que lo hacía por amor y por eso no gritó…me impresionó nuevamente con su profundo sentimiento… ¡nueve añitos!… le dije que ya éramos totalmente uno del otro, que organice sus horarios y que, simplemente venga cuando quiera, que yo siempre la voy a estar esperando…que me haga conocer su horario para organizar mi tiempo, que era ella ya lo más importante de mi vida…se le veía feliz, pero adolorida…nos dimos un rápido baño para limpiarle el culito del semen y algo de sangre que le salió y se fue segura de que estaba comenzando una nueva etapa en su corta vida…lo mismo pensé yo, aunque no llegaba a entender totalmente cómo había llegado a convertirme en el papá-lechero-amante de una nena de nueve añitos, teniendo yo 72…cosas de la vida-
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