Cielo Riveros me hacen una Violación doble en una noche

 

Cielo Riveros me hacen una Violación doble en una noche

Hola me llamo Cielo Riveros, tengo 18 años, Soy una chica tranquila y divertida, me gusta salir a pasear con mis amigas y estoy en el equipo de natación de la universidad.

Bueno déjenme contarles sobre mí. Asisto a la universidad y estoy en el primer semestre. En cuanto a mi aspecto mis ojos son de color café, mido 160 cm, mi piel es morena, cabello corto, a la altura de mis hombros de color castaño, soy delgada con buena cintura y unas bonitas piernas, unos pechos medianamente grandes y una colita ligeramente proporcionada pero que aun así me hace ver bien, cosa que todo mundo nota por la ropa que me gusta usar.

Últimamente había estado un poco mal en la escuela debido a que se acercaban las competencias de natación y no asistía a varias clases, pero trataba de no atrasarme tanto y enviaba mis trabajos con una amiga de mi salón, la mayoría de mis maestros no se quejaban pero había uno que me hacía pasar malos momentos porque no aceptaba mis trabajos y para acabar ya había tenido varios problemas con él. En una ocasión mientras me alistaba el viejo de la clase de cálculo 1 se metió al baño donde estaba, por suerte tenía ya puesto el brasier y mi pantalón, pero aun así no fue impedimento para que me mirara de una forma lujuriosa, después de un breve momento grite muy fuerte y salió corriendo, pero para cuando llegaron mis amigas no pudieron verlo.

 

Me asusté mucho, aunque algunas chicas dijeron en forma burlona, que eso era muy excitante, pero la verdad yo no lo veo así, el tipo es un viejo de 52 años, algo canoso, blanco y delgado, con una barba larga, cuando hablaba soltaba mucha saliva y era algo asqueroso, sin mencionar que cuando sonreía mostraba sus dientes amarillos ya que siempre se la pasaba fumando.

 

Por suerte esa fue la única vez que me paso, pero varias amigas me contaron que no era la primera vez que hacia eso, varias chicas se habían quejado con el director por lo que hacía el maestro pero nunca se demostró nada.

 

Dos semanas después, con la competencia a unos cuantos días, practicábamos casi a diaria, sin embargo, una compañera me aviso que tendríamos la práctica por la tarde a las 5:00 pm ya que a esa hora no hace tanto calor y el sol ya no pega de lleno en la alberca.

 

Al llegar a la piscina se me hizo extraño no ver a ninguna de las chicas, pero no le di mucha importancia, en lo que llegaban fui a vestirme. Para esa ocasión, traía un bikini de dos piezas, a pesar de que el reglamento nos pide usar un traje de baño, nuestra entrenadora nos permite llevar bikinis para los entrenamientos. Pasaron como 45 min. Y aun no llegaba nadie, así que decidí no esperar más y regresar a mi casa; cuando de pronto escuche que alguien venia, para mí sorpresa voy viendo que se trataba de mi maestro de cálculo 1 y algo insegura le pregunte:

 

– Maestro ¿qué hace tan tarde en la escuela?

 

– ahh Cielo Riveros, vengo a dar clases particulares para los que andan mal en mi materia y tu ¿qué haces por aquí sola?

 

– Hoy tocaba práctica de natación pero no asistió ninguna.

 

De pronto note que me miraba de la misma forma de aquella ocasión en el baño y un poco asustada le dije que me tenía que retirar porque se me hacía tarde.

 

– mmm ya veo, ahora que me doy cuenta, tú también andas muy mal en mi materia, ¿por qué no te quedas a una clase? Tal vez puedas subir de calificación.

 

– No en verdad no puedo ya es un poco tarde y tengo que regresar a casa.

 

Pero de pronto me tomo de uno de mis brazos y me jalo hacia él, en ese momento grite pero con su otra mano me silencio. Trate de librarme pero me sujeto muy fuerte y me era imposible moverme.

 

Susurrándome en el oído me dijo:

 

– De hecho nadie del equipo de natación vendrá todo fue una mentira para estar tú y yo solos en la escuela, ahora te llevare a los vestidores y te daré un curso especial solo para ti.

 

Al escucharlo decir eso, me asuste demasiado y trate de golpearlo con el brazo que tenía libre pero fue en vano. De tanto tratar de librarme termine cansándome más, cosa que aprovecho para llevarme al vestidor de chicos, al entrar me aventó al suelo y mientras trataba de levantarme cerro la puerta y puso candado.

 

Me puse histérica y mientras estaba distraído aproveche para golpearlo, pero se dio la vuelta rápido y me tomo de las muñecas.

 

– Jejeje veo que no eres solo una carita dulce, también eres muy agresiva –Y  acercado su cara a la mía me robo un beso

 

– Es un cerdo, como se atreve a tratar así a sus alumnas –Enojado por lo que le dije, me dio una bofetada y de lo fuerte volví a caer al piso.

 

– Eres una maldita perra, como te atreves a faltarme el respeto, deberías estar agradecida por el curso que te daré para que no repruebes mi materia. Así que prepárate porque tengo un amiguito que te va a enseñar muchas cosas.

 

No sabía qué hacer, no podía pensar claro por la situación en la que me encontraba.

 

– Mira putita como me tienes, de pronto se empezó a quitar el cinto y pude notar un gran bulto en su pantalón.

– eres una putita bien rica, con solo verte en bikini haces que piense miles de cosas, mmm que rico se te ve tu culito, bien marcado y tus tetitas ni se digan, de todas mis alumnas tu eres la que más me pone caliente.

 

– Eres un viejo pervertido, como te atreves a… –En ese instante se abalanzo sobre mí, y empezó a tocarme toda.

 

– Suélteme maldito, auxilio, auxilio, ¡ayúdenme!

 

– jajaja grita todo lo que quieras nadie vendrá a ayudarte, aparte me excita escucharte pedir ayuda.

 

Enojada le propine una cachetada, que se escuchó en todo el vestidor. Enojado se quitó encima de mí y fue hacia un escritorio.

 

– ¡Este es el momento! –pensé, me incorpore de inmediato y corrí hasta la puerta pero al querer abrirla note que estaba cerrada con candado. Cuando de repente, el viejo me tomo del cabello y me tiro de nuevo al piso.

 

– Con que intentas escapar perrita, de nada servirá, tú sales de aquí hasta que yo termine contigo

 

–Me junto las manos y con una soga me las amarro a uno de los tubos donde colgamos las toallas.

 

– esa bofetada tuya me dolió pendeja, pero esto evitara que me interrumpas de nuevo.

 

Sentada en el piso y con mis brazos estirados por la atadura, no permitía que me moviera, estaba muy asustada y nerviosa, me miro directamente a los ojos y sonrió burlonamente. Suavemente empezó a acariciarme los senos por encima del mini top con sus dos manos haciendo círculos con ellos.

 

– ¿Que me está haciendo?, déjeme ir, por favor… -mi actitud valiente de pronto cambio a la de una chica tímida e indefensa.

 

– esto apenas comienza nena –me dijo en tono burlón. -mmm putita, que ricas tetas tienes, como me moría por tocártelas me dijo mientras me las apretaba.

 

Después de sobarme todo lo que quiso, comenzó a subir mi top lentamente, desesperada trataba de impedírselo pero me soltó una bofetada, siguió subiendo mi bra hasta dejarlo en mis brazos que se encontraban estirados por arriba de mi cabeza, dejando mi torso al descubierto.

 

– mmm que calientes se sienten tus tetas, que rico par de melones tienes mi vida no se ven tan grandes cuando están cubiertos por toda tu ropa.

 

Yo miraba asustada lo que me estaba haciendo y de vez en cuando observaba la expresión de su rostro. Era horrible tenía una mirada aún más lujuriosa y daba la impresión de que estaba imaginando miles de cosas.

 

De pronto noté como con su mano derecha se sacaba una navaja del pantalón, me la mostro y me dijo –si decides portarte mal de ahora en adelante tendré que utilizar esto… Con el filo de la navaja comenzó a pasarla por mi cuello y fue bajando hasta llegar a mis pechos. En ese momento me solté llorando, estaba temiendo lo peor, que me fuera hacer daño. El viejo vio como mis lágrimas comenzaban a resbalar por mis mejillas y acercando su boca a mi cara, lambio el rastro que las lágrimas dejaban.

 

Después de eso clavo su mirada en mis pechos de nuevo y sonriendo metió la hoja de la navaja por el canal de mis pechos dejando la parte del filo contra la tela, haciendo un movimiento fuerte corto mi sujetador por en medio. Mis pechos dieron un pequeño rebote haciendo que las copas del sujetador cayeran a los lados y dejando completamente mis pechos al aire.

 

Estaba muy avergonzada por la situación a la que había llegado todo esto, clavando su mirada en mis pechos noté como su cara parecía iluminada como si hubiera encontrado un gran tesoro. Jugando con la hoja de la navaja rozo uno de mis pezones haciendo que se encogiera y se pusiera durito, enseguida hizo lo mismo con mi otro pezón y se quedó mirándolos por un rato.

 

– que ricos pezones tienes putita, rosados como me gustan, que rico, afortunado tu novio y tu hijo que mamará para poder ordeñar la leche que salga de ellos mmm que delicia como me gustaría ordeñarte también y probar de tu lechita mami, pero en este momento el afortunado seré yo.

 

No quería que me los probara, así que en un esfuerzo desesperado trate de moverme, pero al tenerme sujetada lo único que ocasiones fue que mis pechos rebotaran de un lado a otro con el movimiento, causándole más excitación al viejo maestro.

 

– Putita que rico te botan las tetas, ya me imagino venir de frente mientras sales a correr y ver cómo te rebotan de arriba abajo.

 

Como si nada hubiera pasado acerco su boca a mis pechos y comenzó a lamerlos y a chuparlos.

 

Al poco tiempo de haber comenzado, empecé a tener una sensación que invadía mi cuerpo, pude sentir como mi cara se ponía roja, me sentía de lo peor por lo que estaba sintiendo, por una parte mi mente decía que luchara que no me dejara ganar, pero mi cuerpo decía lo contrario, comenzaba a gustarle esa sensación de placer. Mis lágrimas comenzaron a brotar y desesperada comencé a moverme y a gritar por ayuda. No prestando atención a mis reproches comenzó a darme mordiditas en los pezones ocasionando que la excitación que me daba aumentara más, ahora lo único que se escuchaba eran mis sollozos.

 

Así me tubo por unos minutos cuando de pronto sentí que algo se metía por mi calzón, levante la cabeza para ver como el viejo asqueroso había metido su mano y comenzaba a jugar con mi conchita. Por fin el viejo se levantó y me mira a la cara.

 

– Mira como estas putita, estas súper mojada y no llevamos ni 15 minutos, vaya que te excitas muy rápido. –Me bajó un poco el calzón rojo para poder mover su mano más libremente.

 

– mmm que rica conchita mi amor, bien depiladita, no sabía que eras tan hot. –Me dijo mientras palpaba suavemente con la yema de sus dedos mi conchita. Ahora prepárate porque vas a disfrutar aún más.

 

Dicho eso se quitó encima de mí y se sentó a un lado, mis ojos lo miraban tratando de adivinar qué haría ahora, en eso pone su mano en mi entrepierna y palpo una vez más mi sexo y me dijo

 

–Mira que excitada estas mamacita tus pezones están bien duros y tu conchita parece cascada.. Me dio asco lo que me decía pero era la verdad y sin decir más comenzó a masturbarme conociendo cada rincón inexplorable de mi conchita.

 

Sin dejar de tocarme me pregunto que si algunas vez había tenido sexo pero no respondí. Contesta maldita zorra dijo el viejo muy enojado, pero aun así me negué a contestarle de repente sus dedos pellizcaron mi clítoris haciendo que se me escapara un leve grito, pero eso no le bastó y como castigo lo retorció haciendo que gritara de dolor. Dolía horrible. Contéstame o te seguiré pellizcando me dijo.

 

– ¡SII!, le respondí entre sollozos

 

– mmm pues qué bien para ti porque no te dolerá cuando te la ensarte.

 

Continuo masturbándome un rato cuando de repente me metió dos dedos y comenzó a meterlos y a sacarlos muy rápido, eso ocasiono que soltara unos gemidos muy fuertes y comenzara a moverme mucho. Parecía que estaba poseída y al viejo le gustaba mirarme como me retorcía por todo el placer que me estaba dando.

 

Con su otra mano volvió a tomarme los pechos, me los sobaba y me los apretaba con fuerza. Mientras yo seguía sintiendo como sus dedos entraban y salían de mí sin cuartel. Lentamente comenzó a rosar suavemente mis pezones ocasionando que se encogieran y se pusieran duros a más no poder.

 

Él comenzó a lamerlos, a morderlos y tirar de ellos con fuerza, más que sentir dolor sentía una placer sin igual, tenía los ojos cerrados y mi respiración era muy rápida, de pronto sentí que la mano que tenía en mi sexo se detuvo y rápidamente me apretó con fuerza mi sexo ocasionándome un intenso orgasmo y un gemido que de seguro se escuchó más allá de los vestidores.

 

Inmediatamente mi maestro bajó un poco más mi bikini, me abrió las piernas y hundió su cabeza en mi conchita, aprovechándose del orgasmo que estaba teniendo comenzó a hacerme un oral, haciendo que la fuerza del orgasmo aumentara más, comencé a gemir sin resistirme y varios espasmos llegaban uno tras otro haciendo que me temblaran las piernas.

 

Estaba extasiada, por mi mente cruzaban miles de imágenes, mis gemidos los escuchaba como si estuvieran a la distancia, mientras que yo me retorcía de tanto placer en el suelo. Por un momento comencé a imaginar los dientes amarillos del viejo rasgando la entrada de mi conchita y su lengua moviéndose por todos lados dentro de mí. Al parecer mi mente me decía que me dejara vencer y disfrutara de las perversiones que mi maestro estaba haciendo con mi cuerpo.

 

Al cabo de 10 minutos ya comenzaba a calmarme, mi respiración volvía a la normalidad, los espasmos habían desaparecido, la sensación de placer en todo mi cuerpo también disminuía, mientras tanto mi maestro continuaba hundido en mi sexo, extrayendo con su lengua los restos de humedad que había producido con el orgasmo. Estaba agotadísima y levantando mi cabeza note como mi conchita aún seguía temblando por todo lo que le habían hecho.

 

En ese instante sentí como la lengua del viejo salía de mi conchita, levantó su cara y pude ver que tenía la barba llena de pequeñas gotas blancas, sus labios eran de un color rojo intenso y en su rostro pude nota una sonrisa de victoria.

 

–Veo que disfrutaste todo lo que te hice verdad zorrita, gimes muy rico preciosa, me hiciste saber que a pesar de mi edad, todavía puedo complacer a una hembra como tú, además que delicia probar tus líquidos, recién salidos de tu conchita la cual parecía una bomba expulsándolos a chorros y la verdad han sido los mejores que eh probado en años.

 

Dicho eso me desato las manos y me recostó en el escritorio, no opuse resistencia, me dolía todo, mis manos y brazos estaban entumidos y mis piernas apenas las podía mover. Me levanto las piernas y tiro de mi calzón hasta dejarme completamente desnuda en el escritorio.

 

Se puso enfrente de mí y pude sentir como su mirada recorría todo mi cuerpo.

 

Yo le decía «por favor maestro no me haga más daño» pero estaba como hipnotizado

 

– ahora por fin podré cumplir mi fantasía, no sabes cuantas veces me eh corrido viendo las fotos que tienes en tu Instagram en especial en las que sales con este mismo bikini en la playa, me vuelves loco preciosa con ese apretado brasier y mostrando el tamaño de tus tetas. Pero ahora eso quedo en el pasado, ahora te tengo completamente desnuda y a mi merced.

 

No podía creerlo, me daba asco escuchar todas esas cosas y aun mas que se masturbaba viendo mis fotos. De pronto se abalanzo sobre mí y me empezó a besar el cuello y a tocar mis pechos con sus manos, sacando fuerzas de flaqueza hice un esfuerzo por apartarlo de mí pero mis brazos aún no se recuperaban del todo.

 

– Déjame maldito… Ahh… Me está lastimando… auxilio por favor

 

– eso putita grita, eso me excita más. Eres riquísima Cielo Riveros, eres mi alumna favorita.

 

– Me tomo de los brazos y me sentó en el escritorio y viéndome a los ojos me dijo veo que lo estas volviendo a disfrutar putita, no llevamos ni 8 min. Y ya estas excitada.

 

Desgraciadamente volvía a estar en lo cierto mis pezones y la humedad de mi sexo me habían delatado. Baje la cabeza y cerré los ojos avergonzada

 

–no te pongas triste mi niña que esto apenas empieza –Acerco su cara a la mía, mientras estaba ida, se acercó más y más y con uno de sus dedos me levanto la cabeza y me asesto un beso metiendo su lengua en mi boca, en ese instante reaccione y trate de quitármelo pero me tenía sujetada, sentía como su lengua buscaba la mía y comenzaba a jugar dentro de mí boca, el sabor de su boca era repugnante sentía tanto asco que casi vomitaba de lo asqueroso que sabían sus besos. Desesperada comencé a llorar lágrimas de coraje.

 

Cuando por fin dejo de besarme me tomo del cabello y me acomodo en el escritorio boca abajo, mis brazos quedaron extendidos hacia adelante y mis pechos quedaron aplastados sobre la tabla del escritorio, me tomo de las piernas y las acomodo de tal forma que mi sexo quedara al descubierto.

 

-bueno putita llego el momento que tanto eh esperado. Te la voy a meter muy rico preciosa.

 

Entre sollozos suplicaba “por favor maestro no… ya basta con lo que me hizo” y mientras se desabrochaba el pantalón me dijo -mejor aún preciosa, te lo voy a romper con ganas.

 

Y sin decir más acomodo la cabeza de su polla en mi sexo mientras me decía.

 

– sientes eso atrás de ti, es el amiguito que te dije, estaba ansioso por conocerte.

 

Me tomo de la cintura y empujo bruscamente

 

– Kyaaaaaaaaaaaaaaaa……. Noooo… déjeme… Me duele…. Por favor…

 

– toma zorra de mierda… Acostúmbrate.

 

Sentía horrible, como si me estuvieran desgarrando las paredes de mi interior. Cada embestida que me daba era más fuerte que la anterior. Mis lágrimas empezaron a recorrer mi cara y podía sentir que algo caliente salía de mi sexo –Mira nada mas ya estas desbordando tus juguitos putita, toma putita, toma.

 

– Kyaaaa… Kyaaaa… Ahh… por favor… deténgase… Me duele…

 

Pero a él no le importaba, él seguía dándome más y más, yo trataba de quitármelo pero era imposible. Al poco rato el dolor comenzaba a disminuir y en unos instantes yo también estaba muy excitada.

 

-ohhh si preciosa… mmm… que rica estas…

 

Sentía como su polla se inflaba dentro de mí y el roce de la mesa en mis pezones ayudados por las embestidas que me daba, ocasionaban que tuviera una excitación extra, una vez más la excitación se apoderó completamente de mí y comencé a gemir cada vez más fuerte, eran los momentos de excitación que hacían que me olvidara de poner resistencia y hacían que me entregara al placer. De pronto empecé a escuchar que el viejo comenzó a gemir también.

 

– sii… mamiita… Siiii. ohhh. Toma… toma…. Ummm… Ahh… cuando de pronto sentí como algo caliente me llenaba mi conchita, podía sentir como su polla vibraba dentro de mí y como su semen salía a presión dentro de mi vagina.

 

– Toma putita, eso es lo que te ganas por ser tan sexy perra estúpida… Como me moría por romperte la concha rosa que tienes… Ufffff, que rico se siente follarse a una alumna como tu… Ummm…

 

Estaba inmovilizada y aun recuperándome de tremenda cogida que me había dado. Cuando salió de mí su pene aún continuaba chispeando semen y termino de llenarme toda la colita con él, se recargo un momento en la pared tratando de agarrar un poco de aire. Yo también estaba cansada y apoyando mis manos a la tabla del escritorio me reincorpore quedando en 4 y después me senté sobre los talones. Eso ocasiono que mi conchita se abriera y de repente comenzara a salir el semen calientito que había quedado dentro de mí.

 

Creí que todo había terminado ya, pero no fue así. Se puso detrás de mí y me empujo dejándome nuevamente de la forma en la que estaba al principio.

 

–perfecto amor, estas exacta donde quería, ahora quiero que me limpies la polla preciosa y más vale que te portes bien o si no te voy a castigar.

 

– no por favor, déjeme ir, estoy muy cansada por favor, se lo… –No terminé de decir la frase cuando me metió su polla en la boca…

 

– mmmmmnnnnn… ahh… Noooo… mmmmmnnnnn…

 

– no te lo saque de la boca preciosa, ahora empieza a mamar…

 

Me tomo de la cabeza con sus dos manos y la empujaba hacia adelante y atrás.

 

–vamos preciosa juega con mi polla, mueve tu lengua y juega con mi pedazo.

 

No tuve opción e hice lo que me pedía, podía escucharlo gemir de placer

 

–eres toda una puta mi cielo, mira que buena eres mamándola, Ummm delicioso. –Una vez que quedó satisfecho, me obligo a tragarme todo el semen que había quedado esparcido en la mesa, obviamente me negué, suficiente tenía con haberle probado el pito a ese viejo desgraciado. Pero no tardó en sacar su navaja y colocando la punta de la hoja en mi pecho no tuve opción que hacer caso. Así que con la lengua limpiaba los restos de semen que había en el escritorio mientras el viejo desgraciado se reía de mí y me decía cosas horribles, el sabor era horrible y casi vomitaba del asco que me producía.

 

Cerré los ojos suplicando que todo esto terminara, cuando sentí un jalón

 

–parece que nunca te lo han metido por el culo o es mi imaginación preciosa. –Voltee mi cara sin contestarle, sabía que aún no me dejaría en paz, me abrió de nuevo las piernas dejando a la vista mi culito, en eso metió dos dedos dentro de mi boca y los movió por todos lados, no comprendía para que hacia eso, pero estaba a punto de averiguarlo, los saco de mi boca e inmediatamente los introdujo en mi culito.

 

– ahh… ¡¿Que está haciendo?!, me está lastimando, suélteme cerdo asqueroso, sentía como sus dedos daban vuelta dentro de mí y entraban y salían.

 

– noo basta, me duele mucho, por favor. Kyaaaaaaa

 

– listo preciosa ya estas lubricada, sin darme tiempo, tomo con su mano su polla y la coloco en mi culito, me tomó por mi cintura y me la fue metiendo despacio.

 

– mmm putita, que apretadito tienes el culo mi amor, de seguro nunca te metiste el vibrador por aquí verdad

 

Era horrible, me dolía mucho, con cada embestida que me daba, sentía como descargas que subían hasta mi espalda, comencé a llorar por el dolor que me causaba.

 

– te gusta perra Ehh te gusta me decía el viejo mofándose. A ver si ahora te quedan ganas de andar sacándote fotos tan sexys putita.

 

De pronto el dolor se convirtió en excitación y empecé a gemir como nunca, esta vez ya no podía reprimir mis gemidos. Estaba agotada.

 

– Ummm… Ummmmm… ahhhh…. Mmm… Siiii… ahhhh

 

– eso es preciosa, eres toda una zorra, vamos, sigue gimiendo, que me excita escuchar tus gemidos.

 

Al poco tiempo me empezaron a llegar los espasmos, note que el viejo ya estaba un poco cansado y respirando descontroladamente, se apartó de mí, mientras un temblor me recorría todo mi cuerpo y terminaba en un Orgasmo.

 

– Ummmmm… mmm…. ahh ahhhh ahh UUUUUUMMMMMMMMMMMM…

 

Vi como el viejo me observaba teniendo orgasmos arriba del escritorio, llegaban uno tras otro pero eran más intensos que los de la vez anterior, termine rendida y no podía levantarme.

 

Me quede tendida encima del escritorio y el viejo ya hacia sentado en un mesa banco, estábamos exhaustos, como pude me puse de pie pero al dar unos cuantos pasos mis piernas temblaron y caí sentada en el piso. Mire como mi maestro me tenía su mirada bien puesta en mí y de pronto se reincorpora.

 

-bien preciosa ya falta poco para terminar, solo falta una cosa, ahora me vas a cabalgar y tomándome de la cintura se acostó en el piso y me acomodo encima del, yo ya no opuse resistencia y fue mucho más fácil para el acomodarme encima de su polla, la metió despacio dentro de mi sexo y dijo –bien preciosa ahora quiero que me des tus mejores sentones, lo mire con una cara de odio y de desprecio, era humillante lo que me pedía y al ver que no le hacía caso, me dio una bofetada –haz lo que te digo maldita zorra, entre más rápido lo hagas más rápido te irás.

 

Comencé a moverme lentamente encima del y hacer un vaivén de adelante hacia atrás, puso sus manos en mis senos y comenzó a masajearlos. Que ricos senos tienes primor, son perfectos, grandecitos, bien formados y redondos, me gusta vértelos cuando vas caminando por el pasillo con la camisola blanca del uniforme, que por cierto te queda muy apretada, pareciera que en cualquier momento se desprenderá uno de tus botones y dejara al descubierto tus tetas.

 

Nuevamente la excitación empezó a invadir mi cuerpo, quito sus manos de mis pechos, me tomo de las caderas y empezó a rematarme muy fuerte, básicamente estaba brincando encima de él y mis pechos botaban de un lado a otro de tan fuerte que me daba, comenzamos a gemir descontroladamente los dos y de nuevo se descargó dentro de mí.

 

Comencé a tener una serie de orgasmos uno seguido del otro, el acerco su cabeza hasta mis pechos y comenzó a chuparme los pezones. De pronto se me nublo la mente y veía como toda la habitación se iba oscureciendo hasta que caí desmayada….

 

Al despertar vi que todo el vestidor estaba oscuro y recordé lo que me había pasado, asustada, mire a todos lados buscando al cerdo desgraciado, pero no se encontraba, estaba completamente sola. Quise ponerme de pie pero no podía, estaba muy adolorida y batalle un buen para poder sostenerme, levante las prendas del piso y comencé a vestirme, empecé a recordar todos los malos momentos que pase con ese desgraciado y comencé a llorar desconsoladamente, aun no podía creer que me había follado de esa forma tan desagradable.

 

Al terminar de vestirme tome mi mochila y busque mi teléfono, cuando me fije ya eran las 9:26 de la noche, me seque las lágrimas y decidí salir de ese lugar, cuando de pronto suena mi celular y recibo un mensaje de un número desconocido.

 

–Hola preciosa, espero que cuando leas este mensaje ya estés despierta, déjame decirte que fue la mejor tarde de toda mi vida, la disfrute demasiado, ya me muero por contarles a todos los maestros lo que hicimos tu y yo, ah y otra cosa, que ni se te ocurra denunciarme a la policía, porque será inútil, tengo grande contactos ahí, así que será inútil y aparte grave toda la sesión que tuvimos gracias a las cámaras que puse en el vestidor el otro día, ¿no querrás que suba la película a internet y que todos sepan que gimes como una puta verdad? así que pórtate bien conmigo y no pasara nada. No vemos mañana y no llegues tarde, besitos en tus senos que tanto me gustaron.

 

Al terminar me invadió un gran coraje por no poder hacer nada y no poder denunciarlo, se salió con la suya y yo termine perdiéndolo todo… Salí del vestidor de chicos y me dirigí hacia la salida para tomar el autobús.

 

Eran las 10:00 de la noche cuando salía de la escuela, hace algunos momentos había pasado la peor experiencia de mi vida, uno de mis maestros me había follado y me había dejado abandonada en los vestidores de la alberca de natación.

 

Aun dolida por lo que me había hecho, me dirigí hacia la parada del camión, que me llevaría hasta mi casa. Cuando llegue no había nadie, muy pocos carros transitaban la ciudad, me sentía un poco asustada, pero por suerte el camión no demoró tanto.

 

El viaje en el camión no fue tranquilo, no iba muy lleno, así que no me dejaban de acosar los momentos que había sufrido, muchas imágenes de lo que me paso en esos vestidores llegaban a mi mente reviviendo las sensaciones que sentí y que aun podía sentir, los asquerosos comentarios que el maldito viejo me decía y los sentimientos de culpa por haber disfrutado de aquellos orgasmos originados de manera no consentida.

 

Por fin, después de una hora de viaje, llegue a mi parada, eran alrededor de las 11:10 pm cuando me bajé en el parque que está cerca de mi casa, me detuve un momento para pensar si atravesar el parque o rodearlo, ya que si me adentraba en él, llegaba más rápido, pero me daba miedo porque es un lugar muy oscuro y las luces de las calles casi no llegan por los grandes árboles que hay, sin embargo, a pesar de todo, yo conocía muy bien el lugar, de niña siempre me escapaba de casa e iba a jugar con mis amigos y algunos niños que venían de otras colonias.

 

Empecé a divagar en el pasado y recordé que en ese lugar había plantado un árbol y que todos los días visitaba para regarlo; cuando ya había crecido un poco, grabe mi nombre en su tronco para reconocerlo de los demás. Pero conforme crecía me fui olvidando de él y de ir a jugar, volví otra vez a la realidad y pensé que de seguro ese árbol que plante ya debería estar mucho más grande, así que por mi seguridad decidí tomar la ruta más larga, el clima no era muy favorable, ya empezaba a hacer frio y no traía un suéter que me cubriera, y desgraciadamente mi ropa para la práctica era muy delgada y casi no me cubría bien.

 

Llevaba un rato caminando, cuando de pronto veo que alguien viene caminando por la misma acera que yo, se me hizo un poco raro que alguien anduviera afuera tan tarde y con tan espantoso frio, pero por precaución me cruce hacia el otro lado para evitar pasar cerca de él.

 

Cuando había llegado note que él también había hecho lo mismo, y estaba casi muy cerca de mí, me detuve en seco y me puse blanca del miedo, me le quede mirando un instante y note que aceleraba su paso, no la pensé dos veces y corrí en sentido contrario, desgraciadamente me alcanzo en un instante y me tomó por mi cabello, paso su brazo por mi cuello y me dijo.

 

–Quieta preciosa, si no gritas y me das tu todo dinero todo saldrá bien. –Estaba paralizada del miedo y no me quedo más que hacer lo que me decía. Aun tomándome de mi cabello, saque como pude el dinero de mi bolso y se lo entregue, en ese instante me empujó hacia enfrente y caí al suelo. Rápidamente quise ponerme de pie pero mi cuerpo no reaccionaba, estaba temblando, yo pensaba «vamos levántate» pero no reaccionaba.

 

En ese instante vi que el tipo que estaba contando el dinero, por desgracia no le podía ver bien la cara, pero por su altura le calcule que medía 183 cm, era delgado y traía ropa sucia y un poco rasgada, tenía una barba como si tuviera días sin rasurarse y sin mencionar que olía fuertemente a alcohol.

 

En eso volteo a verme y me dijo. –¿Qué? No me digas que esto es todo el dinero que traes, solo unos míseros $50 pesos, ni siquiera me alcanza para una botella de tequila.

 

–Estaba muy enojado, tenía miedo de que fuera a golpearme o peor, a un a matarme. De pronto se calmó como si nada hubiera pasado y noté que me miraba.

 

Bueno preciosa tal vez no me pueda comprar una botella de tequila, pero me vas a calmar las ganas de tomar. Cuando lo escuche decir eso, me quede helada y por un momento recordé las palabras que me dijo aquel maldito viejo, así que no supe como lo hice pero me puse de pie y estaba a punto de correr cuando el maldito borracho me tomo mi brazo y me jalo hacia él, estaba a punto de gritar cuando me tapo la boca. Ahora camina maldita perra o si no aquí mismo te mueres, no tuve más que hacerle caso y me llevo hacia adentro del parque.

 

El lugar era oscuro y se sentía más frio del que hacía antes, era un lugar muy tétrico de noche, ya no era aquel parque hermoso en el que solía jugar de pequeña, ahora era un lugar abandonado y olvidado, al que ya nadie visitaba, me llevo casi a la mitad del parque y me tiro al suelo, desesperada empecé a gatear para tratar de huir de él, pero el burlándose de mí, me siguió, me tomó del brazo y me volteó dejándome boca arriba en el suelo.

 

Yo le suplicaba, que por favor no me hiciera daño, que si quería podía ir a mi casa y traerle más dinero, pero que por favor me dejara ir. Me contestó diciéndome

 

–cállate maldita perra, ya no quiero tu dinero, ahora lo único que quiero de ti, es sentir tu rico cuerpo brincando encima de mí.

 

No lo podía creer, cuando creía que podría recuperarme de lo que me hicieron, ahora otro tipo que ni siquiera conozco también se va a provechar de mí. Con lágrimas en los ojos empecé a gritar desesperadamente.

 

–Ayúdenme, auxilio, por favor alguien. –pero era inútil, como aquella ocasión nadie vendría a rescatarme.

 

De pronto se acercó hacia mí y sin previo aviso me empezó a besar, era horrible, podía sentir el sabor de alcohol en mi boca, trataba de quitármelo pero se aferraba a mí, su lengua entraba y salía de mi boca y de vez en cuando su lengua tocaba la mía, de pronto sentí una de sus manos tocándome los senos y con la otra tocándome mi sexo por encima de la calza.

 

Después de un rato dejó de besarme y me dijo. –Que ricas tetas tienes mi amor, son las mejores que me eh conseguido en meses, que suerte la mía poder encontrarme a una putita tan rica de noche, ahora si no tendré que preocuparme por pasar frio esta noche.

 

En eso saca un cuchillo y poniendo el filo de la misma en mi mini top lo corta por la mitad dejando mis pechos al descubierto, rápidamente y sin darme tregua hizo lo mismo con mi calza y dejándome completamente desnuda.

 

-Pero mira nada más en verdad que eres una puta, vas al gimnasio con esa ropa tan provocativa y encima vas sin ropa interior, de seguro te ha de gustar calentar a los hombres ¿verdad putita? –poco se ha de haber imaginado que antes que él, alguien ya habían abusado de mí y me había destrozado el bikini que llevaba debajo.

 

El miedo y el coraje me invadían y le tira una bofetada en la cara, me le quede viendo con cara desafiante y en eso me tomo de los brazo y me recostó otra vez, no me los soltaba y estaba lastimándome. –Bueno maldita perra veo que no quieres cooperar, en ese caso será por las malas.

 

Comenzó por besarme el cuello y lentamente fue bajando hasta llegar a mis pechos, en el primer instante en que sus labios comenzaron a apretar mis pezones, sentí un escalofrió por todo mi cuerpo, de pronto mis pezones comenzaron a dolerme y a ponerse duritos.

 

–no puede ser. –pensé, me está pasando de otra vez.

 

Al darse cuenta de mi erección comenzó a succionar con fuerza mis pezones, su boca se movía de un pecho evitando que la erección de los mismos bajara, de pronto empezó a disminuir su ritmo y empezó a darme pequeñas mordidas en ellos, eso ocasiono que me excitara al máximo y se me escaparan unos pequeños gemidos.

 

–Vaya, vaya me dijo tan rápido y ya estas excitada preciosa, que acaso nunca te complacen bien, pero desgraciadamente mi cuerpo aún no se recuperaba de la sesión anterior y es por eso que me excite muy pronto.

 

En ese instante, empecé a sentir un gran bulto en mi entre pierna, el borracho me soltó y se puso de pie para quitarse el cinto y a bajarse los pantalones. En el instante en que se los bajó pude ver como su falo erecto se liberaba de su prisión y este se movia por todos lados mientras su dueño terminaba de sacarse el pantalón.

 

Me puse muy nerviosa al vérselo. Era demasiado grande, mucho más que la del viejo estúpido que me follo antes.

 

–Jajaja parece que acabas de ver un fantasma. –me dijo. –mira nada mas como me tienes preciosa. –Me decía mientras se tomaba la verga y me apuntaba con ella.

 

–De seguro así se las has de poner a los del gimnasio verdad. –no le conteste, estaba espantada.

 

De pronto me tomo del cabello y me jaló hacia él, obligándome a ponerme de rodillas frente a él. –Ahora me las vas a mamar bien rico preciosa, quiero que me la chupes muy rico preciosa, me tomó de la cabeza y comenzó a pasar su pedazo por toda mi cara.

 

El olor que despedía era nauseabundo y mientras me la restregaba pude sentir en mis mejillas el calor de su excitación y como comenzaba a mojarse al saber que pronto me follaria.

 

Cuando por fin quiso metérmela a la boca me la acomodo en mis labios y me dijo.

 

–Besamela maldita zorra –pero lo que hice fue cerrar más la boca

 

–Que me la beses estúpida –pero no le hice caso. En eso me jaló del cabello e hizo que gritara de dolor, en ese momento aprovecho para metérmela a la boca, era desagradable lo que sentía, y el olor era insoportable.

 

Cerré los ojos y comencé instintivamente a mamárselo, no lo creía, mi lengua se movía por todo su tronco y sentía como sus venas se ponían duras de excitacion, me estaba denigrando yo misma, pero tomé el control y de repente le di un mordida a su pedazo, rápidamente me soltó y saco su verga de mi boca, aprovechando que se quedó tirado de dolor me puse de pie y me aleje corriendo del lugar.

 

Había corrido por lo menos cinco minutos cuando me detuve cerca de un árbol a tomar un poco de aire, estaba casi a otros 5 minutos de llegar a mi casa y ya no había rastros del borracho.

 

Por unos instantes tomé aire y me recuperé de la huida cuando me percate que estaba desnuda, del nerviosismo se me había olvidado tomar mi ropa del suelo, pero de nada serviría porque ese estúpido la había hecho pedazos.

 

Decidí no darle más importancia y regresar a mi casa, cuando de pronto noté algo en el árbol, aprovechando que había luna llena y un pequeño haz de luz entraba entre los árboles, vi que estaba grabado el nombre de Cielo Riveros, era el árbol que había plantado de niña y como imagine había crecido mucho, sus ramas estaban muy altas y fácil se podía construir una casa del árbol en él, me quede un instante contemplándolo, pero en ese momento algo me empujo y caí boca abajo al suelo, rápidamente me di la vuelta y trate de levantarme pero me dio una bofetada que me hizo caer de nuevo.

 

–Maldita estúpida –me dijo –cómo te atreves a morderme, pero ahora no tendré piedad de ti. –aun mareada por tremendo golpe trate de ponerme de pie pero todo me daba vueltas.

 

–Que rico par de tetas tienes puta. –Me decía mientras veía mi figura desnuda tendida en el suelo. En eso me tomo de las piernas y lentamente fue abriéndolas dejando mi conchita expuesta ante él.

 

-Uff… que rica panchita tienes mi amor. –Aprovechado de mí falta de resistencia, metió dos de sus dedos en mi rajita, cuando lo hizo, di un pequeño grito de dolor y note que le había gustado.

 

–Mira nada más como esta preciosa, estas toda mojada de la excitación, que puta eres mi cielo. –lo mire ya con lágrimas en los ojos, todo eso me parecía horrible.

 

Lentamente empezóa masturbarme y con su pulgar comenzó a jugar con mi clítoris, por el estímulo que estaba recibiendo, mi pelvis comenzó a dar pequeños espasmose inmediatamente comencé a excitarme.

 

Al ver que ya me tenía dominada, el borracho sacó sus dedos empapados de mis líquidos y como si se tratara de un manjar se los llevo a su boca para probar mi excitación. –mmm… que delicia mamita… que rica miel produces, es más deliciosa que un trago de tequila recién destilado.

 

Y así mi conchita quedó a su merced para seguidamente comenzar a dedearme rápidamente y sin tregua alguna. Con una mano me masturbaba y con la otra tocaba y frotaba mi clítoris furiosamente.

 

El contacto con mi clítoris fue fugas y rápidamente comencé a temblar en el suelo húmedo por el placer que sentía. –Eso preciosa disfrútalo, mmm que rico te retuerces lo estoy disfrutando al máximo. –me decía mientras seguía masturbándome.

 

Lo mire con cara de odio y me dijo –oh… así que quieres más.  –y dicho eso dejó de penetrarme para centrarse únicamente en mi clítoris, repentinamente el placer inundó todo mi cuerpo e instintivamente comencé a acariciarme mis pechos. – ¡Maldita sea!… –pensé –No puedo aguatar más.

 

En eso escuche que me decía. –quiero oírte gemir putita –pero yo no le obedecía, no quería darle ese placer. Así que no quieres gemir me dijo y volvió a meterme los dedos a mi vagina, pero esta vez ya no me dolía, ya estaba demasiado húmeda y entraban fácilmente, los metía y los sacaba rápidamente. El placer era insoportable, mis pezones me dolían demasiado, mi respiración era muy rápida y en cualquier momento sabía que tendría el orgasmo.

 

Mientras el desgraciado me proporcionaba placer, mi cuerpo desnudo se llenaba de polvo y lodo del parque, en mí cabello se enredaban las hojas secas que habían caído del árbol que planté, todo esto mientras la oscuridad del parque nos envolvía y solo algunos rayos de luz podían atravesar las gruesas ramas del árbol.

 

Mi vagina estaba explotando de placer, el leve silencio del parque era interrumpido por el squirt de mi humedad ocasionada por la penetración de los dedos de mi captor.

 

–Bueno preciosa como no quieres gemir te tendré que hacer gemir por la fuerza, saco sus dedos de mi conchita y hundió su cara en la misma y con su lengua siguió haciendo estragos en mí.

 

Sentía su lengua áspera recorrer toda mi vagina y como en algunos momentos jugaba con mi clítoris, era insoportable, a mi mente llegaban los recuerdos de cuando mi maestro me hizo lo mismo y de lo mal que la había pasado también esa vez.

 

No aguanté más, por más que me había resistido comencé a gemir. El maldito borracho solamente se dedicaba a seguir jugando dentro de mí con su lengua cuando de pronto hice algo que hasta el momento no supe porque, puse mi mano en su cabeza y la presione contra mi conchita, estaba súper excitada, mi cuerpo estaba poseído por todo el placer que me estaba dando, en eso comencé a gemir más fuerte y sin más tuve un orgasmo delicioso.

 

Mientras tenía el orgasmo el borracho movía más rápido su lengua en mi clítoris, los pelitos de su barba me picaban los labios vaginales y todo eso hacía que la intensidad del orgasmo aumentara.

 

Tomándome de mis piernas me abrió completamente y con una habilidad que nunca había sentido comenzó a penetrarme con su lengua, al sentir su aspereza un segundo orgasmo llego de manera más intensa, mi espalda se arqueo al sentir semejante orgasmo, encajé mis uñas de la mano libre en la tierra húmeda mientras que con la segunda apretaba el poco cabello de la cabeza del borracho.

 

Mis gemidos fueron gritos de placer y por ese breve instante deseaba que no se terminara y que alguien escuchara mis gritos de placer.

 

Al cabo de un rato los espasmos fueron disminuyendo y comencé a calmarme, estaba muy agotada pero el mendigo aún seguía tomando todo lo que mi conchita le daba. Mis ojos se acostumbraron a la oscuridad del parque y pude notar que estábamos en el centro del mismo. No sabía que me había pasado pero aún seguía sintiendo la viscosidad de su lengua dentro de mí.

 

De pronto deje de sentir su lengua en mí, se puso de pie y con su mano tomo su verga. –Ven preciosa, te toca hacerme sentir bien. Sin decir nada me puse de rodillas frente a él, me tomó de la cabeza y me empujó hacia él, mi cara chocó con su pene erecto y pude sentir de nuevo su calor en mi rostro. –Te daré una segunda oportunidad para que me recompenses por la mordida que me diste.

 

Sentí unos golpecitos suaves en mi frente, luego en mi nariz y finalmente en mis labios y dio unos golpecitos como si tocara la puerta para que le abrieran, sin otra alternativa y sabiendo que no la tendría fácil de aquí en adelante abrí la boca.

 

El borracho comenzó a hundir su verga en mi boca hasta meterla completamente en mi boca, al sentirla pasar por mi garganta sentí arcadas horribles, mi instinto me hizo querer sacarla de mi boca pero mi captor me tenía bien sujeta y me la dejo dentro por unos segundos. Cuando ya vio que me estaba ahogado dejo de presionarme y rápidamente me la saque para tomar una gran bocanada de aire.

 

Su risa burlona resonaba en todo el lugar por la cercanía de los árboles  e inmediatamente volvió a meterme su verga en mi boca. Yo empecé a mamar su verga y a mover mi lengua sintiendo algo viscoso, él puso sus manos en mi cabeza y empezó a follarme rápidamente la boca. -uff si, que rico lo hace mamita. -Mi cabeza iba hacia delante y detrás y mis pechos botaban al ritmo de la follada que me estaba danto. Me tenía agarrada firmemente y no se le veían ganas de soltarme. Me estaba atragantando por tremenda follada, se me empezaron a escapar la lagrimas debido a la intensidad con lo que me lo hacía y horriblemente sabía que eso le agradaba.

 

–que bien lo haces putita, sigue, que buena eres.

 

-mmm… y que ricas tetas tienes -me decía mientras bajaba una de sus manos y me pellizcaba el pezón que tuviera a su alcance.

 

Al poco rato de seguir follandome la boca, el borracho sacó su verga de golpe. Unos chorros de saliva cayeron sobre mis piernas y mis pechos y rápidamente comencé a recuperar el aire que tanto me hacía falta.

 

Sin darme tregua el borracho me tomo del cuello y me aventó al árbol, al golpear mi espalda con el tronco hizo que se me saliera el aire y aprovechando que no oponía resistencia comenzó a besarme y lamer mi cuello, de pronto con su pierna derecha empujo mi pierna para separarla de la otra en ese momento capte lo que venía, forcejee para evitar a toda costa que me penetrara pero sus mordidas en mis orejas ocasionaban que me excitara de nuevo y no pudiera oponer mucha resistencia, con una de sus manos tomo su verga y con la otra levanto mi pierna, acomodo su fierro en mi conchita y con un movimiento rápido me penetro de golpe, el dolor no fue intenso por que entro fácilmente por lo mojada que estaba, pero el gozaba al lastimarme y humillarme y es así como contra el árbol que jugué de niña en el parque me metieron por segunda vez una verga muy dura y caliente esa misma noche.

 

Aprovechando que mi vagina se encontraba húmeda por el orgasmo que había tenido, me la metía una y otra vez sin parar cada vez más y más rápido, me preguntó si me gustaba pero me limite a gemir. Me la metía cada vez con más fuerza, entraba y salía, mi respiración era agitaba y gemía como una perra mientras mis pechos se movían al ritmo de sus embestidas.

 

–Mmmmmm q rica conchita tienes me decía. Esta tan caliente y apretada. Mis lágrimas comenzaron a recorrer mi cara y note como mi humedad escurría por mis piernas por lo excitado que se encontraba mi cuerpo. Sin para de follarme llevó su mano hacia la unión de nuestros sexos, empapo sus dedos en ella y me obligo a que se los lamiera, le encantaba humillarme.

 

Ya no me importaba nada, primero me habían follado por la fuerza en los vestidores de mi escuela y ahora donde tenía los mejores recuerdos de mi niñez, en ese parque, quedaron destruidas en el mismo árbol en el que jugaba. Sin tomarle importancia empecé a chupar la excitación que cubría sus dedos. Me sentía la peor mujer del mundo por el placer que esta sintiendo al ser follada por un completo extraño.

 

Tras metérmela por un rato, sentí que sus penetraciones eran más rápidas y su mano apretaba con más fuerza mi pierna que tenía levantada y eso solo significaba que estaba a punto de correrse, me pregunto que si en donde quería su leche, pero no le conteste, en ese momento sentía que yo también estaba a punto de tener otro orgasmo, trate de controlarme, de aguantar el orgasmo y cuando menos lo esperaba sentí que algo muy caliente comenzaba a llenarme mi conchita, escuche al tipo como gemía y sentía sus embestidas más fuertes y de repente comencé a tener un orgasmo más, comencé a gemir más fuerte que las veces pasadas y el tipo me decía eso mi putita, gime de placer como la perra que eres. Clave mis uñas en la espada del mugriento borracho y deje que el orgasmo me llenara completamente.

 

Al cabo de unos minutos caímos exhaustos al piso, tarde un momento en recuperarme y trate de levantarme apoyándome en el árbol, pero mis piernas me dolían y no podía mantenerme de pie. En eso el tipo se levantó, se sacó su camisa mugrienta y me la tiro en la cara, se acercó hacia mí y me dijo: eres una buena puta mi amor, ponte esa camisa y vete a tu casa y cuando quieras que te den una buena cogida ya sabes dónde encontrarme, y sin decir más se alejó dejándome medio desnuda a mitad de la noche.

 

Estaba adolorida, ya no me importaba nada, me levanté como pude y me puse la camisa mugrosa que me dio el borracho, afortunadamente me cubría hasta por arriba de las rodillas. Al salir del parque no se veía ninguna alma en la calle seguí mi camino hasta mi casa descalza y aguantando el frio de la noche y a la merced de cualquier otro sicópata que quisiera usar mi calor para pasar la noche.

Linea Erotica Z